El juez del ¡®caso Kitchen¡¯ imputa al falso cura que asalt¨® la casa de B¨¢rcenas
El magistrado cita a declarar a Enrique Olivares el pr¨®ximo viernes, al que someter¨¢ antes a un reconocimiento forense
El magistrado Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n, instructor del caso Kitchen, ha imputado al falso cura que asalt¨® la casa del extesorero popular Luis B¨¢rcenas el 23 de octubre de 2013, cuando mantuvo retenida a su familia pistola en mano mientras, seg¨²n dijo, trataba de hacerse con unos documentos guardados en un pendrive que servir¨ªan para derrocar al entonces Gobierno de Mariano Rajoy. El juez ha citado a declarar al sospechoso, Enrique Olivares, el pr¨®ximo viernes a las diez de la ma?ana. Lo considera presunto c¨®mplice de los delitos de cohecho y malversaci¨®n en la trama urdida supuestamente en la c¨²pula del Ministerio del Interior para espiar al exdirigente del PP con el objetivo de arrebatarle documentos comprometedores para altos cargos del partido antes de que los localizara la Audiencia Nacional.
Antes de tomarle declaraci¨®n, el juez ha ordenado que Olivares se someta tambi¨¦n a un reconocimiento forense, seg¨²n explican fuentes jur¨ªdicas. El falso cura, que se encuentra en prisi¨®n condenado a 22 a?os de c¨¢rcel por el asalto, presenta aparentes problemas mentales, seg¨²n un informe m¨¦dico de febrero de 2019. Seg¨²n las conclusiones forenses de entonces, presentaba una ¡°deficiente higiene personal¡±, un pensamiento tendente a la paranoia, un lenguaje incoherente y grandes lagunas de memoria: recordaba, por ejemplo, que ten¨ªa esposa y dos hijos, pero no sus nombres o edades. Tampoco sab¨ªa donde estaba, era incapaz de leer o escribir, y realizar c¨¢lculos sencillos.
Esta decisi¨®n de Garc¨ªa-Castell¨®n imprime un nuevo salto a las pesquisas. Hasta ahora se hab¨ªan vertido sospechas de que el episodio del falso cura se encontrara vinculado con el espionaje a B¨¢rcenas, pero nunca se hab¨ªan llegado a la imputaci¨®n ¡ªentre otros motivos, por ese ¡°deterioro cognitivo con productividad psic¨®tica¡± del que hablan los forenses¡ª. Durante los interrogatorios a los imputados y testigos, el juez y los fiscales preguntan claramente por este posible nexo. ¡°Yo estoy convencido¡± de esa relaci¨®n, respondi¨® Luis B¨¢rcenas, que relat¨® que su mujer le cont¨® que, tras el incidente, su casa se llen¨® de polic¨ªas en apenas unos minutos ¡ªmuchos de paisano¡ª. Adem¨¢s, su ch¨®fer Sergio R¨ªos, que hab¨ªa sido captado por la trama como confidente, se present¨® tambi¨¦n all¨ª pese a que ese d¨ªa ten¨ªa la jornada libre. Y uno de los agentes le dio, incluso, a la esposa un terminal telef¨®nico para que tuviera contacto directo con ellos si quer¨ªa decirles algo.
¡°?Qu¨¦ lugar ocupa en el operativo el falso cura?¡±, le pregunt¨® directamente el instructor a Enrique Garc¨ªa Casta?o, uno de los comisarios imputados por poner en marcha el dispositivo de espionaje sin control judicial y conocido con el alias de El Gordo. ¡°Ni idea¡±, responde el antiguo agente de la Polic¨ªa Nacional, que niega el v¨ªnculo: ¡°Es demencial, es una chapuza, es una pel¨ªcula de Alfredo Landa. No es serio¡±. ¡°Aparentemente no es serio, pero solo aparentemente¡±, replica el magistrado. Pero Garc¨ªa Casta?o insiste en lo mismo: ¡°Se puede preparar una comedia para sacar un resultado. Pero, ?aqu¨ª qu¨¦ es lo que se saca? Si es un circo¡±. ¡°Para eso es para lo que me gustar¨ªa su colaboraci¨®n¡±, apostilla el magistrado, que recuerda que ¡°coincide en el tiempo¡± el espionaje a B¨¢rcenas y el asalto del falso cura. ¡°Buscaban lo mismo¡±, sentencia el juez.
Olivares lleg¨® el 23 de octubre de 2013 a casa de B¨¢rcenas, que ya se encontraba encarcelado en Soto del Real (Madrid), disfrazado de cura. Tras enga?ar a la mujer del extesorero dici¨¦ndole que ven¨ªa a resolver unos asuntos penitenciarios, la reuni¨® en un cuarto junto a su hijo y la empleada del hogar. All¨ª, sac¨® un revolver y, a continuaci¨®n, los maniat¨® mientras les preguntaba por los pendrives con documentaci¨®n de B¨¢rcenas que pudiera afectar al Gobierno. Pero, en pleno asalto, el hijo logr¨® desasirse de las bridas, y desarm¨® y redujo al intruso, que se convierte ahora en el duod¨¦cimo imputado en Kitchen, un operativo que supuestamente se financi¨® con fondos reservados ¡ªusados, por ejemplo, para pagar al ch¨®fer¡ª. En la cuenta utilizada por el falso religioso en la c¨¢rcel se han detectado hasta 19 ingresos peri¨®dicos de 250 euros, cuyo origen no se ha podido precisar.
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