¡°Los jueces dedicados al narcotr¨¢fico del Estrecho nos sentimos desprotegidos y abandonados¡±
Carmen Mart¨ªnez, magistrada de Instrucci¨®n de Algeciras, denuncia el colapso que vive la Justicia en el Campo de Gibraltar
Carmen Mart¨ªnez Perza est¨¢ bregada en sentarse, d¨ªa s¨ª y d¨ªa tambi¨¦n, frente a los grandes narcos del Estrecho. De ella depende que la ingente cantidad de investigaciones que se realizan contra el tr¨¢fico de hach¨ªs en el Campo de Gibraltar acabe en juicios que lleven a los responsables a prisi¨®n durante a?os. Es la titular de uno de los cinco juzgados de instrucci¨®n de Algeciras (C¨¢diz), saturados con macrocausas de narcotr¨¢fico que amenazan con colapsar la justicia en la zona.
Desde que el plan especial de seguridad se puso en marcha a mediados de 2018, el despliegue policial ya suma m¨¢s de 9.300 detenidos, 20 millones de euros de inversi¨®n y 48 m¨¢s ya comprometidos para este a?o y el pr¨®ximo, seg¨²n cuantific¨® el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska en su ¨²ltima visita a C¨¢diz. Pero todos ese esfuerzo va a parar a unos jueces tan saturados que el aumento de sedes ¡ªAlgeciras increment¨® uno de Instrucci¨®n, al igual que La L¨ªnea y San Roque, que pasaron a tener cinco y tres mixtos, respectivamente¡ª pronto se qued¨® corto.
En medio de ese cuello de botella cada vez m¨¢s acuciante, por las manos de Mart¨ªnez ¡ªque colabora en su tiempo libre con distintas ONG que atienden a personas con adicciones¡ª han pasado casos tan sonados como los del capit¨¢n Joaqu¨ªn Franco, que acab¨® enredado con el narco. O el de Trinidad, la guardia civil que supuestamente blanqueaba dinero para el poderoso traficante Antonio Tej¨®n ¡®el Casta?a¡¯, para quien la magistrada tuvo que decretar su detenci¨®n, justo el mismo d¨ªa que el capo sal¨ªa de prisi¨®n provisional.
Desde mediados de 2018, el plan especial de seguridad del Ministerio del Interior suma m¨¢s de 9.300 detenidos y 20 millones de euros de inversi¨®n, seg¨²n cuantific¨® el ministro Fernando Grande-Marlaska. Pero ese despliegue policial no es proporcional en una justicia que est¨¢ tan saturada que el aumento de sedes ¡ªAlgeciras increment¨® uno de Instrucci¨®n, La L¨ªnea y San Roque, uno cada una mixtos¡ª pronto se ha quedado corto. Los juzgados siguen saturados.
Pregunta. ?Qu¨¦ valoraci¨®n hace del plan especial de seguridad del Ministerio del Interior en el Campo de Gibraltar [puesto en marcha en 2018]?
Respuesta. Fue muy bien acogido por todos, polic¨ªa y jueces, porque ellos han sido los m¨¢ximos destinatarios del plan. Pero no ha sido suficiente en absoluto, desde mi experiencia. Las fuerzas y cuerpos de seguridad han experimentado un aumento considerable de efectivos y medios materiales. Eso las organizaciones criminales lo han notado, se han sentido acosadas. Hay mucha presi¨®n, pero ese refuerzo policial, que era muy necesario, no se ha acompa?ado del aumento de recursos en la Justicia.
P. ?Cu¨¢ntas causas de narcotr¨¢fico est¨¢ instruyendo ahora mismo?
R. Tengo una media de 50 presos preventivos. Eso es disparatado. Para que luego se diga que no acordamos mandar a prisi¨®n a nadie. Llevo m¨¢s de 20 investigaciones de narcotr¨¢fico o blanqueo. De las 390 o 400 causas que en estos momentos puedo tener vivas, la proporci¨®n de las relativas a narcotr¨¢fico podr¨ªa parecer poco relevante. Pero en el peso del trabajo real suponen en torno al 60%, es much¨ªsimo.
P. ?C¨®mo se ha materializado el plan en los juzgados de instrucci¨®n de Algeciras?
R. Se crearon unos juzgados que tardaron m¨¢s de un a?o en hacerse realidad y, mientras, los que est¨¢bamos aqu¨ª no pod¨ªamos m¨¢s. Los agentes han trabajado muy duro y nos tra¨ªan tal cantidad de trabajo que no dorm¨ªamos. Ahora en Algeciras hay un juzgado nuevo desde hace un a?o, pero empez¨® a funcionar sin juez y sin la plantilla de funcionarios completa. Los jueces, que ya est¨¢bamos desbordad¨ªsimos, tuvimos que hacer doblete hasta que se incorpor¨® el magistrado. Es un ejemplo de que todo avance muy lento cuando hablamos de mejoras en la Justicia.
P. ?Cu¨¢les dir¨ªa que son las principales necesidades?
R. No damos abasto. Los juzgados tienen una gran carencia de personal y esto hace que las cosas se queden atascadas en las mesas. Si no contamos con personal suficiente, no podemos llevar a efecto las resoluciones que dictamos. Adem¨¢s, cuando hay bajas estas no se reponen. En cada uno de los cinco juzgados de instrucci¨®n necesitar¨ªamos, al menos, dos funcionarios m¨¢s y esto es competencia de la Junta de Andaluc¨ªa. Adem¨¢s, tenemos otras cosas: robos, estafas, hurtos, homicidios, agresiones sexuales... asuntos que afectan a muchos ciudadanos y se ven perjudicados. Tambi¨¦n necesitamos jueces de refuerzo porque tenemos temas muy complejos. Yo tengo m¨¢s de una docena de asuntos de este tipo. Solo en uno de ellos hay 50 personas investigadas. Si lo traducimos en sus correspondientes 50 abogados interponiendo recursos constantemente de los que tengo que dar traslado a todas las partes y al fiscal, imag¨ªnese. Y hay que hacerlo bien, no podemos hacer chapuzas.
P. ?Cree que ser¨ªa adecuado crear un juzgado espec¨ªfico como defienden algunas asociaciones antidroga y policiales?
R. No es bueno. Si se hiciera uno espec¨ªfico, no podr¨ªa salir adelante con todo lo que hay y, al final, las investigaciones ir¨ªan m¨¢s lentas. Todos los que estamos aqu¨ª somos especialistas. Lo ¨²nico que necesitamos son recursos. No es por echarnos flores, nos ha tocado esto como a otros les tocan otras situaciones, pero creo que en Espa?a hay pocos tan especializados como nosotros en cuestiones como intervenciones telef¨®nicas, investigaciones criminales complejas, balizas en coches, entradas y registros¡
P. Lleva ya casi cuatro a?os en la zona. ?Ha sentido alguna vez miedo al ejercer su trabajo?
R. S¨ª, cierta sensaci¨®n inc¨®moda, de intranquilidad, aunque es mejor no pensarlo, y esto no s¨®lo me ocurre a mi. Los jueces que trabajamos en esto tenemos un sentimiento de desprotecci¨®n y abandono. No disponemos ni de espacio para aparcar nuestros coches en los juzgados y me expongo a cualquier cosa en la calle. Sentimos miedo porque no olvidemos que la gente a la que estamos investigando es, en m¨¢s de un caso, peligrosa. Aqu¨ª se han producido muertes, secuestros, ajustes de cuentas, desapariciones o armas que aparecen.
P. ?La situaci¨®n de saturaci¨®n ha provocado que se tenga que retrasar o denegar alguna autorizaci¨®n de investigaci¨®n?
R. Las medidas de investigaci¨®n especiales que requieren un sacrificio de derechos fundamentales, como es una intervenci¨®n telef¨®nica, se resuelven muy r¨¢pidamente. Pero hay que estudiarlas porque son muy delicadas. Tenemos la suerte de vivir en un Estado de derecho. Insisto mucho a los agentes es que no tenemos necesidad de correr para que luego en el juicio se vea que hay algo que no est¨¢ bien hecho y pueda acabar en nulidad.
P. ?Es asumible este cuello de botella que se est¨¢ creando con las plantillas policiales ampliadas y los juzgados saturados?
R. No s¨¦ hasta qu¨¦ punto los juzgados tienen capacidad para absorberlo todo. Esperemos que se ponga remedio y que estos juzgados no se conviertan en instituciones que no sirvan para su funci¨®n. Al final todo se est¨¢ cubriendo con un gran sacrificio personal, que no se conoce, porque a los jueces no les gusta hablar.
P. Hay agentes que no esconden su desasosiego porque, despu¨¦s de densas investigaciones, los narcotraficantes acaban en libertad provisional con fianzas bajas. ?Cu¨¢l es su visi¨®n?
R. Los grupos de investigaci¨®n policiales a veces se sienten m¨¢s c¨®modos cuando los investigados van directamente a prisi¨®n desde el juzgado de guardia. Pero eso no est¨¢ escrito en ninguna ley de un pa¨ªs democr¨¢tico. No funciona as¨ª. La decisi¨®n sobre si un detenido va a prisi¨®n o no es muy compleja. Pensemos que le vamos a quitar la libertad a alguien que ni siquiera ha sido juzgado, no ha podido siquiera defenderse, aportar pruebas a su favor... Es una medida muy gravosa y excepcional para la que la ley exige unos requisitos estrictos y un plazo l¨ªmite. El trabajo de los agentes es descubrir y detener a los delincuentes. El de los jueces es preparar el juicio vigilando que todo se haga de forma escrupulosa y se respeten los derechos de los investigados. Tenemos que comprobar si hay indicios de que esa persona ha cometido un delito grave, como es el de narcotr¨¢fico. No basta la sospecha de la polic¨ªa o la m¨ªa. En estos casos, las finalidades de la prisi¨®n son asegurar su presencia en el juicio y que no pueda destruir u ocultar pruebas. Aunque haya indicios claros de comisi¨®n de delito grave, si la persona no plantea riesgo de fuga o no hay peligro de destrucci¨®n de pruebas, no se puede acordar la prisi¨®n provisional. Para castigarle, ya vendr¨¢ el juicio. No podemos condenarle antes. Esa idea tenemos que erradicarla en un estado democr¨¢tico de derecho.
P. Pero hay varios ejemplos de narcos que se han fugado estando en libertad provisional, como el caso de Kiko ¡°El Fuerte¡± o el ¡°Messi del hach¨ªs¡±.
R. El contexto general no se debe tener en cuenta a la hora de decidir sobre una persona. Se debe analizar el caso particular y yo de casos concretos no hablo. A veces, las informaciones no son correctas y no voy a decir m¨¢s. Es un tema tan complejo que no se puede hablar a la ligera. Yo s¨¦ lo que hago y por qu¨¦. No entro en las decisiones de otros compa?eros. Siempre hay riesgos, no son matem¨¢ticas. Tambi¨¦n existe el riesgo de acordar prisi¨®n preventiva para una persona y que salga absuelta y eso es muy grave. Tendemos a condenar sin saber nada m¨¢s del tema y es necesario conocer m¨¢s para poder valorar. Podemos tener el convencimiento de que alguien es muy malo, pero ?hay indicios suficientes para mandarlo a prisi¨®n antes del juicio?
P. ?Est¨¢ normalizado el narcotr¨¢fico en la zona?
R. Tanto, que aqu¨ª han venido personas a declarar por otros asuntos y te dicen: ¡°No, si yo a eso no me dedico, sino a la droga¡±. Est¨¢ tan normalizado que hay que hacer un trabajo desde abajo para que la gente joven no interiorice esto como normal. El plan de seguridad es muy necesario porque la delincuencia cada vez se est¨¢ haciendo m¨¢s poderosa y violenta, pero tambi¨¦n es muy importante apostar por el Campo de Gibraltar de una forma integral. Hay mucha buena gente y mucho potencial. Es necesario invertir en infraestructuras. ?Queremos que cambie la zona? Pues salgamos del abandono institucional. Si no se ofrecen alternativas, a ver qu¨¦ hace la gente.
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