La rocambolesca fuga del preso que quer¨ªa dar un beso a su madre
La investigaci¨®n de Interior sobre la evasi¨®n en septiembre de un recluso de la c¨¢rcel de Melilla desvela la supuesta negligencia de dos trabajadores y deficiencias en la seguridad
Bilal M. asegura que la fuga que protagoniz¨® el 15 de septiembre del Centro Penitenciario de Melilla fue ¡°algo espont¨¢neo¡±. Que vio la ocasi¨®n de escalar el muro y la aprovech¨®. Entre la evasi¨®n y su arresto ¡ªfue detenido 17 horas despu¨¦s¡ª, Bilal tuvo ocasi¨®n de visitar a su familia y subir a las redes sociales v¨ªdeos en los que alardeaba de su huida. ¡°Estoy aqu¨ª, con mi madre, para darle un beso¡±, aseguraba en uno. Nueve meses despu¨¦s, Instituciones Penitenciarias ha concluido la investigaci¨®n sobre el suceso con un informe en el que se propone sancionar con siete meses de empleo y sueldo a dos trabajadores de la prisi¨®n como presuntos autores de una falta grave por ¡°dejadez de funciones¡±. El documento, al que ha tenido acceso EL PA?S, tambi¨¦n apunta a deficiencias en la seguridad ¡°que, sin duda, favorecieron¡± la fuga.
La investigaci¨®n revela que la evasi¨®n se inici¨® sobre las 19.09, seg¨²n grabaron las c¨¢maras videovigilancia. Bilal, que se encontraba en el patio del M¨®dulo de Preventivos junto a otros 52 internos catalogados como ¡°conflictivos¡±, comenz¨® a escalar por la pared ¡°utilizando ventanas y techados hasta llegar a las terrazas¡±. No era la primera vez que lo hac¨ªa, seg¨²n la declaraci¨®n de Omar O., otro recluso: ¡°Esa tarde hab¨ªan ca¨ªdo [en el tejado] dos bolas [de droga lanzadas desde el exterior]. Entonces, S. [otro interno] mand¨® a Bilal para que subiera a cogerlas porque ya hab¨ªa subido siete veces a las terrazas. Le hab¨ªan pillado algunas veces y no le hab¨ªan hecho nada¡±, a?adi¨®. Omar admiti¨® que ¨¦l avis¨® cuando ¡°era el mejor momento para subir¡±, pero insisti¨® en que no sab¨ªa ¡°que se iba a fugar¡±.
— ??????????? (@languilli) September 16, 2020
La escalada no fue f¨¢cil, seg¨²n declar¨® el propio Bilal: ¡°Estuve alrededor de tres minutos en la pared intentando salir a la terraza [del m¨®dulo] porque se me enganch¨® [en la concertina] un cord¨®n del zapato y pens¨¦ que me iban a ver en el tejado, pero vi que nadie ven¨ªa y continu¨¦ la fuga¡±. El recluso asegur¨® que Francisco P. y David B., los dos funcionarios a los que ahora Instituciones Penitenciarias propone sancionar, pasaron por el patio mientras trepaba la pared: ¡°Yo los ve¨ªa, pero ellos a m¨ª no me vieron porque no miraron. De haber mirado, me habr¨ªan visto¡±. Seg¨²n recogen las c¨¢maras de seguridad, los trabajadores cruzaron el patio rumbo a las duchas para, seg¨²n dijeron, evitar una pelea entre internos y volvieron a atravesarlo dos minutos despu¨¦s rumbo a la garita ¡°sin percatarse en ninguno momento de que el interno se encontraba en la parte superior de la pared¡±.
Y todo ello pese a que buena parte de los presos que estaban en el patio se hab¨ªan situado en la pared contraria y miraban hacia la parte alta del muro donde ya estaba Bilal. Uno de ellos, Adri¨¢n R., se?al¨® a los investigadores que ¡°lo vi subiendo y, como todo el mundo miraba, nos quedamos sorprendidos¡±. Poco despu¨¦s, Bilal consegu¨ªa subir a la terraza y, desde all¨ª, acceder al tejado de otro m¨®dulo. ¡°Hab¨ªa una viga, he bajado como en un columpio. Despu¨¦s he salido encima de la garita, me he enganchado y he saltado para abajo de pie y he empezado a correr¡±, presum¨ªa en un v¨ªdeo que grab¨®.
Cuando los funcionarios se dieron cuenta de que un preso hab¨ªa accedido a la terraza ya era tarde. ¡°Sal¨ª al patio, observando que algo hab¨ªa pasado, pero no sab¨ªa qu¨¦. Los internos estaban nerviosos y miraban hacia las terrazas¡±, relat¨® un compa?ero de los trabajadores expedientados. Cuando dos responsables subieron a los tejados, ya no encontraron a nadie. Bilal estaba en la calle. La polic¨ªa lo detuvo al d¨ªa siguiente en el barrio melillense del Rastro, una zona de intrincadas callejuelas adyacente al centro de la ciudad. All¨ª vive su madre, a la que hab¨ªa acudido a visitar tras evadirse.
¡°Incomprensible actuaci¨®n¡±
El informe concluye que los dos trabajadores expedientados, que estaban encargados de vigilar a los reclusos en el patio, tuvieron una ¡°incomprensible actuaci¨®n¡± al permanecer dentro de la garita. El documento destaca que el fugado manifest¨® que pudo escaparse ¡°porque los funcionarios siempre est¨¢n en la oficina, nunca en el patio¡±. El informe destaca que uno de los trabajadores admiti¨® que aquella tarde no sali¨® al patio ¡°porque hab¨ªan bajado pocos internos¡±, mientras que el segundo afirm¨® que solo lo hac¨ªa si se le reclamaba para algo. ¡°De haber estado alguno de los funcionarios de servicio en el patio dif¨ªcilmente se hubiera producido dicha escalada¡±, se?alan los investigadores.
Los investigadores tambi¨¦n consideran ¡°inconcebible¡± que, pese a ser ¡°muy usual el lanzamiento de droga desde el exterior¡± (como reconocieron varios responsables del centro penitenciario y algunos internos), los dos funcionarios no vigilaron los patios para interceptar esos paquetes. Por todo ello, el informe concluye que los dos funcionarios cometieron una falta grave. ¡°El resultado de esta pasividad produjo unas consecuencias muy importantes, como es la huida del interno del m¨®dulo, que fue el paso previo para la posterior evasi¨®n del centro¡±, destaca el informe.
El documento, que recalca que el objetivo de la investigaci¨®n era exclusivamente determinar si hubo negligencia de los funcionarios, apunta supuestas deficiencias en la seguridad. As¨ª, se?ala que en el momento de la fuga no hab¨ªa ning¨²n funcionario en la torre del recinto, lugar desde el que se ven los tejados y se hubiera detectado la presencia de Bilal. Tambi¨¦n admite que la existencia de marquesinas ¡°instaladas para dar sombra en el patio¡± favorecieron la escalada del interno. Los dos trabajadores tambi¨¦n alegaron que exist¨ªa un ¡°agujero justo encima de la garita de seguridad¡± y que la viga por la que se desliz¨® en preso en su huida no ten¨ªa ning¨²n obst¨¢culo. Tras la huida, Prisiones elimin¨® las marquesinas, cerr¨® el agujero y coloc¨® una concertina sobre la viga. Bilal no podr¨¢ repetir su rocambolesca fuga para ir a dar un beso a su madre.
21 evasiones desde dentro de las c¨¢rceles en 16 a?os
Desde 2005 hasta ahora, se han fugado de las c¨¢rceles espa?olas m¨¢s de 10.000 presos. La inmensa mayor¨ªa lo hicieron aprovechando permisos. Otro parte importante, durante salidas para acudir a los juzgados o cuando estaban ingresados en hospitales. Solo 21 lo hicieron desde el interior de las c¨¢rceles en estos 16 a?os y medio, seg¨²n datos del Ministerio del Interior a los que ha tenido acceso este diario. Tres de estas fugas se produjeron entre septiembre y diciembre del a?o pasado. Una fue la que protagoniz¨® Bilal en la c¨¢rcel de Melilla. Los otros dos huidos son Jonathan Mo?iz, ¡®El Piojo¡¯, y su hermano Miguel ?ngel, que el pasado 5 de diciembre escaparon de la c¨¢rcel de Valdemoro. Era la primera vez que en ambos centros se produc¨ªan fugas. Los tres fueron posteriormente detenidos.
Nueve d¨ªas despu¨¦s de la evasi¨®n de los hermanos Mo?iz, Interior imparti¨® instrucciones a los directores de todos los centros penitenciarios para revisar los sistemas de seguridad de las prisiones y la aplicaci¨®n correcta de las medidas contempladas en los protocolos para evitar fugas. El documento ordenaba ¡°un chequeo minucioso y pormenorizado¡± de todos los medios pasivos (muros, vallas, portones y concertinas, entre otros) y activos (circuito de c¨¢maras de videovigilancia, sensores volum¨¦tricos, barreras de infrarrojos, iluminaci¨®n...) de seguridad.
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