Casado rompe con Abascal y Vox para asentar al PP como la ¨²nica alternativa en la derecha
El l¨ªder popular revienta tras dos a?os de cr¨ªticas ultras y confirma el no a la moci¨®n de censura: ¡°No somos cobardes, ni furia ni ruido, no queremos ser como usted¡±
Pablo Casado ha reventado tras dos a?os de contenci¨®n sobre Vox y, en particular, sobre su l¨ªder, su excompa?ero de tantos a?os en el PP, Santiago Abascal. En apenas 35 minutos, el presidente popular ha destrozado todos los argumentos y sue?os de Abascal y su temeraria moci¨®n de censura, que ...
Pablo Casado ha reventado tras dos a?os de contenci¨®n sobre Vox y, en particular, sobre su l¨ªder, su excompa?ero de tantos a?os en el PP, Santiago Abascal. En apenas 35 minutos, el presidente popular ha destrozado todos los argumentos y sue?os de Abascal y su temeraria moci¨®n de censura, que ha fracasado con el menor apoyo de las cinco que se han realizado en la democracia. Casado ha roto, al menos simb¨®licamente, sus lazos con la ultraderecha, ha marcado un antes y despu¨¦s en su trayectoria pol¨ªtica, y ha complacido al fin a los numerosos barones territoriales, dirigentes y parlamentarios de base de su partido que le reclamaban m¨¢s moderaci¨®n y propuestas alternativas al Gobierno m¨¢s centradas.
Casado, adem¨¢s, ha entrado en el ¨¢mbito personal para descalificar a Abascal: ¡°No es que no nos atrevamos o nos hayamos rendido o seamos cobardes, no; es que no queremos ser como usted, no somos como usted¡±. Abascal, tocado y sonado por los golpes inesperados, se ha reconocido ¡°perplejo¡± y ya no ha remontado el vuelo. ¡°Los espa?oles no comprenden esta pelea de ataques pol¨ªticos y ataques personales¡±, ha intentado defenderse. Tras la intervenci¨®n de Casado, en el PP hablan de ¡°punto de inflexi¨®n¡± y ¡°nueva etapa¡±.
Casado no pronunciaba un discurso tan personal y reconocible desde la ¨¦poca en que ejerci¨® como uno de los j¨®venes vicesecretarios nacionales de la renovaci¨®n que intent¨® Mariano Rajoy. La de hoy ha sido una intervenci¨®n sin matices, sin las interpretaciones ambiguas de otras ocasiones. El discurso, redactado personalmente por ¨¦l, deja sentado que no le une nada a la ultraderecha y al proyecto agresivo de Abascal y Vox. Fuentes de su entorno directo en la c¨²pula popular explican con entusiasmo que esa alocuci¨®n la ten¨ªa muy pensada y planeada y defienden as¨ª la raz¨®n de haber mantenido oculto hasta el final el sentido de su voto negativo a la moci¨®n de censura de Vox. Casado quer¨ªa y, efectivamente, ha logrado el golpe de efecto.
¡°En pol¨ªtica lo que no es posible es falso¡±, comenz¨® el presidente del PP su intervenci¨®n dirigi¨¦ndose a Abascal, con el que hasta hace poco manten¨ªa una buena relaci¨®n personal y contactos frecuentes. Acto seguido le acus¨® de hacer perder el tiempo a todo el mundo y a la clase pol¨ªtica con esa moci¨®n in¨²til en medio de lo peor de la segunda ola de la pandemia de covid con ya un mill¨®n de afectados. ¡°Mucho ruido y pocas nueces, como todo lo que hacen ustedes¡±, le solt¨® el l¨ªder del PP al de Vox sobre la iniciativa parlamentaria malgastada en vano.
¡°Sabe que la moci¨®n de censura es un mecanismo constructivo, as¨ª que lo que aqu¨ª se vota es si usted est¨¢ capacitado para ser presidente de la cuarta econom¨ªa del euro, y si su partido tiene la experiencia y la solvencia para liderar la naci¨®n m¨¢s vieja de Europa. La respuesta ya era evidente y ha quedado a¨²n m¨¢s clara: no¡±, avanz¨® Casado al inicio de su discurso antes de confirmar al final que el PP votar¨ªa tambi¨¦n no a esa censura, como los dos partidos de la coalici¨®n, PSOE y Unidas Podemos, y m¨¢s socios que los que recab¨® Pedro S¨¢nchez hace 10 meses en su investidura. Entonces, S¨¢nchez sum¨® 165 votos a favor y 163 en contra. Este jueves ha habido solo 52 votos a favor de la moci¨®n de censura y 298 en contra.
El l¨ªder del PP ha hilvanado una metralleta de descalificaciones a Vox y al proyecto tan personal de ¡°odio, furia y ruido" de Abascal. Le ha acusado de ser ¡°la pinza de S¨¢nchez¡±, de fortalecer el bloque de investidura justo cuando m¨¢s d¨¦bil est¨¢, de ¡°rellenar con argamasa sus grietas cada vez m¨¢s profundas¡±, de haberse convertido en ¡°el sue?o del nacionalismo y el salvavidas y socio en la sombra¡± del presidente y la coalici¨®n gubernamental. ¡°La izquierda llevaba 30 a?os queriendo que hubiera un partido como Vox: usted se lo ha regalado¡±, le ha espetado a Abascal, que se mostraba descolocado en su esca?o.
¡±El PP no va a poner los coros ni la segunda voz al proyecto de ruptura de Espa?a, ni por la izquierda ni por la derecha. Ni al de S¨¢nchez ni al de Vox", ha enfatizado Casado. El l¨ªder popular, destinatario en la sombra de la moci¨®n de censura, ha dado la vuelta al ataque. ¡°Lo que quiere no es cambiar el Gobierno, que bien sabe que no lo va a conseguir, sino suplantar al PP. Pero abandone toda esperanza. No es el primero que lo intenta pero s¨ª le aseguro que ser¨¢ el ¨²ltimo¡±.
Casado, eso s¨ª, intent¨® en sus arremetidas contra Abascal equipararle todo el tiempo con todos los males que atribuye a S¨¢nchez, sobre toda su gesti¨®n en el Gobierno, al despreciarle incluso como su mera muleta. Pero sin obviar algunas cuitas pendientes que hac¨ªa mucho tiempo que necesitaba soltar. Fue ah¨ª cuando reproch¨® a Abascal su ¡°deslealtad¡± por ser tan desagradecido que no dice nunca nada bueno de un partido como el PP que le dio trabajo durante 15 a?os. ¡°Hasta aqu¨ª hemos llegado¡±, le dijo en otro de sus golpes.
El m¨¢ximo dirigente popular no ve a Abascal capacitado para presidir Espa?a y entiende, adem¨¢s, que no vive en el mundo real por los asuntos que aborda o que provoca. Y fue ah¨ª d¨®nde traz¨® el retrato de su proyecto: ¡°Un PP que lidere la oposici¨®n y ofrezca una alternativa cre¨ªble, no subi¨¦ndose a autobuses descapotables y cabalgando un ej¨¦rcito de trols¡±. Casado ha resaltado que entre su partido y la formaci¨®n ultra hay "tanta distancia como la que media entre el liberalismo reformista y el populismo antipluralismo, entre la econom¨ªa abierta y el proteccionismo aut¨¢rquico, entre la vocaci¨®n europea y atlantista y el aislacionismo, entre el inter¨¦s general y el oportunismo del cuanto peor mejor¡±.
Abascal se ha mostrado desconcertado, tocado, ¡°perplejo¡±, ante la intervenci¨®n de Casado. ¡°Vuelve el PP de siempre, se ha quitado la m¨¢scara, se ha unido a la caricatura brutal [que hacen] de Vox y Abascal, al que usted conoce bien y sabe que no es as¨ª, no esperaba que esta fuera su intervenci¨®n, lamento lo que ha hecho, dar una patada a la esperanza de miles de espa?oles con una equidistancia imposible¡±, ha acertado a decir. El l¨ªder de Vox ha aclarado, eso s¨ª, que, pese al claro desmarque de Casado, su partido no romper¨¢ ¡°por responsabilidad¡± los Gobiernos que sustenta con su apoyo externo en la Comunidad de Madrid, en Murcia y en Andaluc¨ªa.
El vicepresidente segundo y l¨ªder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, pidi¨® intervenir en nombre del Ejecutivo para elogiar los mensajes moderados e inteligentes de Casado, aunque lament¨® que hayan llegado tan tarde. En nombre del PSOE, su portavoz en la C¨¢mara, Adriana Lastra, tambi¨¦n aparent¨® agradecer el nuevo tono del dirigente popular con sus ataques a la ultraderecha, pero con mucha desconfianza: ¡°Demuestre que su no de hoy no es un gesto oportunista. ?O van a seguir ma?ana gobernando de la mano del fascismo? Se?or Casado, hablemos de qu¨¦ es lo que no quiere Abascal. La pol¨ªtica no puede ser confrontaci¨®n y bloqueo¡±.
Posteriormente, el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, ha ofrecido ¡°parar el reloj¡± de la tramitaci¨®n de la proposici¨®n de ley del PSOE y Unidas Podemos, criticada por la mayor¨ªa del mundo judicial y rechazada por la Comisi¨®n Europea, y emprender una nueva negociaci¨®n con el PP para renovar el ¨®rgano de gobierno de los jueces. Tras el giro en el debate de Casado, que ha lanzado un duro ataque a Vox, S¨¢nchez plantea aparcar la reforma que permite renovar 12 de los 20 miembros del Consejo General del Poder Judicial a trav¨¦s de una mayor¨ªa absoluta, y no de 3/5 como hasta ahora, si el PP se decide a volver a la negociaci¨®n. El PP, sin embargo, exige que Podemos no participe en la negociaci¨®n.