Los 700 de T¨²nez atrapados en Melilla
Marlaska viaja al pa¨ªs norteafricano para desbloquear la devoluci¨®n de tunecinos bloqueados en la ciudad aut¨®noma
Cuando Aziz, de 20 a?os, consigui¨® entrar en Melilla pens¨® que la ciudad aut¨®noma ser¨ªa una breve parada en su ruta hacia la Europa continental. ¡°Cre¨ª que iba a estar aqu¨ª dos meses y ya llevo dos meses y un a?o¡±, comenta. El joven es uno de los m¨¢s de 700 tunecinos bloqueados en la ciudad desde finales de 2019, cuando se detuvieron los traslados de estos nacionales hacia la Pen¨ªnsula. Todos tienen orden de expulsi¨®n, pero T¨²nez, que no tiene tratado de repatriaci¨®n con Espa?a, se niega a readmitirlos. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, viaja hoy al pa¨ªs norteafricano para intentar arrancar al nuevo Ejecutivo tunecino un compromiso que permita la devoluci¨®n de todos.
¡°Esto es una prisi¨®n¡±, protesta Belhassen, que vive con Aziz en una chabola que comparten con otras dos personas. Prefieren estar en la calle, entre maleza y escombros, antes que dormir en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), de donde han sido expulsados como castigo en distintas ocasiones. La situaci¨®n en el interior es casi insostenible, con 1.385 personas conviviendo en unas instalaciones preparadas para 782. Solo los tunecinos, la nacionalidad m¨¢s numerosa, suman m¨¢s de la mitad: 697.
¡°Hay muchos tunecinos porque han bloqueado la salida (hacia la Pen¨ªnsula). Hay gente que lleva aqu¨ª un a?o y seis meses¡±, se queja Hamdi, de 33 a?os. Los traslados desde el CETI de Melilla a la Pen¨ªnsula se han realizado de forma peri¨®dica autorizados por Interior hasta que en marzo se cerraron las fronteras por el coronavirus. Es el Ministerio el que estudia los perfiles de los residentes en funci¨®n de las plazas disponibles en recursos de la Pen¨ªnsula. Diversas organizaciones denuncian la arbitrariedad de esa selecci¨®n y apuntan a criterios de control migratorio.
En 2019, Melilla se consagr¨® como puerta de tunecinos a Espa?a. Ese a?o fueron la primera nacionalidad entre los llegados a la ciudad aut¨®noma (en torno a 1.200, un 22% del total, por delante de Siria o Marruecos). La estrategia del Ejecutivo para desincentivar la llegada y cerrar esa v¨ªa de entrada ha pasado hasta ahora por excluirlos en los traslados, pero busca ejecutar el mayor n¨²mero de expulsiones posible y necesita a T¨²nez como aliado.
La visita de Grande-Marlaska busca abrir v¨ªas de negociaci¨®n para que T¨²nez acepte la devoluci¨®n de sus nacionales con orden de expulsi¨®n. La postura tunecina es firme desde 2011: repatriaciones, s¨ª, pero a cambio de facilidades para gestionar visados de entrada en Espa?a, tal como establece el marco europeo. Esto supondr¨ªa desarrollar un r¨¦gimen de visados m¨¢s laxo y menos engorroso, especialmente para estudiantes. T¨²nez ha propuesto ya en varias ocasiones, sin ¨¦xito, a Espa?a que se abra esa v¨ªa, que ya mantiene con Francia e Italia.
Adem¨¢s, el pa¨ªs quiere situarse al nivel de Marruecos y Libia en el reparto de fondos para reforzar el control migratorio en el Mediterr¨¢neo. Espa?a ha avanzado solo t¨ªmidamente en las ayudas a la log¨ªstica del pa¨ªs, muy consolidadas ya con otros socios africanos.
¡°No hay nada firmado entre el presidente tunecino y Espa?a¡±, recuerda Hamdi, ¡°T¨²nez no ha autorizado nada¡±. ¡°Ahora la soluci¨®n es volver a T¨²nez, ?no?¡±, se pregunta Aziz. ¡°Yo llevo un a?o y dos meses en Melilla, pas¨¦ otros tres meses en Marruecos, ?voy a volver a T¨²nez despu¨¦s de 15 meses? No, yo me quedo aqu¨ª¡±.</CW>
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