Bloqueados en Canarias
Miles de migrantes permanecen varados en las islas. EL PA?S analiza la crisis migratoria del archipi¨¦lago a trav¨¦s de las historias de personas que desembarcaron all¨ª entre finales de 2019 y 2020
Varados en Canarias
12 protagonistas de la crisis migratoria
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EL PA?S
Las Islas Canarias se han convertido en la sala de espera en la que miles de migrantes que partieron de la costa africana aguardan durante meses, a veces durante m¨¢s de un a?o, para continuar su viaje hacia Europa. Solo en 2020, m¨¢s de 23.000 personas llegaron al archipi¨¦lago a bordo de una patera. M¨¢s del 80% tocaron tierra en la isla de Gran Canaria. Pero aunque ninguno ten¨ªa como destino final las islas, 9.000 adultos y 2.000 menores, llegados el a?o pasado, a¨²n permanecen varados all¨ª. EL PA?S narra la crisis migratoria canaria a trav¨¦s de las voces de algunos de sus protagonistas.
El m¨®vil de Mamadu Wurie Dumbuya, un sierraleon¨¦s de 29 a?os, dej¨® de dar se?al todo el mes de noviembre y diciembre. Lo apag¨® porque estaba perdiendo la cabeza. Le estresaba leer los mensajes de algunos conocidos que, como ¨¦l, hab¨ªan llegado en patera a Gran Canaria y comenzaban una nueva vida en el continente. No pod¨ªa dormir de la ansiedad. Dumbuya acaba de cumplir un a?o bloqueado en la isla, ha vivido ya en cuatro centros de acogida de emergencia y hay d¨ªas que tiene la sensaci¨®n de que se han olvidado de ¨¦l. ¡°Lo m¨¢s dif¨ªcil ha sido entender por qu¨¦ llevo tanto tiempo esperando aqu¨ª. Hace un a?o que digo adi¨®s a gente que logra que la trasladen, pero a m¨ª nunca me toca. S¨¦ que es una decisi¨®n pol¨ªtica, pero est¨¢ siendo muy duro¡±, relata.
Mamadu Wurie Dumbuya, Sierra Leona
Cuando el joven desembarc¨® en el muelle de Arguinegu¨ªn, en febrero de 2020, el repunte migratorio ni siquiera hab¨ªa alcanzado la categor¨ªa de crisis. Sin documentos, su traslado a la Pen¨ªnsula depende de un salvoconducto de la polic¨ªa que no sabe si alg¨²n d¨ªa llegar¨¢. No le expulsan ¨DEspa?a no tiene un acuerdo con Sierra Leona para devolver a sus nacionales¨D, pero tampoco se le permite seguir su camino. Dumbuya colecciona d¨ªas sin hacer pr¨¢cticamente nada y sin apenas comunicarse porque ¨¦l habla ingl¨¦s y la mayor¨ªa de los que le rodean, franc¨¦s. Desde el pasado s¨¢bado est¨¢ a¨²n m¨¢s solo: su gran amigo Buba Camara, un joven gambiano de 21 a?os, ha conseguido por fin su transferencia a Madrid despu¨¦s de un a?o y dos meses esperando.
Buba Camara, Gambia
Para llegar a Canarias, Dumbuya cruz¨® Guinea, Senegal, Mauritania y el S¨¢hara Occidental, en un viaje de casi un a?o. Como la mayor¨ªa de los que llegan, no sab¨ªa que Gran Canaria era una isla, ni que le costar¨ªa tanto salir de ella, pero en aquel momento la ruta canaria, la m¨¢s mortal para alcanzar Europa, era tambi¨¦n la m¨¢s barata y accesible y volv¨ªa a reactivarse despu¨¦s de m¨¢s de una d¨¦cada controlada. Los datos avalan su decisi¨®n: m¨¢s de la mitad de los migrantes que entraron irregularmente por mar a Espa?a durante 2020 lo hicieron por las islas, en paralelo a la brusca ca¨ªda del tr¨¢nsito por las rutas del Mediterr¨¢neo Central y Occidental.
Ca¨ªda en la llegada de migrantes por el Mediterr¨¢neo central
Cambio de rutas de llegada de migrantes a Espa?a
El Gobierno central, con el apoyo y la financiaci¨®n de la UE, ha apostado por concentrar al mayor n¨²mero de migrantes en el archipi¨¦lago en macrocampamentos que no re¨²nen las mejores condiciones. Con el objetivo de desincentivar nuevas llegadas y facilitar la devoluci¨®n, el Ejecutivo mantiene en las islas a 9.000 personas. A esta cifra hay que sumar los 2.000 menores no acompa?ados tutelados por el Gobierno auton¨®mico, que sigue clamando en el desierto la solidaridad de otras comunidades, un mecanismo que ya refleja la propia ley de Extranjer¨ªa y que no se activa.
Fotorrelato: Varados en Canarias
Entre los bloqueados hay cientos de migrantes, como Dumbuya, que provienen de pa¨ªses con los que o no hay convenios de devoluci¨®n o de donde, aun habi¨¦ndolos, ser¨¢ muy dif¨ªcil deportarlos. El archipi¨¦lago, adem¨¢s, alberga todav¨ªa a otros cientos de migrantes con perfiles vulnerables (mujeres con ni?os, enfermos, solicitantes de asilo¡). En teor¨ªa, estas personas son las ¨²nicas a los que el Gobierno permite salir y a quienes prioriza su traslado a centros m¨¢s adecuados en la Pen¨ªnsula, pero las derivaciones han sido muy limitadas ¨Dapenas 2.168 en 2020¨D, y la espera se ha alargado meses. El Gobierno, presionado por el Ejecutivo auton¨®mico y los problemas derivados de mantener tantas personas en las islas, pretende ahora acelerar traslados y, seg¨²n ha adelantado este martes La Provincia, se ha autorizado la salida de unas 3.500 personas. Fuentes no oficiales pero conocedoras del dispositivo confirman el n¨²mero a EL PA?S, pero sin aclarar cu¨¢ntos de ellos ya hab¨ªan salido de las islas en traslados anteriores y cu¨¢ntos lo har¨¢n en las pr¨®ximas semanas. La Secretar¨ªa de Estado de Migraciones y el Ministerio del Interior, como viene siendo habitual, no confirman la informaci¨®n y mantienen el secretismo sobre los traslados.
Djeneba Doumbia, Mal¨ª
Shutil Jamilat, Tanzania
Souleyman, un maliense de 20 a?os solicitante de asilo y, por tanto, uno de esos perfiles m¨¢s vulnerables, ha esperado casi cuatro meses en un hotel hasta que, por fin, le trasladaron el pasado mi¨¦rcoles a Madrid. El recrudecimiento de los ataques yihadistas en Segou (Mal¨ª), le empujaron a emigrar. Dej¨® sus estudios de administraci¨®n de empresas, cruz¨® Argelia y lleg¨® a Marruecos en busca de un pasaje a Europa. ¡°En Mal¨ª nada funciona, los terroristas est¨¢n en todas partes, la guerra se lo ha comido todo¡±, lamenta. Souleyman no recuerda en qu¨¦ ciudad embarc¨®, pero s¨ª que el viento azot¨® su patera durante siete d¨ªas hasta que arrib¨® en noviembre a Gran Canaria. Otros migrantes, como Omar Niasse, que zarp¨® desde Saint Louis (Senegal) y lleva en Tenerife m¨¢s de cuatro meses, tardaron hasta 12 d¨ªas en llegar.
D¨ªas embarcados desde la costa africana hasta Canarias
De talante tranquilo y risue?o, Souleyman mantuvo la calma durante los cuatro meses que ha permanecido en la isla, mientras la frustraci¨®n en los hoteles y la tensi¨®n xen¨®foba en la calle iba en aumento. ¡°La vida es una lucha¡±, resume. Un par de d¨ªas antes de partir reflexionaba sobre c¨®mo la espera estaba haciendo mella en su estado de ¨¢nimo y en el de todos los que le rodeaban. ¡°El sentimiento que se vive aqu¨ª est¨¢ entre la depresi¨®n y la desesperanza, el fin de un sue?o despu¨¦s de un viaje en el que nos hemos jugado la vida. Dejamos todo atr¨¢s porque hu¨ªmos de las guerras, la mala situaci¨®n econ¨®mica y varias otras crisis¡ Es una situaci¨®n que ning¨²n ser humano merece en este mundo¡±.
Souleyman, Mal¨ª
Y no solo es peligrosa escapar de ella, tambi¨¦n costosa. Souleyman pag¨® solamente por el trayecto en patera mil euros. Algunos llegan a pagar el doble:
Precio del embarque a Canarias
El negocio puede resultar muy lucrativo: en 2020 llegaron 745 embarcaciones a Canarias.
Los migrantes ya no pueden volar a la Pen¨ªnsula
Hasta diciembre, el Ministerio del Interior no pon¨ªa demasiadas trabas a que inmigrantes llegados en patera pero con su pasaporte en regla tomasen por su cuenta un avi¨®n o un barco rumbo a la Pen¨ªnsula. Aun estando en situaci¨®n irregular eran libres y se respetaba su derecho a la libre circulaci¨®n. As¨ª deben haberse marchado al menos unas 9.000 personas de las 23.000 que llegaron en 2020 a Canarias en un c¨¢lculo aproximado que tiene en cuenta los desembarcos, los acogidos actualmente en las islas, los derivados oficialmente y las repatriaciones. Pero a partir del 10 de diciembre, el proceder de la polic¨ªa cambi¨®. La divulgaci¨®n de varios v¨ªdeos que mostraban a marroqu¨ªes y subsaharianos desembarcando en diferentes provincias con restricciones sanitarias desat¨® una pol¨¦mica alimentada con falsedades por la derecha y la ultraderecha. Desde entonces, los agentes blindan los puertos y aeropuertos canarios.
La raz¨®n para incrementar la vigilancia es, sobre el papel, garantizar que se cumplen los cierres perimetrales auton¨®micos, pero en la pr¨¢ctica no se trata tanto de controlar viajeros como migrantes. ¡°Los abogados estamos viendo c¨®mo se realiza una discriminaci¨®n clara cuando a un migrante con pasaporte o una solicitud de protecci¨®n internacional, as¨ª como documentos que justificar¨ªan el desplazamiento hacia la Pen¨ªnsula, no se les permite embarcar¡±, denuncia la abogada experta en Derecho de Extranjer¨ªa, Yadira Gonz¨¢lez. EL PA?S ha comprobado c¨®mo con DNI y un billete, uno pasa el control policial sin necesidad de mostrar un justificante de su viaje, pero cuando el que lo intenta ha llegado en patera, no pasa. En muchos casos, acaba detenido para su devoluci¨®n; en otros, se les retiene lo suficiente como para que pierdan el vuelo. Los migrantes ya ni se acercan al aeropuerto.
Algo menos de la mitad de los 9.000 acogidos en hoteles y macrocampamentos canarios son marroqu¨ªes, a los que el Ministerio del Interior tiene especial inter¨¦s en bloquear para meterlos en un avi¨®n de vuelta. Malienses y senegaleses son las otras dos nacionalidades m¨¢s numerosas en el archipi¨¦lago.
Flujo de africanos hacia Canarias
Como muchos que han desembarcado en Canarias, Abdelilah, un pescador de 35 a?os, proviene de la localidad marroqu¨ª El Kelaa des Sraghna. Esta regi¨®n del interior del pa¨ªs, agr¨ªcola y empobrecida, lleva toda una vida viendo a sus habitantes emigrar a otras ciudades marroqu¨ªes m¨¢s pr¨®speras y, en el ¨²ltimo a?o, ha llamado la atenci¨®n de periodistas, polic¨ªas y observadores internacionales la cantidad de sus vecinos que, empujados por la pandemia y la sequ¨ªa, han acabado en Gran Canaria.
Abdelilah, Marruecos
Abdelilah ya hab¨ªa dejado a su familia hace tiempo para ganarse la vida en Dajla, pero el cierre de fronteras para contener la covid desplom¨® las exportaciones y el precio del pescado y decidi¨® subirse a una patera el pasado mes de octubre. Viv¨ªa en el principal puerto de salida hacia Canarias y aquello le pareci¨® el plan m¨¢s evidente. Sin pasaporte y sin encajar en el perfil de vulnerable, sus opciones de marcharse de la isla son m¨ªnimas, algo que ni pens¨® al embarcarse. El bloqueo, lejos de los parientes que tiene en M¨¢laga y en Roma, le angustia pr¨¢cticamente desde el primer d¨ªa y ya van cinco meses: su familia depende de que se ponga a trabajar cuanto antes. A pesar de todo advierte: ¡°Si me devuelven ma?ana a Marruecos lo volver¨¦ a intentar. Pero vendr¨¦ con mi mujer y mis tres hijos peque?os¡±.
La deportaci¨®n de los marroqu¨ªes mantiene cierto ritmo desde que, a principios de diciembre, Interior comenzase a llenar cuatro vuelos semanales con un m¨¢ximo de 20 migrantes cada uno. Devolver a todos los marroqu¨ªes que se acogen en las islas, sin embargo, no ser¨¢ sencillo, ni r¨¢pido y supone asumir que la concentraci¨®n en macrocampamentos no ser¨¢ tan temporal. ¡°La Secretar¨ªa de Estado de Migraciones se ha convertido en un ap¨¦ndice del Ministerio del Interior¡±, lamenta una fuente que particip¨® en su d¨ªa en el dise?o de la pol¨ªtica migratoria espa?ola. ¡°Por un lado, el traslado de todos los vulnerables ya tendr¨ªa que haber ocurrido. Por otro, el ministro del Interior [Fernando Grande-Marlaska] sabe que no va a poder repatriar a las miles de personas que han llegado. No tiene sentido tener esa cantidad de gente en esos campamentos tanto tiempo. No es la soluci¨®n¡±, a?ade.
Zakaria L., Marruecos
Si se tiene en cuenta que unos 4.000 migrantes acogidos en las islas proceden de Marruecos ¨Dsin considerar a los que seguir¨¢n llegando¨D, el Gobierno necesitar¨ªa al menos un a?o para enviarlos a todos a la casilla de salida. Espa?a pretende que Marruecos le permita aumentar estos cupos, aunque, mientras, celebra que env¨ªa el mensaje a los potenciales emigrantes de que no les pondr¨¢ f¨¢cil llegar a Europa. Lo mismo ocurre con los senegaleses, a los que se comenzar¨¢ a deportar ¨Cno est¨¢ claro a qu¨¦ ritmo¨C pr¨®ximamente. ¡°Es evidente que se quiere sellar la ruta, pero tambi¨¦n es evidente que las autoridades saben que eso no es posible. Llevamos bastantes a?os viendo que cuando se cierra de un lado, se abre del otro. Lo que en la pr¨¢ctica acabamos haciendo es, con la excusa de combatir las mafias, castigar a las personas que emigran¡±, lamenta Peio Aierbe, representante de SOS Racismo.
El plan es que en pocos d¨ªas todos abandonen los hoteles y pasen a vivir ¨Dy esperar¨D en los macrocampamentos que el Ministerio de Inclusi¨®n, Migraciones y Seguridad Social ha construido en Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura. Estos recintos, que alojar¨¢n en carpas por tiempo indefinido a unas 7.000 personas, son una versi¨®n adulterada del sistema de atenci¨®n humanitaria espa?ol, dise?ado originalmente para perfiles muy concretos y vulnerables y por tiempo muy limitado. En Canarias, sin embargo, como lleva a?os ocurriendo en Ceuta y Melilla, el sistema ya se ha convertido en en una gigante sala de espera del Ministerio del Interior.
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