La Armada tendr¨¢ un buque para rescatar submarinos y proteger tesoros sumergidos
Defensa incluye el barco de intervenci¨®n subacu¨¢tica, con un coste de 192 millones, en su presupuesto para 2021
Tras haber invertido 3.907 millones de euros en el nuevo submarino S-80, Espa?a carece de un buque capaz de rescatarlo. Si se produjera una cat¨¢strofe como la que llev¨® al fondo del mar al sumergible ruso Kursk (2000) o al argentino Ara San Juan (2017) no hay medios adecuados para auxiliar a sus 40 tripulantes. El Gobierno ha aprobado ahora la construcci¨®n de un nuevo buque de rescate de submarinos, pero no estar¨¢ disponible antes de 2024.
El ¨²nico barco de salvamento que tiene actualmente la Armada espa?ola es el Neptuno (A-20), una antigualla de 45 a?os (se bot¨® como remolcador en 1975) que no se ha desguazado todav¨ªa porque se necesita para las pr¨¢cticas de buceo.
Entre otras limitaciones, no puede embarcar un veh¨ªculo de rescate o por control remoto ni tampoco permanecer fijo en el mar (suministrando ox¨ªgeno, agua o alimentos a un sumergible hundido debajo) salvo fijando sus cuatro anclas. Y eso exige que no haya mala mar y que el lecho marino no est¨¦ a m¨¢s de 50-80 metros de profundidad. La cota m¨¢xima a la que operar¨¢ el S-80 en tiempo de paz (en guerra es secreto militar) son 350 metros.
La Armada lleva a?os reclamando la construcci¨®n del BAM IS (Buque de Acci¨®n Mar¨ªtima de Intervenci¨®n Subacu¨¢tica) y, por fin, Hacienda dio su brazo a torcer en julio pasado y el Ministerio de Defensa lo ha incluido en su proyecto de Presupuestos para el pr¨®ximo a?o: su coste asciende a 167 millones de euros (53,4 en 2021) por la plataforma; a los que hay que sumar otros 25 para la compra de equipos.
A diferencia del Neptuno, el nuevo buque podr¨¢ permanecer fijo en un punto del oc¨¦ano (no importa a qu¨¦ profundidad est¨¦ el fondo marino), incluso si el estado del mar fuera poco favorable, gracias a su sistema de posicionamiento din¨¢mico, que maniobra con sus cinco propulsores y empujadores de proa, todos el¨¦ctricos.
Dispondr¨¢ de radar de barrido lateral, dos c¨¢maras hiperb¨¢ricas, dos tel¨¦fonos submarinos, sistemas de suministro de emergencia a una nave hundida y helipuerto para evacuar heridos o para recibir material. Su plataforma est¨¢ basada en la del BAM, un buque de vigilancia oce¨¢nica del que la Armada tiene ya seis unidades, pero con mayor tonelaje (5.000 toneladas frente a 2.670) y doble cubierta, a proa y popa, para que puedan operar los equipos de rescate.
El buque estar¨¢ preparado para albergar el Sistema de Rescate de Submarinos de la OTAN (NRSS), que incluye un sumergible operado por control remoto (SRDRS), que se acopla a la escotilla de escape del submarino hundido para evacuar a la tripulaci¨®n. El minisubmarino est¨¢ a disposici¨®n de los pa¨ªses de la OTAN, listo para desplegarse en 72 horas en caso de emergencia.
El rescate de submarinos siniestrados ser¨¢ el cometido m¨¢s espec¨ªfico del futuro BAM IS, pero no el ¨²nico. M¨¢s frecuentes que los accidentes de sumergibles es el hundimiento de pesqueros o la ca¨ªda de aviones y helic¨®pteros al mar. La recuperaci¨®n de los cad¨¢veres de los tripulantes, por razones humanitarias, y la de los restos de las aeronaves, para investigar las causas de un accidente, ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil con equipos que pueden operar a gran profundidad.
La Armada le atribuye, adem¨¢s, la misi¨®n de apoyar las instalaciones y tareas subacu¨¢ticas, la desactivaci¨®n de explosivos submarinos o la remoci¨®n o colocaci¨®n de obst¨¢culos; es decir, desde operaciones de salvamento a guerra naval especial.
Una de sus tareas m¨¢s importantes, al margen de las militares, ser¨¢ la protecci¨®n del patrimonio subacu¨¢tico. El futuro buque ir¨¢ dotado con dos robots submarinos (ROV), guiados por cable y equipados con c¨¢maras, que permitir¨¢n identificar y balizar los pecios de los buques hundidos en las proximidades de las costas espa?olas.
La localizaci¨®n y vigilancia de estos pecios evitar¨¢ que se repitan episodios como el saqueo de la fragata Nuestra Se?ora de las Mercedes, cuyo tesoro fue esquilmado en 2007 por la empresa Odyssey hasta que el Tribunal Supremo de Estados Unidos orden¨® en 2012 que se devolviera a Espa?a.
Una vez que se firme la orden de ejecuci¨®n, a principios del pr¨®ximo a?o, la construcci¨®n del nuevo buque en el astillero de Navantia en Puerto Real (C¨¢diz) llevar¨¢ 36 meses. Seg¨²n la SEPI, el proyecto supondr¨¢ 1,3 millones de horas de trabajo y 1.115 empleos, entre directos e indirectos, en la bah¨ªa de C¨¢diz.
No llegar¨¢ a tiempo para las pruebas de mar del primer submarino de la serie S-80, el Isaac Peral, previstas entre diciembre de 2021 y diciembre de 2022. Es uno de los momentos m¨¢s peligrosos, pues se trata de llevar al sumergible hasta el l¨ªmite de sus capacidades para comprobar si responde seg¨²n lo previsto. La Armada deber¨¢ probablemente recurrir a la ayuda aliada para superar ese bache pero, al menos, tendr¨¢ un buque de rescate cuando los cuatro submarinos est¨¦n operativos.
El gasto en Defensa llegar¨¢ al 1% del PIB
El Ministerio de Defensa est¨¢ convencido de que el gasto militar de Espa?a llegar¨¢ al 1% del PIB en 2021. A¨²n estar¨¢ muy lejos del 2% que fij¨® la OTAN como objetivo para 2024, pero supondr¨¢ un salto respecto a a?os anteriores, cuando apenas superaba el 0,90%, y as¨ª lo trasladar¨¢ la ministra Margarita Robles a sus hom¨®logos aliados, seg¨²n fuentes de su departamento. El presupuesto de Defensa para 2021 ser¨¢ de 9.409 millones, un 4,6% de aumento. A ello hay que sumar unos 600 millones de operaciones en el exterior y 676 de cr¨¦ditos de Industria. Pero la verdadera raz¨®n de que aumente su peso respecto al PIB no est¨¢ en que el gasto militar sea mucho mayor, sino en que el PIB ser¨¢ menor.
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