¡°La vida me va con retraso¡±
?C¨®mo es ser joven en 2021? EL PA?S lanz¨® esta pregunta a sus lectores. Hombres y mujeres de todos los rincones de Espa?a, de 18 a 34 a?os, respondieron con un aluvi¨®n de desesperanza y hartazgo, miedo y frustraci¨®n. Sus voces son la gu¨ªa para una serie en varios cap¨ªtulos que analizar¨¢ c¨®mo recuperar el pacto intergeneracional


¡°Siento que la vida me va con retraso¡±. Noelia, 33 a?os, es auxiliar de enfermer¨ªa en Madrid. Encadena contratos precarios y nunca ha cobrado m¨¢s de 1.000 euros. Enfrenta el futuro con ¡°cierta indefensi¨®n aprendida¡±. Sin esperanzas. Vivir el presente dice, es lo que le permite mantenerse sana mentalmente. Guillem, administrativo valenciano de 27, est¨¢ atascado ¡°en la monta?a rusa del eterno adolescente¡±, frustrado por no poder plantearse, ¡°solo so?ar¡±, con ¡°un proyecto vital que incluya vivienda, familia y un trabajo estable¡±. Ana Montes, 23 a?os, de Guadalajara, lo resume as¨ª: ¡°Mi vida est¨¢ en stand by¡±.
A mediados de mayo EL PA?S lanz¨® una pregunta a sus lectores: ?c¨®mo es ser joven en 2021? En unos pocos d¨ªas el buz¨®n de WhatsApp habilitado recibi¨® m¨¢s de 330 mensajes. Hombres y mujeres de todos los rincones de Espa?a, de 18 a 34 a?os, con estudios superiores y sin ellos, respondieron con un aluvi¨®n de desesperanza y hartazgo, miedo y frustraci¨®n. La serie Una generaci¨®n en busca de futuro que arranca este domingo y se extender¨¢ durante varias semanas, expondr¨¢ sus problemas a trav¨¦s de historias personales y art¨ªculos de datos, an¨¢lisis y opini¨®n que reflexionen sobre c¨®mo recuperar un pacto intergeneracional perdido, adem¨¢s de un podcast centrado en los testimonios recibidos, tratando de buscar soluciones para un problema que lo es de toda la sociedad. Como dec¨ªa en su mensaje Pablo, 32 a?os, que ha emigrado a Francia: ¡°Esta generaci¨®n ha tenido la mala suerte de haber vivido dos grandes crisis en apenas 12 a?os. Ser¨¢ la mejor preparada y la primera que vivir¨¢ peor que sus padres. Debemos reflexionar sobre lo que est¨¢ sucediendo en nuestro pa¨ªs¡±.
En muchos de los mensajes los j¨®venes culpaban de su situaci¨®n a la irresponsabilidad de sus mayores, a los excesos de la burbuja inmobiliaria y al consumismo descontrolado que desemboc¨® en la primera de las crisis entre las que han crecido, la de 2008. ¡°Desde que tengo uso de raz¨®n escucho la palabra crisis¡±, contaba Santiago Daniel Garc¨ªa, un estudiante de origen uruguayo de 31 a?os que vive en Tenerife. Sobre la segunda crisis que le ha tocado vivir a?ade: ¡°Para nosotros, la pandemia es como Another brick in the wall, de Pink Floyd: otro ladrillo en el muro¡±.
Ese muro infranqueable que les impide ver el futuro tiene cifras desoladoras. El paro juvenil (entre los 20 y los 29 a?os) alcanza el 27%, llegando a picos del 41% entre las mujeres de menos de 25 a?os. La temporalidad llega al 51%. La comparaci¨®n con nuestros pa¨ªses vecinos deja en muy mal lugar a Espa?a: la media de los 27 miembros de la Uni¨®n Europea fue en 2020 del 12% para el paro juvenil y del 30% para la precariedad. En Espa?a el riesgo de pobreza es el doble en los j¨®venes que en los mayores y el 64% de los de que tienen de 25 a 29 a?os vive a¨²n con sus padres (hace 15 a?os eran el 50%). El resultado es un tridente mal¨¦fico: ni trabajo, ni casa, ni familia. ¡°Un milenial de clase trabajadora sue?a con lograr ser alg¨²n d¨ªa un adulto funcional¡±, dice Sara L¨®pez, parada de 24 a?os.
El reflejo de ese adulto funcional que no pueden llegar a ser son sus padres. La serie arranca precisamente con un cap¨ªtulo sobre ese sentimiento de salir perdiendo en comparaci¨®n con sus progenitores, de haberse criado con unas expectativas que no se cumplen. ¡°Crecimos con unas ideas que ahora mismo parecen un manual de instrucciones desfasado¡±, dice Roc¨ªo Garrido, periodista de 29 a?os. ¡°Nos queda la sociocultura de nuestros padres, pero no la socioeconom¨ªa¡±, lamenta Pepe desde Alcal¨¢ de Guadaira (Sevilla): ¡°Estudi¨¦ pol¨ªticas y sociolog¨ªa, pero mi trabajo, so?ado claro, es de teleoperador¡±, dice con iron¨ªa. ¡°Me prometieron que si estudiaba tendr¨ªa una vida feliz y, en cambio, no es as¨ª¡±, opinaba Andreu Ruiz, 27, quej¨¢ndose de un ascensor social roto: ¡°Soy el ¨²nico miembro de mi familia que tengo estudios de posgrado y s¨¦ que soy el que peor va a vivir¡±. Est¨¢ en paro y hace unos d¨ªas recibi¨® una oferta de un supermercado para trabajar como cajero y reponedor.

El paro y la imposibilidad de acceder a un mercado laboral que no sea precario ocupar¨¢ el segundo cap¨ªtulo de la serie, el pr¨®ximo domingo. Dos de las salidas por las que ha optado un n¨²mero sorprendente de las personas que han prestado testimonio, como ¨²nica v¨ªa de salir adelante, son las oposiciones y la emigraci¨®n. Sus historias de ¨¦xito son las m¨¢s optimistas, pero est¨¢n cargadas de cierta melancol¨ªa, por volver a casa o por el sue?o profesional que se abandon¨® antes incluso de arrancar, a cambio de una opci¨®n laboral que ofreciese una luz al final del t¨²nel de la precariedad.
Los siguientes cap¨ªtulos de esta serie que arranca hoy explorar¨¢n otros temas recurrentes en los mensajes recibidos como el retraso de la maternidad y paternidad, la inaccesibilidad de la vivienda (muchos cuentan que han tenido que volver a vivir con sus padres o que est¨¢n hartos de seguir compartiendo piso con casi 35 a?os y pr¨¢cticamente todos hablan de alquileres que se llevan m¨¢s de la mitad de su sueldo). El ¨²ltimo cap¨ªtulo versar¨¢ sobre el peaje emocional de todos estos problemas. Multitud de mensajes repiten palabras como incertidumbre, angustia y desesperanza, y hablan sin tab¨²es sobre trastornos que aparecen cada vez m¨¢s en personas j¨®venes. Isis In¨¦s Sierra Fern¨¢ndez, estudiante de periodismo de 22 contaba en un audio: ¡°Trabajando desde los 16, pensaba que uno se quemaba a los 50, pero aqu¨ª estoy con una baja por estr¨¦s y ansiedad¡±. Muchos se quejan de que la Seguridad Social no cubre el tratamiento psicol¨®gico que necesitan. Otros apuntan que la soluci¨®n es un cambio de prioridades, buscar un equilibrio m¨¢s sano entre el trabajo y la vida, no dejarse llevar por un sistema que no ofrece nada a cambio de los sacrificios. ¡°Ahora valoramos mucho m¨¢s la conciliaci¨®n. Nos damos cuenta de que el trabajo no lo es todo, pero eso cuesta que los jefes m¨¢s mayores lo vean¡±, dec¨ªa Mar¨ªa, consultora de 33 a?os.
Otra palabra muy repetida ha sido ¡°privilegio¡±. El privilegio de tener un trabajo por precario que sea, la fortuna de contar con unos padres que pueden echar una mano, la suerte de tener pareja para poder compartir gastos. Y tambi¨¦n cierto pudor, mezclado con hartazgo, de que los problemas que lastran su camino parezcan triviales a ojos del resto de la sociedad. ¡°No hemos vivido una guerra, ni pasado hambre, pero eso no significa que esto sea normal¡±, dec¨ªa Alejandra, de 29 a?os.
Quiz¨¢s lo m¨¢s sorprendente de todos los mensajes recibidos es que apenas hubo un par que eran bromas o insultos. La abrumadora mayor¨ªa de los mensajes contaban una historia, muchas veces ¨ªntima, para responder a la pregunta ?C¨®mo es ser joven en 2021? Al m¨¢s corto le bastaron tres palabras (¡°es una mierda¡±) y el m¨¢s largo se extendi¨® en un PDF de 15 folios, pero todos resonaban con una verdad.
La idea m¨¢s repetida en todos ellos fue una de agradecimiento: ¡°Gracias por darnos voz¡±, repet¨ªan literalmente muchos. ¡°Somos invisibles para el resto de la sociedad¡±, se lamentaba ?scar P¨¦rez, t¨¦cnico inform¨¢tico de 23 a?os desde San Crist¨®bal de La Laguna (Tenerife). El objetivo de esta serie que es que dejen de serlo.
Testimonios
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ALEXANDRA ARISPE
Trabajos en pr¨¢cticas a 300 euros por ocho horas. Zulos a las afueras por 400 euros al mes. Nos dicen que somos la generaci¨®n perdida, que no entendemos el sacrificio... Es cierto que no hemos vivido una guerra ni pasado hambre, pero eso no significa que esto sea normal. Tengo asumid¨ªsimo que no voy a tener jubilaci¨®n. Tampoco tengo opci¨®n a ahorrar, as¨ª que no voy a tener nunca un piso. Estamos gobernados por pusil¨¢nimes, igual es hora de salir a la calle.

CRIST?BAL BECERRA
Me he independizado dos veces. Cobraba 800 euros y pagaba casi 500 euros por un zulo de 30 metros. Y cuando lleg¨® el verano me echaron porque les sale m¨¢s rentable alquilarlo vacacionalmente. Tuve que volverme a casa de mis padres. Desde la pandemia, estoy sin facturar porque no hay eventos musicales ni nada. La sensaci¨®n es de desesperanza. Da igual lo que hagamos. Y por parte de los gobiernos, solo se les ve preocupados por no incomodar a los empresarios, a los caseros..... Luego se quejan de la desafecci¨®n por la pol¨ªtica, del alza de los populismos. ?Qu¨¦ quieren? Se han olvidado de nosotros. No podemos trabajar, no podemos construir una vida y ya, ni salir a olvidarnos de ello podemos. Somos los culpables autom¨¢ticos de todo. Como lo de los botellones... Ni que los paisanos de 70 tomando ca?as a las 12 del mediod¨ªa no contagiasen. Est¨¢n convirtiendo ser joven en un delito.

CELIA DOLCI
Vivo con unos 600, 800 euros al mes de los cuales tengo que ahorrar. En verano me rescinden el contrato. El futuro tras la covid se ha puesto todav¨ªa m¨¢s negro porque todo el dinero que hab¨ªa guardado se ha esfumado. Hay que reinventarse otra vez, empezar de cero. La mente ya se agota. Y las expectativas en cuanto a vivienda o maternidad son cero.

GUILLEM VALL?S
Vivo en la monta?a rusa del eterno adolescente. En algunos momentos estoy a gustito. Al fin y al cabo, no me muero de hambre. Pero en otros siento una enorme frustraci¨®n, ya que ni me planteo (solo sue?o) un proyecto vital que incluya vivienda, familia y trabajo estable.

LAURA GONZ?LEZ
Estaba independizada pero lleg¨® el confinamiento, me despidieron y tuve que volver a casa de mis padres. Tuve la gran suerte de encontrar trabajo, pero los alquileres est¨¢n muy caros. La Constituci¨®n Espa?ola dice en el art¨ªculo 47 que todos los espa?oles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. ??AYUDA YA, POR FAVOR!!

LAURA CARRILLO
Cuando mi madre ten¨ªa 27 a?os, ya llevaba 12 trabajando. A esa edad, mi madre se cas¨®, tuvo a a mi hermano y, seis a?os despu¨¦s, a m¨ª. A mis 28 a?os, tras un grado, un m¨¢ster, bastantes cursos especializados y dos a?os trabajando de forma intermitente, vivo con mis padres, no encuentro un trabajo que sea estable y mucho menos relacionado con mi formaci¨®n. Me preguntan si tengo novio, si ya me he independizado, si quiero tener hijos. Me dicen que mi generaci¨®n es muy infantil, que tenemos que trabajar, madurar. ?C¨®mo voy a plantearme mantener una relaci¨®n estable con alguien si no tengo ni dinero para tener un colch¨®n propio, si a¨²n duermo en mi cama de 90, si a¨²n me cubro con mis s¨¢banas de ni?a?

JORGE TORRES
Procedo de una familia numerosa al sur de Madrid donde se hac¨ªa dif¨ªcil llegar a fin de mes. He conseguido comprar un piso y vivir solo. Debemos priorizar para salir adelante, no hay otra forma. Tanto mi c¨ªrculo como yo no hemos tenido ninguna ayuda de nuestros padres, simplemente hemos ido amoldando nuestra vida a nuestro trabajo. La mayoria de los j¨®venes no tienen filosof¨ªa de ahorro, prefieren disfrutar del momento. Me parece l¨ªcito, es cuestion de prioridades. Es dif¨ªcil, pero yo pago una letra de 310 euros y vivo solo. Te tienes que amoldar al dinero que tengas.

ELENA P?REZ
Crecimos oyendo que ten¨ªamos que estudiar y prepararnos para el futuro. Estamos obligados a formar parte de un sistema -en el que muchos ni siquiera creemos- para tener un ¡°buen futuro¡±. Instituto, universidad, m¨¢ster, cursos, idiomas... Necesitamos m¨¢s y m¨¢s, como si toda nuestra val¨ªa como personas se basara en lo preparados que estemos. Y en el fondo, por muchos t¨ªtulos que tengamos, sabemos que terminaremos de estudiar y seremos uno m¨¢s en el mundo laboral. Asumimos que a muchos nos tocar¨¢ emigrar, o nos tocar¨¢ trabajar en algo para lo que ni siquiera hab¨ªamos estudiado. Nos criamos con esa falta de ilusi¨®n.

ALBERTO CARRASCAL
Hace dos a?os yo ten¨ªa un trabajo estable y muchos sue?os. Dej¨¦ mi trabajo para estudiar un MBA, pero en marzo de 2020 el mundo colaps¨® y me encontr¨¦ un panorama desolador: crisis, ERTE, desempleo e incertidumbre. Ahora me veo obligado a buscar trabajos no cualificados de cualquier tipo. Por ejemplo, de mozo de almac¨¦n en una planta log¨ªstica de Amazon con contrato temporal renovable mes a mes sin saber qu¨¦ mes va a ser el ¨²ltimo. Pero no se me caen los anillos. Parece que la econom¨ªa va mejorando. Me llegan ofertas de pr¨¢cticas por 500 o 600 euros, algo que no solo un graduado MBA no deber¨ªa cobrar, sino nadie que quiera vivir dignamente. Pero mantengo la esperanza. He estado con los de arriba, compartiendo aula con gente millonaria, y con los de abajo, gente que sobrevive cada d¨ªa, con los que compart¨ª el almac¨¦n, y todos tenemos ganas de salir adelante. Quiz¨¢ necesitaba ese golpe de realidad. Pase lo que pase, est¨¢ siendo una etapa de introspecci¨®n y crecimiento personal: cada d¨ªa valoro m¨¢s el tiempo que dedico a los m¨ªos.

ADRI?N TORRILLAS
¡°?D¨®nde est¨¢ el porvenir que forjaron nuestros viejos?¡±, cantaba Eskorbuto en los a?os 80. Podr¨ªamos seguir cant¨¢ndolo. Cuando comenc¨¦ la universidad, en 2013, la crisis estaba de lleno en casa y tuve que aplazar mis estudios indefinidamente. Casi siete a?os despu¨¦s, me encantar¨ªa volver a estudiar. Con mi pareja vemos dif¨ªcil formar una familia con los recursos que tenemos. Pocas de las cosas que me pudieron ofrecer mis padres se las podr¨¦ yo ofrecer a mis hijos. Es palpable el pesimismo en la juventud y me temo que nos hemos acostumbrado a que los alquileres est¨¦n cada vez m¨¢s altos y los sueldos congelados, ?Ahorros? Ja.
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GERARDO GUERRERO
Crec¨ª en el optimismo. Incluso en 2015 guardaba la esperanza de incorporarme al mercado laboral y tener tarde o temprano un m¨ªnimo proyecto de vida. El problema est¨¢ en las expectativas. La realidad ha truncado nuestras vidas y vivimos frustrados. Soy afortunado: mis padres se pueden permitir mantenernos a m¨ª y a mi hermana por muy mal que nos vaya. Pero qu¨¦ triste es eso. A veces se me acelera el coraz¨®n pensando en que me voy a la puerta del Ayuntamiento a reivindicar trabajo y vivienda para los j¨®venes. Un d¨ªa a la semana, como Greta Thunberg, a luchar por lo que importa. Pero me calmo autoconvenci¨¦ndome de que lo mejor que puedo hacer es seguir estudiando mi oposici¨®n. Descorazonador. No importamos a nadie.
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QUIONA RIBES
Estoy en esa edad en la que no eres ni lo suficientemente joven, ni lo necesariamente adulta. He crecido con el pesimismo de una generaci¨®n que compite ya no contra los dem¨¢s, sino con la autocr¨ªtica y la autoexigencia. El sentir que era buena en todo pero no destacable en nada me cre¨® tal ansiedad que termin¨¦ necesitando ayuda psicol¨®gica. Tienes estudios, pareja, amigos, familia, ?e incluso personalidad propia! Y, a¨²n as¨ª, sigues sintiendo que tu vida no tiene nada de particular. Somos una generaci¨®n tan original que hemos terminado pareci¨¦ndonos todos.
Crecemos con el ¡°no limits¡± grabado a fuego mientras atravesamos crisis econ¨®micas que prenden fuego a tus alas en cuanto tratas de volar. Miro a mis padres y a mis abuelos, con su piso pagado, su coche, su familia... ?Cu¨¢ndo podr¨¦ yo ahorrar lo suficiente? Si vivo en Barcelona, en un piso de 55 metros cuadrados por 1.000 euros al mes m¨¢s gastos. Mi ¨²nico deseo ahora es tener una vejez como la de mis abuelos, pero me pregunto, ?no deber¨ªa, con 34 a?os, estar disfrutando de mi juventud?

V?CTOR HERN?N
Termin¨¦ una relaci¨®n con la que fue mi novia durante 12 a?os y me cre¨¦ una cuenta en Tinder. Hace unas semanas empec¨¦ a hablar con Carolina. Todo iba normal hasta que sali¨® el tema de con qui¨¦n vives. Tengo 32 a?os y a¨²n vivo con mis padres. En ese momento me sent¨ª avergonzado. Te preguntas qu¨¦ has logrado. ?Cu¨¢ndo va a empezar mi vida propia? Nac¨ª en Colombia y llevo viviendo en Espa?a casi 20 a?os. Aunque soy migrante, siento que no he tenido las dificultades que han tenido mis padres. Tengo tres hermanos, ¨¦ramos peque?os y la adaptaci¨®n fue sencilla. Mis padres siempre han tenido el valor de la educaci¨®n. Lo digo porque, como me dec¨ªa un profesor en 2010-2011, tienen que pasar 20 a?os para que el hijo de un migrante vaya a la universidad.
Yo estudi¨¦ Periodismo. Pero al acabar, el choque fue grande por la crisis econ¨®mica y social y de la prensa. As¨ª que consegu¨ª trabajo de conserje. Luego hice un grado superior de desarrollo web y estoy preparando el First Certificate en ingl¨¦s. Trabajo como mozo de almac¨¦n, que al menos me da un respiro.
Ni pienso en la idea de comprar una casa para la que como m¨ªnimo se necesitan 30.000 euros. A veces pienso, mira, lo dejo todo y me voy a un pueblo a criar vacas. No descarto irme al extranjero.

LUIS MONGE
Nac¨ª en Cieza, Murcia. Soy parte de la que llaman la generaci¨®n m¨¢s formada de la historia de Espa?a. En mi pa¨ªs y en Inglaterra he trabajado de camarero, de cocinero, de socorrista e incluso haciendo chapuzas. Trabajos muy loables pero para los que yo no me form¨¦. Ahora vivo en Ecuador y coordino proyectos en temas de protecci¨®n a la infancia. El coraz¨®n de muchos y muchas como yo est¨¢ en Espa?a, pero en Ecuador me siento valorado y respetado. Nuestra vida est¨¢ entre dos mundos, pero tenemos la sensaci¨®n de que se ha construido otra valla, esta vez simb¨®lica y cada vez m¨¢s alta, que nos impide regresar a casa. Yo quisiera ser parte de las historias de la vida de mis seres queridos. Quiero salir en las fotos que veo en sus redes sociales o en las que pasan por los grupos de WhatsApp. Y quiero aportar a mi pa¨ªs, por supuesto quiero contribuir a mejorarlo, adem¨¢s ahora, que hace m¨¢s falta que nunca. Todos los d¨ªas me levanto pensando: ¡°Voy a comprar un billete de vuelta a casa¡±. Luego miro en paginas de b¨²squeda de empleo, cierro el port¨¢til y me voy a trabajar. Y por el camino voy pensando: "?Por qu¨¦ se nos sigue negando una vida digna de ser vivida en nuestro hogar?".

CARMEN ROS
Cuando eres aut¨®noma sientes que cuesta el doble llegar a todo: estabilidad profesional y econ¨®mica, emocional... Y luego la maternidad. Para las mujeres de mi edad, este par¨¦ntesis de a?o y medio ha supuesto un punto de inflexi¨®n. Mis amigas y yo decimos que este guantazo no lo vimos venir. Hace nada ¨¦ramos j¨®venes y de pronto tenemos que empezar a correr si queremos ser madres. Tengo mucha suerte de tener a la persona perfecta a mi lado. ?l tambi¨¦n es aut¨®nomo. Solo falta que los condicionantes externos se alineen. La baja de maternidad para aut¨®nomas es pr¨¢cticamente inexistente y yo tambi¨¦n he preferido desarrollar mi carrera profesional antes de nada. Pero no deber¨ªan ser cosas incompatibles.

ENRIQUE ZAMORA
Estudi¨¦ periodismo y ahora un m¨¢ster en escritura creativa, pero estoy pensando en opositar aunque no me hace ilusi¨®n. Quiz¨¢s en otra situaci¨®n econ¨®mica intentar¨ªa algo m¨¢s aventurero, pero en esta es mejor asegurar y ejercer mis inquietudes literarias en mi tiempo libre. Entre lo malo y lo menos malo, prefiero lo segundo. Ser joven en 2021 es sufrir este desfase entre quien sabes que puedes ser y quien eres en realidad por falta de medios. Es triste, pero, con la que se nos viene, he decidido desechar los discursos rom¨¢nticos del esfuerzo.
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SARA L?PEZ
Buscar cada d¨ªa en los portales de empleo un trabajo con la ilusi¨®n de ser independiente. No recibir ninguna llamada. Entrar en las p¨¢ginas que ofrecen pisos en alquiler a ver fotos. Mirar la cesta online de un comercio que finalmente dejas abandonada, sabiendo que no te lo puedes permitir. Tratar de ignorar cu¨¢nto te queda en la cuenta bancaria cada vez que realizas un gasto. Idealizar un pasado que no has vivido, pero que ya recuerdas con nostalgia. Convertir en un deseo necesidades b¨¢sicas que nuestros padres ten¨ªan cubiertas. Pensar que con muy poco ser¨ªamos mucho m¨¢s felices, que es justo lo que no tenemos. So?ar con ser alg¨²n d¨ªa un adulto funcional. As¨ª resumir¨ªa qu¨¦ es ser un joven milenial de clase trabajadora en 2021.

LUC?A VICENTE
Los j¨®venes de ahora hemos crecido entre crisis, pero no conocemos eso de tener el plato vac¨ªo. Nuestras crisis son muy distintas a las que se conoc¨ªan antes. Llevan precariedad, pero, sobre todo, incertidumbre. Queremos labrarnos un futuro por lo menos la mitad de digno que el que tuvieron nuestros padres. Le damos cada vez m¨¢s importancia a la salud mental. Somos una generaci¨®n nada preparada para fracasar o para hacer frente a la realidad, puesto que no nos ha faltado jam¨¢s nada, ni en las casas m¨¢s humildes.

SOF?A MART?N
Aunque me sienta satisfecha con mi vida, siento que hay todav¨ªa una carga sobre mis hombros: encontrar casa y formar una familia. Es un tema recurrente cuando vuelvo de Madrid al pueblo, una 'to-do list', una lista de cosas por hacer antes de los 30, cuyas casillas tengo que rellenar s¨ª o s¨ª. Pero siempre con un precio: no desarrollar una carrera profesional. Son escasas las amigas que han conseguido formar una familia y tener un empleo digno paralelamente. Veo asomar esos ¡°es que no se puede tener todo¡± ajenos. Y es cierto. Por eso creo que es sano rehacer la lista conforme va viniendo la vida.

MIGUEL CORDERO
En Madrid estudi¨¦ ingenier¨ªa industrial, y ahora trabajo de desarrollador web en M¨²nich. Considero que el sistema espa?ol me ha fallado. Al salir de Espa?a ves que se valora tu trabajo. Hay m¨¢s oportunidades, ves el mundo con otra perspectiva. Te hace ver el mundo con ilusi¨®n y con ganas, y no el infierno laboral de Espa?a, sin oportunidades o con trabajos precarios con sueldos tres veces menores de los que podr¨ªas estar cobrando en Alemania. La culpa es de las pol¨ªticas que se llevan a cabo. No creo que vuelva hasta que me jubile. Salir de mi pa¨ªs ha significado alegr¨ªa. No entiendo qu¨¦ ocurre con el sistema educativo espa?ol para que todo este sufrimiento que tenemos en determinadas carreras no se vea recompensado luego.
Con la edici¨®n de: Idoia Ugarte, Diego Est¨¦banez, Daniel Lara, Marta Pinedo, Cristina Salda?a y Elisa Tasca.
Cap¨ªtulo 1. La brecha generacional
Reportaje | Jos¨¦ Ram¨®n persigue la vida de sus padres
Podcast | ¡°El futuro es una sombra¡±
Datos | El grupo de edad con m¨¢s pobres en Espa?a
Editorial | El derecho de los j¨®venes al porvenir
Opini¨®n | ¡®?Qu¨¦ estafa!¡¯ por Elvira Lindo
Opini¨®n | ¡®La edad de hielo¡¯ por Elena Medel
TODA LA SERIE | Una generaci¨®n en busca de futuro
Sobre la firma
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