C¨¢rceles (casi) a prueba de fugas

El pasado mi¨¦rcoles, Juan Carlos G¨¢mez, condenado a 17 a?os por la muerte de un hombre en Tenerife, no volvi¨® a la c¨¢rcel tras disfrutar un permiso. A¨²n en paradero desconocido, su evasi¨®n ha sido la ¨²ltima de media docena de fugas que en los ¨²ltimos meses ha atra¨ªdo la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n. Sin embargo, la visi¨®n de las c¨¢rceles espa?olas que traslada estos sucesos no se corresponde con la que recogen las estad¨ªsticas oficiales.

Seg¨²n detalla el Gobierno en una reciente respuesta parlamentaria al senador de EH-Bildu Jon I?arritu, entre 2005 y noviembre de 2018 ¡ª¨²nico periodo del que existen estad¨ªsticas detalladas¡ª se produjeron 9.520 quebrantamiento de condena. De ellas, ¨²nicamente 18 fueron evasiones desde el interior de una c¨¢rcel. ¡°El dise?o de las prisiones espa?olas, sobre todo el de aquellas de reciente construcci¨®n, hace muy dif¨ªcil que un recluso pueda escapar de su interior¡±, se?ala un veterano funcionario de prisiones. Para ¨¦l, una evasi¨®n como la cinematogr¨¢fica de la c¨¢rcel de Alcatraz ¡°es pr¨¢cticamente imposible en las c¨¢rceles espa?olas¡±. En este sentido, destaca que la mayor parte de esas 18 fugas han sido protagonizadas por presos catalogados como ¡°de confianza¡± que aprovecharon sus salidas del recinto para hacer encargos o colaborar en labores de mantenimiento del per¨ªmetro para escapar.

Ese es, de hecho, el perfil del protagonista de la ¨²ltima fuga desde el interior de una c¨¢rcel. El pasado julio, un interno que realizaba trabajos de jardiner¨ªa y limpieza en el aparcamiento del Centro Penitenciario de Puerto II (C¨¢diz) aprovech¨® un descuido para escapar. Fue detenido poco despu¨¦s. Javier Nistal, director general de Ejecuci¨®n Penal y Reinserci¨®n, considera que en Espa?a las evasiones tienen unas caracter¨ªsticas muy diferentes de las que se registran en las c¨¢rceles de nuestro entorno: ¡°En Francia se han dado casos de fugas con ayuda exterior, incluso con uso de helic¨®pteros, o tras secuestrar a funcionarios; aqu¨ª lo habitual es que la quiebra no sea de las medidas de seguridad del centro, sino de la confianza que se deposita sobre algunos reclusos¡±. La mayor¨ªa son poco despu¨¦s detenidos.

¡°No reingresos¡±

Esa quiebra de confianza explica tambi¨¦n que el grueso de los quebrantamientos de condena sigue siendo protagonizado por reclusos que aprovecharon el disfrute de un permiso para huir, lo que en la terminolog¨ªa penitenciaria se conoce como ¡°no reingresos¡±. As¨ª, de las 9.520 huidas contabilizadas desde 2005, alrededor de 7.300 (m¨¢s del 76%) corresponden a reclusos que se hab¨ªan beneficiado de estas salidas que buscan facilitar su reinserci¨®n cuando recobren la libertad. Desde Instituciones Penitenciarias se insiste en que este n¨²mero representa una cifra m¨ªnima respecto al n¨²mero de permisos que se conceden.

En 2016 ¡ª¨²ltimo a?o en el que el Ministerio del Interior ha publicado el Informe General sobre Prisiones¡ª, las Juntas de Tratamiento de las c¨¢rceles y los jueces de vigilancia penitenciaria concedieron 109.634 permisos ordinarios y 4.741 extraordinarios de los que se beneficiaron cerca de 27.000 internos. De estos ¨²ltimos, solo 434 no retornaron a prisi¨®n. ¡°Estamos hablando de porcentajes de fracaso del 0,4% o, lo que es lo mismo, de un 99,6% de ¨¦xito de la medida¡±, recalca Nistal, quien a?ade que ese porcentaje va, incluso, en descenso, y que en 2018 se acercar¨¢ al 0,3%. ¡°Hace seis o siete a?os el porcentaje estaba por encima del 1%¡±, a?ade el director general de Ejecuci¨®n Penal.

Las estad¨ªsticas tambi¨¦n reflejan una reducci¨®n en el n¨²mero total de ¡°evasiones¡± y ¡°no reingresos¡± en los ¨²ltimos a?os y, sobre todo, en 2018. Hasta el pasado 15 de noviembre se hab¨ªan registrado 475 de estos incidentes, una cifra que apunta a que al final del a?o el n¨²mero de quebrantamientos de condena ser¨¢ sensiblemente inferior al del a?o anterior (678), al de 2016 (754) y al de 2015 (677). En el periodo 2005-2018, solo el primer a?o, con 491 fugitivos, se acerca a las actuales cifras.

En el extremo opuesto se situ¨® 2010, con 801 huidas registradas. Aquel a?o, por ejemplo, una sola c¨¢rcel, la de A Lama (Pontevedra), vio c¨®mo 72 de sus presos se fugaban. Fuentes penitenciarias destacan que en aquel elevado n¨²mero de evasiones ¡ªy que tuvo continuidad los cuatro a?os siguientes con cifras superiores a los 700 quebrantamientos de condena anuales¡ª influy¨® la alta cifra de reclusos que hab¨ªa entonces: cerca de 63.400 internos frente a los 50.600 de la actualidad.