Vox quiere ensayar en Madrid un Gobierno de ¡°derecha-derecha¡± con el PP

Vox ha convocado una caravana de veh¨ªculos el pr¨®ximo martes en Murcia para exigir la inmediata celebraci¨®n de elecciones auton¨®micas. La iniciativa puede resultar extempor¨¢nea, pues la moci¨®n de censura del PSOE y Ciudadanos ha quedado neutralizada despu¨¦s de que el presidente Fernando L¨®pez Miras (PP) se haya asegurado el apoyo de tres de los seis diputados de In¨¦s Arrimadas, incorporando a su Gobierno a los dos que a¨²n no lo estaban. El riesgo de un supuesto ¡°asalto social-comunista¡± al poder regional que denunciaba Vox parece conjurado, pero aun as¨ª insiste en exigir que se pongan las urnas.

Tambi¨¦n reclama elecciones anticipadas en Andaluc¨ªa y Castilla y Le¨®n, a pesar de que all¨ª los respectivos presidentes, Juan Manuel Moreno Bonilla y Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco, del PP, han reafirmado su confianza en Cs, que ha descartado un cambio de alianza. En ambos casos, son las elecciones que pide Vox las que podr¨ªan hipot¨¦ticamente permitir la llegada de la izquierda al poder.

La ¨²nica que ha seguido los consejos del partido ultra es la presidenta madrile?a, Isabel D¨ªaz Ayuso. Ante el temor a que sus socios de gobierno pudieran confabularse con los socialistas, lo que las otras dos partes del tri¨¢ngulo niegan con vehemencia, D¨ªaz Ayuso decidi¨® el pasado mi¨¦rcoles cortar por lo sano: disolvi¨® la asamblea regional y convoc¨® elecciones para el 4 de mayo. Vox fue el ¨²nico partido, adem¨¢s del PP, que aplaudi¨® la decisi¨®n y se mostr¨® convencido de que ser¨¢ finalmente avalada por los tribunales.

Si las encuestas publicadas estos d¨ªas por Abc y El Confidencial aciertan (el PP obtendr¨ªa una amplia mayor¨ªa, pero necesitar¨ªa los votos de Vox para gobernar), la apuesta le habr¨¢ salido redonda a Santiago Abascal. Ciudadanos desaparecer¨ªa del mapa pol¨ªtico (ning¨²n sondeo le da representaci¨®n en la C¨¢mara) y el partido ultra se convertir¨ªa en el apoyo imprescindible para completar la mayor¨ªa absoluta de derechas.

Tras las elecciones locales de mayo de 2019, Ciudadanos vet¨® su participaci¨®n en los gobiernos auton¨®micos y municipales. Vox tuvo que conformarse con apoyar la investidura de D¨ªaz Ayuso o Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida para cerrar el paso a la izquierda, pero sin conseguir a cambio tocar poder. Ahora, la situaci¨®n puede ser muy diferente: sin Ciudadanos impidi¨¦ndolo y con una D¨ªaz Ayuso que jam¨¢s le ha hecho ascos, el cord¨®n sanitario saltar¨¢ por los aires y el partido ultra puede tener finalmente responsabilidades de gobierno. Es lo que le falta para ganar respetabilidad y convertir sus 3,6 millones de votos en capacidad de gesti¨®n e influencia.

Vox quiere hacer de la Comunidad de Madrid el ¡°laboratorio de ensayo de un Gobierno de derecha-derecha¡± que se trasplantar¨ªa tras las pr¨®ximas elecciones generales a La Moncloa, seg¨²n fuentes pr¨®ximas al mismo. Aunque para ello el l¨ªder del PP, Pablo Casado, tuviera que tragarse las descalificaciones que dirigi¨® a Abascal en el debate de la moci¨®n de censura de octubre pasado.

Las encuestas mencionadas dibujan un escenario de ensue?o para el partido ultra, pero hay otro de pesadilla: que D¨ªaz Ayuso lograra mayor¨ªa absoluta y sus votos resultaran irrelevantes. Para Vox resulta muy dif¨ªcil competir con la presidenta madrile?a, cuyo discurso se confunde con el suyo, al contrario que el de los otros barones auton¨®micos del PP, como Feij¨®o, Ma?ueco o Moreno Bonilla, m¨¢s moderados.

En Madrid, Vox y el PP compiten por el mismo electorado y es dif¨ªcil hallar argumentos para votar a Roc¨ªo Monasterio en lugar de hacerlo por D¨ªaz Ayuso, que representa la opci¨®n ganadora. El PP se ha lanzado ya a defender el voto ¨²til, alegando que la divisi¨®n del electorado de la derecha puede acabar dando el poder a la izquierda. Vox intenta contrarrestar este mensaje subrayando que la ley electoral madrile?a es casi proporcional y que ning¨²n voto se tira, salvo los que vayan a candidaturas que no superen el list¨®n del 5% necesario para entrar en la Asamblea.

Para frenar la apisonadora del voto ¨²til, Vox se presentar¨¢ ante los electores como la ¡°garant¨ªa¡± de que el futuro Gobierno de D¨ªaz Ayuso aplica pol¨ªticas de derechas y no cae en la tentaci¨®n de hacer concesiones para apaciguar a la izquierda. A Abascal no le importa si en Madrid su ascenso electoral no es tan mete¨®rico como lo ha sido en las elecciones catalanas del pasado 14 de febrero, donde sobrepas¨® al PP y Cs. Esta vez no quiere tener muchos esca?os. Quiere gobernar.