El pueblo franc¨¦s que s¨ª homenajea a Largo Caballero
Una reproducci¨®n del ¡®Guernica¡¯ se muestra en Crocq, donde el presidente del Gobierno espa?ol vivi¨® durante su exilio
Si Francisco Largo Caballero se pudiera asomar hoy al balc¨®n del antiguo Central H?tel de Crocq, donde vivi¨® unos meses en 1941, durante su exilio franc¨¦s, ver¨ªa una reproducci¨®n casi en tama?o natural del Guernica, la obra clave de Pablo Picasso que el Gobierno espa?ol que entonces dirig¨ªa el pol¨ªtico socialista encarg¨® al artista malague?o para el Pabell¨®n Espa?ol en la Exposici¨®n Internacional de Par¨ªs de 1937. Esa es la manera que este peque?o pueblo de poco m¨¢s de 400 habitantes, ¡°uno de los m¨¢s fr¨ªos de Francia¡±, como lo describi¨® Largo Caballero en sus memorias, ha querido celebrar a quien hasta hoy considera uno de sus residentes m¨¢s ilustres y que no se plantea, de modo alguno, retirar sus homenajes.
¡°?Ah!¡±. La indignaci¨®n e incredulidad inundan a Jacques Longchambon cuando se le cuenta que en Madrid las autoridades han empezado a quitar las placas, calles y estatuas en honor al dirigente socialista. Algo inconcebible para el exalcalde socialista de Crocq (su tercer y ¨²ltimo mandato termin¨® esta primavera), art¨ªfice del homenaje picassiano a Largo Caballero que inaugur¨® en 2016 junto con su hom¨®logo de Gernika. Tras casi un a?o de negociaciones con la Fundaci¨®n Picasso y el Museo Reina Sof¨ªa, Longchambon logr¨® el permiso para reproducir, durante una d¨¦cada y casi a tama?o real, el cuadro, que a menudo est¨¢ acompa?ado por una bandera republicana.
La historia de Crocq desborda casi esta peque?a localidad del departamento de Creuse, de la que partieron dos vecinos a combatir con las Brigadas Internacionales y que, durante la Segunda Guerra Mundial, escondi¨® a un centenar de ni?os jud¨ªos de los nazis, en la misma ¨¦poca en que residi¨® Largo Caballero. ¡°No hubo ninguna delaci¨®n¡±, subraya Longchambon. Tambi¨¦n el pol¨ªtico espa?ol fue ¡°respetado en Crocq. Estamos muy orgullosos de esa ¨¦poca¡±, dice en conversaci¨®n telef¨®nica.
Cuando el l¨ªder socialista lleg¨® a Crocq, era un hombre cansado. Tras cruzar la frontera el 29 de enero de 1939, se instal¨® en Par¨ªs. Con la invasi¨®n nazi, en mayo de 1940, se traslad¨® a Albi, en el suroeste de Francia, donde viv¨ªa Rodolfo Llopis, secretario de Presidencia bajo su Gobierno. Finalmente, el r¨¦gimen colaboracionista del mariscal P¨¦tain orden¨® su detenci¨®n. En febrero de 1941 se decret¨® su traslado a Crocq, donde se instal¨®, bajo vigilancia policial, en el Central H?tel ¡ªque pese a su nombre era un modesto establecimiento¡ª junto con su hija menor, Carmen, la ¨²nica a la que se permiti¨® acompa?arlo.
¡°Muy poca gente sab¨ªa qui¨¦n era¡± en Crocq; ¡°solo le permit¨ªan pasearse en un per¨ªmetro de 200 o 300 metros, pero ten¨ªa prohibido recibir visitas¡±, cuenta Longchambon, que apenas ten¨ªa un a?o cuando el pol¨ªtico espa?ol se instal¨® en su pueblo, pero que recopil¨® testimonios de los vecinos que lo recordaban. ¡°Ten¨ªa prohibido mantener amistad con nadie, fuera espa?ol o franc¨¦s¡±, rememoraba el propio Largo Caballero. Aun as¨ª, recalca Longchambon, Crocq le ofreci¨® una estancia digna. ¡°Es verdad que lo vigilaba la gendarmer¨ªa, pero aqu¨ª al menos fue respetado¡±, afirma. En mayo de 1941 lleg¨® la demanda de extradici¨®n presentada por el r¨¦gimen franquista contra ¨¦l y el 29 de octubre fue trasladado a Limoges, donde aguard¨® juicio junto con su antigua ministra Federica Montseny. Aunque los jueces rechazaron su extradici¨®n, Largo Caballero nunca volver¨ªa a Crocq. El presidente del Gobierno acab¨® detenido por la Gestapo e internado casi dos a?os en el campo de concentraci¨®n de Sachsenhausen. Al t¨¦rmino de la guerra, regres¨® a Par¨ªs, donde falleci¨® en 1946.
Hoy, una placa en el antiguo hotel donde estuvo alojado recuerda el paso de Largo Caballero por Crocq. Enfrente, se erige la reproducci¨®n del Guernica. El acuerdo con la Fundaci¨®n Picasso se extiende hasta 2026, pero Longchambon, ahora m¨¢s que nunca, espera que se convierta en un homenaje permanente en un pueblo que no quiere borrar su pasado.
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