Bruno Garc¨ªa-Dobarco, un diplom¨¢tico excepcional
Los cuatro ¨²ltimos titulares del ministerio de Exteriores rinden homenaje a uno de sus m¨¢s estrechos colaboradores
Conocimos a Bruno Garc¨ªa-Dobarco durante nuestro paso, en momentos diferentes, por el palacio de Santa Cruz, sede hist¨®rica del Ministerio de Asuntos Exteriores, Uni¨®n Europea y Cooperaci¨®n. Era un diplom¨¢tico de gran sabidur¨ªa, un hombre culto, con idiomas pulidos, que qued¨® n¨²mero uno en la fase de la oposici¨®n el a?o en el que ingres¨® en la carrera diplom¨¢tica.
Bruno dej¨® su impronta en los distintos puestos por los que pas¨®. Estuvo con el embajador Rafael Dezcallar en la Direcci¨®n General de Pol¨ªtica Exterior. En 2007 se ofreci¨® voluntario para participar en el Plan ?frica, siendo enviado a Cabo Verde, donde dise?¨® la apertura de lo que es ahora nuestra embajada en ese pa¨ªs. Luego brill¨® en nuestra misi¨®n en Kenia a las ¨®rdenes del embajador Mart¨ªn Cinto. Entre otras cuestiones, tuvo que lidiar con el secuestro del barco atunero vasco Alakrana en la costa de Somalia. Despu¨¦s fue la Segunda Jefatura de la embajada de Espa?a en Polonia, tras lo cual volvi¨® a Madrid para trabajar en el Gabinete de tres de nosotros, entre 2015 y 2018.
Desde hace un par de a?os estaba destinado en Budapest. Los cuatro fuimos testigos de su excepcional val¨ªa. Bruno fue un leal servidor del Estado, al que dedic¨® su vida. Quienes hemos tenido la oportunidad de estar junto a ¨¦l le recordaremos como una persona bondadosa, tremendamente emp¨¢tica, muy amigo de sus amigos, sabio en los pocos consejos que daba y siempre dispuesto a escuchar.
Era un hombre alto y corpulento, con una risa sincera y contagiosa, una iron¨ªa fina y amable y una enorme capacidad de seducci¨®n fruto de su h¨¢bil oratoria. El pasado s¨¢bado, una cruel enfermedad seg¨® su vida con 45 a?os y su progresi¨®n en la carrera diplom¨¢tica, en la que estaba previsto que en unos d¨ªas alcanzara la categor¨ªa de consejero de embajada junto a varios de sus compa?eros de promoci¨®n.
Todos sab¨ªamos que su capacidad intelectual y sus extraordinarias dotes para las relaciones internacionales le auguraban grandes ¨¦xitos, seguramente como embajador de Espa?a en puestos de gran relevancia para nuestro pa¨ªs. Bruno deja dos hijos y a una familia con la que fue muy feliz. A todos ellos les queremos trasladar nuestro m¨¢s sentido p¨¦same. Jam¨¢s te olvidaremos, Bruno. Hemos sido muy afortunados por haber podido disfrutar de tu compa?¨ªa. Seguiremos viajando contigo dondequiera que te encuentres.
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