El fiscal de Menores de Ceuta: ¡°Un pabell¨®n no es un sitio donde los ni?os puedan vivir¡±
Jos¨¦ Luis Puerta, que abri¨® una investigaci¨®n sobre las devoluciones en caliente durante la crisis migratoria con Marruecos vivida hace un mes, alerta de que la situaci¨®n en la ciudad no es sostenible
Ha pasado un mes desde que unas 10.000 personas nadaron a la desesperada para entrar en Ceuta ante la mirada impasible de los guardias marroqu¨ªes y la situaci¨®n sigue siendo de emergencia. La mayor¨ªa volvieron voluntariamente o fueron expulsados a Marruecos, pero m¨¢s de 820 menores llegados en mitad del caos contin¨²an hacinados en centros de una ciudad sin recursos para atenderlos. Otros 200, que fueron identificados como menores en los primeros d¨ªas, est¨¢n fuera del radar del sistema. En casas, en la calle o en Marruecos: no se sabe d¨®nde est¨¢n. A estos hay que sumar un n¨²mero indefinido de chavales que nunca fueron identificados y que siguen a la intemperie. ¡°Ceuta es una ciudad peque?a, no tiene medios para asumir esta situaci¨®n¡±, advierte el fiscal de menores de la ciudad aut¨®noma, Jos¨¦ Luis Puerta.
Puerta (Granada, 57 a?os) acudi¨® los primeros d¨ªas de la crisis a la nave del Tarajal, el primer espacio que se habilit¨® para acoger a los m¨¢s peque?os. Durante d¨ªas los ni?os permanecieron sin sombra, sin camas suficientes, comiendo apenas bocadillos y madalenas y haciendo sus necesidades donde pod¨ªan. ¡°Aquellos d¨ªas hab¨ªa descoordinaci¨®n entre la polic¨ªa y la ciudad aut¨®noma, no estaba claro qui¨¦n se ocupaba de qu¨¦ y las condiciones higi¨¦nicas no eran adecuadas¡±, recuerda el fiscal.
Las condiciones han mejorado desde entonces, pero siguen sin ser adecuadas. La ciudad ha habilitado dos naves industriales, un pabell¨®n polideportivo y un espacio con decenas de barracones en mitad de un descampado. En las naves y en el polideportivo no entra la luz del sol y los chicos pasan ociosos pr¨¢cticamente toda la jornada. ¡°He visitado el polideportivo y aquello es un pabell¨®n con camas y unos ba?os port¨¢tiles. Como situaci¨®n de urgencia vale, pero no puede mantenerse en el tiempo. Se puede estar as¨ª dos o tres meses, pero no m¨¢s¡±, advierte Puerta. ¡°Un pabell¨®n no es un sitio para vivir¡±.
El miedo de los ni?os, temerosos de ser devueltos a su pa¨ªs, es adem¨¢s una mecha imprevisible que prende r¨¢pido. ¡°Se escapan. Cuando se dijo en los medios que el rey de Marruecos hab¨ªa dado orden de facilitar la repatriaci¨®n de los menores hubo un conato de fuga. Los chicos se pusieron muy nerviosos¡±, recuerda el fiscal. ¡°Me preocupa, sobre todo, el hacinamiento y los problemas de convivencia que puedan surgir¡±, dice Puerta. ¡°Son muchos chicos en una edad muy dif¨ªcil¡±. El fiscal tambi¨¦n alerta de que queda un par de meses para el inicio del curso escolar. ¡°No s¨¦ c¨®mo se har¨¢, pero los ni?os tienen que estar escolarizados¡±, mantiene.
Las cosas en Ceuta no salieron como se pens¨® en un principio. A pesar del millar de ni?os que ya se hab¨ªa contabilizado en los primeros d¨ªas y que deber¨ªan permanecer acogidos, las autoridades locales y nacionales esperaban que la mayor¨ªa de los padres querr¨ªa recuperarlos. Pero no fue as¨ª. La mayor parte de las familias ha preferido que sus hijos se queden en Espa?a. Se ha visto con los casi 79 padres y madres que llegaron a mandar la documentaci¨®n de sus hijos, alimentando la esperanza de las autoridades locales de reagruparlos, pero finalmente no han mostrado inter¨¦s en que vuelvan, seg¨²n fuentes del Gobierno de la ciudad.
Tambi¨¦n se han frustrado, de momento, cinco reagrupaciones, que ya hab¨ªan cumplido todos los tr¨¢mites legales, por la falta de colaboraci¨®n de las autoridades marroqu¨ªes. ¡°Depende de la voluntad de Marruecos. Los agentes tienen que permitir que los progenitores entren en Ceuta o que se acerquen a la frontera para que la entidad p¨²blica verifique que los ni?os no muestran rechazo al ver a sus familiares. Esa entrega de los ni?os, con buen criterio a mi parecer, debe realizarse a los propios padres y no a la polic¨ªa¡±, explica Puerta. Las ¨²nicas reagrupaciones que se han podido realizar han sido con familiares que ya estaban en la Pen¨ªnsula. Apenas nueve, seg¨²n los datos que maneja el ?rea del Menor del Gobierno local.
Durante los primeros d¨ªas tambi¨¦n se esperaba que buena parte de los chiquillos ser¨ªan declarados adultos tras las pruebas para determinar su edad. Pero tampoco est¨¢ siendo as¨ª. Hasta ahora se han incoado 229 ex¨¢menes forenses a los chavales que aparentaban ser mayores, se han realizado alrededor de 120 pruebas y se han obtenido cerca de 70 resultados. ¡°Pr¨¢cticamente la totalidad¡± ha revelado que no llegan a los 18 a?os, seg¨²n el fiscal.
Hay un problema a?adido para poner cierto orden en la situaci¨®n, seg¨²n Puerta: la lentitud de la Polic¨ªa para rese?ar a los menores, inscribirlos en el registro oficial y darles un n¨²mero de NIE. Ese tr¨¢mite es indispensable para identificarlos formalmente, para realizarles las pruebas de determinaci¨®n de la edad, elaborar y registrar su historial cl¨ªnico, gestionar su posible repatriaci¨®n, su tutela o un futuro traslado. Es el primer y m¨¢s b¨¢sico tr¨¢mite para que entren en el sistema de protecci¨®n. ¡°Va muy lento. Son muy pocos y sin la identificaci¨®n no podemos seguir¡±, advierte. Fuentes conocedoras de la situaci¨®n se?alan que, en el mes que ha transcurrido desde las entradas masivas, la polic¨ªa ha rese?ado 1.108 menores, pero solo ha inscrito en el registro oficial a poco m¨¢s de 200.
La soluci¨®n sigue sin concretarse y no ser¨¢ inmediata. ¡°No veo ninguna soluci¨®n buena¡±, lamenta el fiscal. ¡°La ¨²nica es trasladarlos a la Pen¨ªnsula o bien a Europa y hablar con entidades que puedan hacerse cargo porque las administraciones p¨²blicas no tienen suficiente capacidad¡±, defiende Puerta. La ciudad est¨¢ de hecho estudiando c¨®mo mandar a los menores a la Pen¨ªnsula y que sean ONG especializadas las que se encarguen de su acogida, sin que dependa de la solidaridad y los fondos de los gobiernos auton¨®micos. En un principio, se pens¨® en delegar en las entidades tambi¨¦n la tutela de los ni?os, pero ese tr¨¢mite alargar¨ªa a¨²n m¨¢s el proceso. La ciudad asume ya que ser¨¢ la tutora legal de los chavales, aunque luego sean acogidos en otro lugar. Solo ese tr¨¢mite de formalizar la tutela puede demorarse en circunstancias normales un m¨ªnimo de tres meses.
Devoluciones en caliente de menores
A finales de mayo lleg¨® a la Fiscal¨ªa una denuncia de la ONG Coordinadora de Barrios que ha empujado a Puerta a investigar las expulsiones de ni?os, fuera de cualquier marco legal, que se realizaron la semana del 16 de mayo. En el escrito se denunciaba la devoluci¨®n en caliente de Ashraf, un adolescente marroqu¨ª de 16 a?os, que entr¨® en la playa del Tarajal con un flotador hecho de botellas de pl¨¢stico e implorando a los militares que lo entendiesen. Su expulsi¨®n fue grabada en v¨ªdeo por el fotoperiodista Jon Nazca, de la agencia Reuters y, ya en Marruecos, Ashraf cont¨® a EL PA?S c¨®mo los militares espa?oles lo hab¨ªan obligado a volver, no una, sino dos veces. A la denuncia se sumaron otros dos escritos de Fundaci¨®n Ra¨ªces y la Plataforma de Infancia solicitando que investigase esta y otras devoluciones.
El fiscal busca ahora saber qu¨¦ ocurri¨® en esa puerta de la valla que separa ambos pa¨ªses y, para ello, pidi¨® a la Comandancia General de Ceuta que le informase de cu¨¢les eran las ¨®rdenes e instrucciones ante la devoluci¨®n de menores de edad, vetadas ex profeso en la ¨²ltima sentencia del Constitucional sobre las devoluciones en caliente. A¨²n no ha obtenido respuesta. La Fiscal¨ªa s¨ª cuenta con las im¨¢genes que solicit¨® a la agencia y en ellas, seg¨²n el fiscal, ¡°se ve a los militares expulsando no solo a un menor, sino a varios¡±. Tambi¨¦n ha visto las im¨¢genes que le ha facilitado la Guardia Civil, aunque en ellas no se aprecia el detalle de lo sucedido, explica.
¡°Que hubo devoluciones de menores est¨¢ claro, se ve en las im¨¢genes¡±, afirma Puerta. ¡°Ahora hay que identificar qui¨¦n es el autor y estudiar si es delito o no¡±, explica. ¡°El autor pueden ser los militares o el superior que dio la orden. Hay que saber si la orden parti¨® de m¨¢s arriba¡±. ¡°El procedimiento de repatriaci¨®n de menores est¨¢ contemplado en la ley y su incumplimiento puede ser un delito de prevaricaci¨®n o una infracci¨®n administrativa¡±, afirma. ¡°Para que sea un delito es necesario que la orden sea arbitraria, contraria al derecho y no haya ninguna forma l¨®gica de explicar el apartamiento de la ley¡±.
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