La UE exige a Johnson que rectifique y amenaza con una respuesta legal
El vicepresidente de la Comisi¨®n Europea acusa a Londres de ¡°haber da?ado seriamente¡± la confianza entre las partes y Downing Street responde con igual dureza
El ¨²ltimo desaf¨ªo a la UE ideado por Boris Johnson ha desatado una tormenta a la que ni siquiera los equipos negociadores de ambos bandos estaban acostumbrados. La decisi¨®n unilateral de Downing Street de modificar aspectos clave del Acuerdo de Retirada ha llevado a la Comisi¨®n Europea a poner pie en pared y elevar su tono. ¡°Exigimos al Gobierno que retire cuanto antes las medidas aprobadas, y en todo caso antes de final de este mes. Se ha da?ado seriamente la confianza entre la UE y el Reino Unido y corresponde a este ¨²ltimo restablecerla¡±, dijo este jueves Maros Sefcovic, vicepresidente de la CE. Downing Street respondi¨® con un tono similar: ¡°Ni podemos ni queremos cambiar la ley¡±.
Sefcovic preside junto con Michael Gove, el jefe de Gabinete de Johnson (un puesto con rango equivalente al Ministerio de la Presidencia espa?ol), el llamado Comit¨¦ Conjunto. Es el organismo pol¨ªtico que supervisa todo lo que supone el largo proceso del Brexit. Sefcovic pidi¨® una reuni¨®n urgente, que se celebr¨® este mismo jueves en Londres, despu¨¦s de conocer la intenci¨®n del Gobierno brit¨¢nico de modificar por su cuenta cl¨¢usulas relevantes del Protocolo de Irlanda del Norte. Es el documento anexo al Acuerdo de Retirada de la UE firmado por Londres y Bruselas el pasado enero, y que tiene la fuerza jur¨ªdica vinculante de un tratado internacional.
El equipo de Johnson ha llegado a admitir que ha violado la ley ¡°de un modo muy espec¨ªfico y limitado¡±, para salvaguardar la paz en Irlanda del Norte. Seg¨²n el acuerdo, este territorio seguir¨¢ a partir del 1 de enero en el Mercado Interior de la UE, y por lo tanto sometido a sus reglas comunes. La nueva Ley del Mercado Interno del Reino Unido, cuyo borrador ya ha sido registrado en la C¨¢mara de los Comunes, deja en manos de los ministros la decisi¨®n de informar o no a Bruselas sobre las ayudas p¨²blicas que reciban las empresas radicadas en Irlanda del Norte, o de qu¨¦ productos estar¨¢n obligados a realizar una declaraci¨®n de aduanas en el comercio con el resto del Reino Unido. ¡°La UE no acepta el argumento de que el objetivo de este proyecto de ley sea el de proteger los Acuerdos de Viernes Santo [que devolvieron la paz a la regi¨®n]. De hecho, nuestra visi¨®n es que logran justamente lo contrario¡±, ha dicho la CE en un comunicado p¨²blico.
Pero Bruselas ha ido mucho m¨¢s all¨¢, al exigir a Johnson que elimine antes de que finalice septiembre unas medidas legales que, a su juicio, quiebran claramente la ley internacional. Sefcovic apunt¨® a Gove que la Comisi¨®n contempla una posible respuesta legal si el Reino Unido no rectifica. ¡°El Acuerdo de Retirada contiene varios mecanismos y remedios legales para responder ante cualquier violaci¨®n de las obligaciones en el texto, y la Uni¨®n Europea no dudar¨¢ en utilizarlas¡±, advirti¨® el vicepresidente de la Comisi¨®n.
Parlamento y soberan¨ªa
Downing Street no ha mostrado la menor intenci¨®n de rebajar la tensi¨®n en este duelo provocado por ellos mismos. ¡°Es un principio asentado en la legislaci¨®n internacional que cualquier Estado puede dejar sin efecto de buena fe las obligaciones de un tratado¡±, asegura el documento publicado por el Gobierno de Johnson con las supuestas razones jur¨ªdicas que explican su ¨²ltimo movimiento. El equipo del primer ministro llega a asegurar que la soberan¨ªa del Parlamento brit¨¢nico est¨¢ por encima de cualquier tratado internacional. ¡°El Parlamento es soberano en lo que se refiere a leyes de ¨¢mbito nacional, y puede aprobar legislaci¨®n que suponga el incumplimiento de obligaciones internacionales¡±, dice el texto.
El Gobierno de Johnson se ha abrazado a la bandera de la soberan¨ªa, sostienen sus cr¨ªticos, para camuflar la decisi¨®n ya asumida de que no haya un acuerdo de libre comercio con la UE y se produzca un Brexit duro a partir del 1 enero. Hechos sus c¨¢lculos, Downing Street conf¨ªa en que los estragos provocados por la pandemia del coronavirus camuflen las consecuencias econ¨®micas negativas de una salida a las bravas de la UE. ¡°El Gobierno ni retirar¨¢ la ley ni puede hacerlo¡±, respond¨ªa Gove a la exigencia del vicepresidente de la Comisi¨®n. ¡°Es un texto clave para asegurar que los productos de Irlanda del Norte tengan un libre acceso al resto del Reino Unido¡±, se?al¨®, en l¨ªnea con las exigencias de los conservadores euroesc¨¦pticos y los unionistas norirlandeses al primer ministro.
El propio Johnson hab¨ªa advertido el pasado domingo, justo antes de que se reanudara la octava ronda de negociaciones entre Londres y Bruselas, de que el tiempo se agotaba. Si no hab¨ªa acuerdo antes del Consejo Europeo del pr¨®ximo 15 de octubre, anunci¨® el primer ministro, el Brexit duro ser¨ªa una realidad.
Downing Street se enfrenta a un nuevo pulso parlamentario
Boris Johnson necesita desesperadamente que el Brexit le rescate del marasmo que ha supuesto su gesti¨®n de la crisis del coronavirus. El primer ministro lleg¨® incluso a expresar su asombro, en la sesi¨®n de control del mi¨¦rcoles en la C¨¢mara de los Comunes, porque el l¨ªder de la oposici¨®n laborista, Keir Starmer, no le pregunt¨® por su ¨²ltima maniobra de enfrentamiento con Bruselas. ¡°No se atreve a decir nada al respecto porque tiene miedo de todos los diputados de su grupo que quieren darle la vuelta al veredicto del pueblo brit¨¢nico¡±, desafiaba Johnson a Starmer en busca de una trifulca.
Pero el laborista ha decidido que va a dejar a Johnson que se estrelle solo e incumpla su promesa de un nuevo acuerdo con la UE. La verdadera oposici¨®n a sus pretensiones ha surgido de las propias filas conservadoras, donde un pu?ado de diputados se muestra dispuesto a votar en contra del Gobierno en su prop¨®sito de violar las leyes internacionales. No son suficientes para tumbar el proyecto, pero cuentan con voces suficientemente autorizadas como las de los ex primeros ministros Theresa May y John Major. ¡°Si perdemos nuestra reputaci¨®n de honrar las promesas que hacemos, perderemos algo de un valor incalculable que quiz¨¢ nunca podamos recuperar¡±, ha advertido Major.
La verdadera complicaci¨®n para Johnson, sin embargo, puede llegar de la C¨¢mara alta del Parlamento, la C¨¢mara de los Lores, que a lo largo de la batalla del Brexit ya ha demostrado estar dispuesta a saltarse la regla no escrita (la llamada convenci¨®n Salisbury-Addison) por la que nunca se enmiendan las leyes procedentes de la C¨¢mara de los Comunes que desarrollan promesas electorales del Gobierno elegido por la ciudadan¨ªa.
Una vez que el texto llegue al otro extremo del Palacio de Westminster, los lores pueden eliminar de la ley aquellos apartados que entran en directa contradicci¨®n con el Acuerdo de Retirada firmado entre Londres y Bruselas. Con la mayor¨ªa de que dispone en la C¨¢mara baja, Johnson puede perfectamente rechazar cualquier enmienda que modifique su ley, pero eso supondr¨ªa el regreso del texto a la C¨¢mara de los Lores en un proceso de toma y daca que podr¨ªa retrasar la aprobaci¨®n definitiva m¨¢s all¨¢ del 31 de diciembre. A fin de cuentas, aseguran las fuentes que anticipan este nuevo pulso parlamentario, Johnson gan¨® las elecciones del pasado diciembre con el trofeo de un acuerdo firmado con la UE cuando nadie apostaba que ser¨ªa capaz de alcanzarlo. Un acuerdo, recuerdan los cr¨ªticos del primer ministro, que se comprometi¨® a cumplir al pie de la letra.
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