¡°Si hubiese sabido la realidad que me encontr¨¦ en Canarias, nunca habr¨ªa venido¡±
Tras meses de bloqueo en las islas, m¨¢s de 150 personas desisten de su proyecto migratorio y piden volver a su pa¨ªs
Mahmud, un joven marroqu¨ª que lleg¨® en patera a Gran Canaria el pasado mes diciembre, persigue a la Polic¨ªa hace m¨¢s de dos semanas. El chico, que pide no revelar su nombre real, se hace el encontradizo y con su pasaporte en el bolsillo se acerca a los agentes que patrullan las calles en busca de inmigrantes en situaci¨®n irregular. Tras fracasar en su intento de que lo detuviesen en la comisar¨ªa y en el puerto, Mahmud merodea ahora dos o tres veces por semana por parques y estaciones de autob¨²s, algunos de los puntos calientes de los controles. Pero la t¨¢ctica no funciona y mientras muchos de ...
Mahmud, un joven marroqu¨ª que lleg¨® en patera a Gran Canaria el pasado mes diciembre, persigue a la Polic¨ªa hace m¨¢s de dos semanas. El chico, que pide no revelar su nombre real, se hace el encontradizo y con su pasaporte en el bolsillo se acerca a los agentes que patrullan las calles en busca de inmigrantes en situaci¨®n irregular. Tras fracasar en su intento de que lo detuviesen en la comisar¨ªa y en el puerto, Mahmud merodea ahora dos o tres veces por semana por parques y estaciones de autob¨²s, algunos de los puntos calientes de los controles. Pero la t¨¢ctica no funciona y mientras muchos de sus compatriotas acaban contra su voluntad en un vuelo de deportaci¨®n, ¨¦l vuelve cabizbajo a su campamento. Se jug¨® la vida en este viaje, pero est¨¢ desesperado por volver a casa. ¡°No puedo m¨¢s¡±, asegura.
¡°Cre¨ªa en el sue?o europeo y, como todos los j¨®venes, quer¨ªa ayudar a mi familia y tener una vida mejor¡±, recuerda. ¡°Las redes sociales est¨¢n llenas de gente que pone fotos en lugares bonitos, felices y vistiendo ropa buena, pero si yo hubiese visto una sola foto de la realidad que me encontr¨¦ nunca habr¨ªa venido¡±, lamenta. Mahmud, de 24 a?os, se queja del trato ¡°discriminatorio¡± que ha recibido desde que lleg¨® a la isla y de la frustraci¨®n de no haber podido llegar todav¨ªa a Francia donde tiene familia y pretend¨ªa trabajar. ¡°Para m¨ª todo ocurri¨® al contrario de lo que esperaba¡±, asegura. Su proyecto migratorio, asume, ha fracasado y, mientras, se acumulan las facturas por pagar. Su madre ¡ªy aqu¨ª rompe a llorar¡ª se lo lleva diciendo desde el mismo d¨ªa que desembarc¨®: ¡°Vuelve¡±.
Hace meses que historias como la de Mahmud son cada vez m¨¢s comunes en Canarias. Miles de personas han logrado llegar a la Pen¨ªnsula para reencontrar familiares y amigos e intentar trabajar, pero el des¨¢nimo y la sensaci¨®n de p¨¦rdida de tiempo es permanente entre las m¨¢s de 5.000 personas que el Ejecutivo mantiene bloqueadas en el archipi¨¦lago. Eran los motores econ¨®micos de sus familias, pero hace meses que se sienten un lastre para ellas. La inmensa mayor¨ªa resiste, en la calle o en campamentos, pero el sue?o se rompe y ya son decenas de personas las que est¨¢n pidiendo volver a casa.
En lo que va de a?o, 152 migrantes llegados en patera a las islas han acudido a la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM) para que gestione su regreso, sobre todo a Marruecos, pero tambi¨¦n a Senegal y Mauritania. Durante el proceso, 16 de ellos se han arrepentido, pero 32 ya est¨¢n en sus pa¨ªses y el resto espera el fin de los tr¨¢mites o la fecha de su vuelo. Mahmud tambi¨¦n deber¨¢ ir en uno de esos vuelos, si no logra que la Polic¨ªa lo expulse antes de terminar el papeleo. Es un n¨²mero modesto si se tiene en cuenta que desde enero de 2020 han llegado m¨¢s de 26.000 personas a las islas, pero es al mismo tiempo una cifra extraordinaria porque los africanos solo aparecen de forma anecd¨®tica en las estad¨ªsticas de retorno voluntario, un programa financiado casi en su totalidad por la UE.
En 2019, a?o prepandemia y, por tanto, sin restricciones fronterizas, apenas 11 de los 673 inmigrantes que abandonaron Espa?a gracias al retorno voluntario eran africanos, seg¨²n datos de la Secretar¨ªa de Estado de Migraciones. En 11 a?os de estad¨ªsticas de este programa en el que participan varias organizaciones y que ha beneficiado a m¨¢s de 22.000 personas, solo constan unos 600 africanos. La inmensa mayor¨ªa, seg¨²n los registros que comienzan en 2009, son latinoamericanos. Las cifras de la OIM de 2020, adem¨¢s, contemplan un n¨²mero indefinido de migrantes que, seg¨²n fuentes policiales y a diferencia de Mahmud, s¨ª han acabado en uno de los cuatro vuelos de deportaci¨®n de marroqu¨ªes que parten cada semana tras acudir a comisar¨ªa o al aeropuerto para rogar que los devuelvan.
Georgina Lara, responsable del programa de retorno de la OIM, prev¨¦ que las peticiones contin¨²en al alza si, adem¨¢s, se mantienen las entradas irregulares en las islas. ¡°Cuando acuden a nosotros, argumentan falta de ingresos y de redes familiares y se ven incapaces de conseguir la documentaci¨®n a corto y largo plazo¡±, mantiene. Lara asegura que entre las principales razones que exponen los migrantes para retornar no mencionan la imposibilidad de salir de las islas, pero s¨ª concede: ¡°Evidentemente si estuviesen en la Pen¨ªnsula se plantear¨ªan su proyecto migratorio de otra manera¡±. En Melilla, tras meses e incluso a?os atrapados, tambi¨¦n se ha registrado un incremento relevante de peticiones de retorno por parte de tunecinos y egipcios.
Ahmed Elhassnaoui, un pescador marroqu¨ª de 31 a?os, volvi¨® a casa el pasado 8 de febrero, despu¨¦s de tres meses duros en Gran Canaria. Vivi¨® un tiempo en un hotel hasta que lo expulsaron y malvivi¨® m¨¢s de un mes en las calles y playas de Arguinegu¨ªn. Sin pasaporte, sus posibilidades de llegar a la Pen¨ªnsula eran m¨ªnimas y no se ve¨ªa capaz de salir de la miseria en la que hab¨ªa ca¨ªdo. ¡°Pensaba que aqu¨ª tendr¨ªa un buen futuro, pero me encontr¨¦ otra vida dura. Estar en la calle es muy dif¨ªcil¡±, cont¨® a EL PA?S en febrero, unas semanas antes de marcharse. La OIM pag¨® su PCR y su billete de vuelta y, como parte del programa, le entreg¨® 450 euros que Elhassnaoui gast¨® en un autob¨²s de vuelta a casa y en ropa. ¡°Me hubiese gustado quedarme, pero estaba sufriendo demasiado. Era una p¨¦rdida de tiempo¡±, cuenta en una videollamada desde Dajla, la ciudad del Sahara Occidental donde viv¨ªa con su familia. ¡°Muchas personas me preguntan por qu¨¦ no aguant¨¦ m¨¢s y les respondo que no tienen idea de la realidad. Lo que pas¨¦ aqu¨ª no se lo he contado a nadie, solo lo sabe mi familia y mi mejor amigo¡±, confiesa. El mar est¨¢ revuelto y a¨²n no tiene trabajo, pero dice que est¨¢ contento y tranquilo. Las normas del programa marcan que los retornados no podr¨¢n volver a Espa?a en un periodo de tres a?os, pero a la pregunta de si lo volver¨ªa a intentar en un futuro, Elhassnaoui responde con media sonrisa: ¡°Cuando se acabe el coronavirus y haya trabajo¡±.