Jabaloyas, el pueblo que ech¨® al alcalde al cerrar el bar
La conmoci¨®n por el fin del centro de la vida social de este pueblo turolense refleja el pulso de la Espa?a vac¨ªa por sobrevivir
El silencio domina las calles laber¨ªnticas y vac¨ªas de Jabaloyas (Teruel, 57 habitantes), interrumpido por el ruido de las vajillas a la hora de comer. Aqu¨ª todos se conocen: a los 15 habitantes que se quedan todo el a?o, se suman los que vuelven a su segunda residencia. Los vecinos, que sue?an con tener banda ancha, se conforman con ver al m¨¦dico y al panadero dos veces a la semana. La cola para recoger el pan, las fiestas de verano, los concejos municipales y las partidas de cartas dan vida al pueblo. Sin embargo, desde hace m¨¢s de cuatro meses se ha quedado sin el coraz¨®n de su vida social: el bar. La gerente, Marisol Trist¨¢n, lo dej¨® a finales de agosto, tras algunos roces con el alcalde, Enrique ?lvarez (PSOE). Su cierre convenci¨® a los vecinos a votar una moci¨®n de censura contra el edil el pasado 5 de noviembre. La iniciativa tuvo ¨¦xito y ahora desean que Jabaloyas no desaparezca.
Los Diezmos, el bar del pueblo, es de propiedad de la Fundaci¨®n de Desarrollo de la Comunidad de Albarrac¨ªn. Desde octubre de 2017 lo regentaba Trist¨¢n, de 55 a?os. La empresaria empez¨® a hacer de la localidad turolense su segunda residencia, pero en 2016 decidi¨® quedarse definitivamente. ¡°Lo cog¨ª para dar servicio y para ganarme la vida¡±, cuenta. All¨ª los vecinos quedaban para tomar algo, utilizar el wifi, trabajar, leer el peri¨®dico, comprar los boletos de la loter¨ªa o jugar a cartas. Sin embargo, recuerda que desde hace m¨¢s de un a?o los rifirrafes con el exalcalde no la dejaban tranquila. ¡°En septiembre de 2019 nos quer¨ªa tirar¡±, lamenta. Seg¨²n su versi¨®n, ?lvarez no volvi¨® a pisar el suelo del bar: ¡°Lo que ha ido haciendo es machacarnos en vez de apoyarnos¡±, sentencia. Por su parte, el exedil ha reprochado las cr¨ªticas. ¡°Yo no les pod¨ªa echar, han cerrado porque les ha dado la gana¡±, explica por tel¨¦fono. Sostiene que entr¨® en el local hasta el ¨²ltimo d¨ªa y que nadie dijo nada en los concejos del pueblo. ¡°Todo lo dem¨¢s es mentira¡±, zanja.
En el sal¨®n de su casa, Mar¨ªa y Luis (nombres ficticios) explican que ¡°un bar en un pueblo peque?o es un centro social donde se decide todo¡±. La pareja de jubilados veranea en Jabaloyas desde hace 35 a?os: al no estar empadronados no votaron en la moci¨®n, pero apoyaban un cambio en la pol¨ªtica municipal y acusan a ?lvarez de no escuchar las exigencias de los vecinos en las reuniones del municipio, que se rige en un concejo abierto. ¡°Hasta nos dijeron que los que no estamos empadronados no tenemos ni voz, ni voto¡±, reprocha Mar¨ªa. ¡°Con el cierre del bar decidimos que algo hab¨ªa que hacer¡±, lamenta Mar¨ªa.
Desde el primer momento Marta (nombre ficticio), exalcaldesa y exvecina del pueblo, rechaz¨® apoyar la moci¨®n de censura y sigue defendiendo al anterior regidor. ¡°Culpan a Enrique de problemas que vienen de los Ayuntamientos anteriores¡±, afirma. ¡°En un pueblo tan peque?o hay que construir en vez de destruir¡±. La exvecina de Jabaloyas reprocha por tel¨¦fono que el pueblo se haya dividido en dos bandos: ¡°Se han mezclado asuntos personales con la pol¨ªtica¡±, concluye.
La moci¨®n de censura sali¨® adelante con 25 votos a favor, 18 en contra y una abstenci¨®n, de un total de 44 censados presentes. Javier Gaspar y Carmen Dumont votaron s¨ª ese 5 de noviembre. La pareja, que se mud¨® a Jabaloyas hace 18 a?os despu¨¦s de una vida entre Valencia y Albarrac¨ªn, explica que temen por el futuro del pueblo. ¡°Con 57 habitantes no podemos tener ciudadanos de primera, de segunda o de tercera. No podemos restar, tenemos que sumar¡±, sentencia Dumont, desde el sal¨®n de su casa rural, Las Leyendas del Jabal. Con los brazos cruzados Gaspar asegura que vivir en un pueblo no es para todos: ¡°Es como ser m¨¦dico o monja. Es vocacional¡±.
Hasta hoy las puertas del bar siguen cerradas. ?scar Castillo, el nuevo alcalde del pueblo, afirma que los nuevos gerentes prev¨¦n abrir a finales de enero. Mientras tanto, en estos meses ya se hizo un concejo con los vecinos para discutir los proyectos futuros, como la rehabilitaci¨®n del campamento escolar, la apertura de un albergue para ciclistas y una v¨ªa ferrata. ¡°Todo esto es para atraer a la gente, para que no se hunda el pueblo¡±, concluye.
Entre 2010 y 2019 Espa?a ha asistido a un progresivo cierre de bares: m¨¢s de 21.000 establecimientos echaron el cerrojo, seg¨²n los datos de la Confederaci¨®n Empresarial de Hosteler¨ªa, sobre todo en ¨¢reas rurales. En Arag¨®n se estima que los establecimientos de restauraci¨®n se concentran sobre todo en Zaragoza, con un 68,5% del total. Huesca cuenta con un 19,7% mientras que Teruel un 11,8%.
Ante el miedo a que se vayan m¨¢s vecinos, Gaspar y Dumont aseguran que har¨¢n todo lo posible para apoyar en lo que se necesite: ¡°Estamos en un punto sin retorno. Si seguimos la marcha que est¨¢bamos llevando se muere el pueblo. No se cierra el bar, se cierra Jabaloyas¡±. Para ellos no se trata solo de arreglar ca?er¨ªas, sino que la localidad vuelva a ser atractiva, sobre todo para los j¨®venes. ¡°Una chimenea m¨¢s aqu¨ª, no sabes lo que se agradece¡±, confiesan.
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