El puente de la tregua entre los ganaderos de Serdio y Adif
Los vecinos que se alzaron contra el derrumbe de una estructura deteriorada sobre unas v¨ªas de tren logran que se construya un futuro paso
Nadie imaginaba en Serdio (Cantabria, 170 habitantes) que alg¨²n d¨ªa saldr¨ªan en las noticias por enfrentarse a la Guardia Civil con tractores y varas. La disputa, que se sald¨® con un ganadero detenido y alg¨²n rasgu?o, sirvi¨® para difundir su lucha: impedir que Adif, responsable de estas infraestructuras ferroviarias, derrumbara el precario puente sobre las v¨ªas que conecta varias granjas con la localidad a unos tres kil¨®metros. Ellos ped¨ªan una soluci¨®n y, tras varios meses de tira y afloja con la empresa p¨²blica, el Ayuntamiento y el Gobierno regional, han obtenido una respuesta satisfactoria: tendr¨¢n un paso provisional y el compromiso de que posteriormente habr¨¢ un puente nuevo que les permita volver a la normalidad.
La controversia comenz¨® por motivos de seguridad, cuando un informe t¨¦cnico de Adif confirm¨® lo que se puede deducir al observar ese puente con el pavimento levantado, con charcos, guijarros y vallas laterales corro¨ªdas. La compa?¨ªa defiende su derribo para evitar ¡°una desgracia¡±, seg¨²n un portavoz, y a ello procedi¨® en la madrugada del 7 de julio con maquinaria y operarios custodiados por agentes. Pero los ganaderos se resistieron, les impidieron el paso y el arrestado arremeti¨® con un volquete contra un veh¨ªculo de los uniformados. Desde entonces han estado con un ojo puesto en sus animales y aperos y con otro en este paso tan deteriorado por si se lo destru¨ªan. Sin el puente, el rodeo que tendr¨ªan que dar para llegar a sus casas ser¨ªa de m¨¢s de 10 kil¨®metros.
El consejero de Obras P¨²blicas de Cantabria, el regionalista Jos¨¦ Luis Gochicoa, admite que los an¨¢lisis de Adif ratifican el mal estado del paso, pero destaca que antes de demolerlo el Ejecutivo busc¨® c¨®mo apoyar al vecindario. Tras varias semanas de conversaciones, acordaron junto a Adif y el Consistorio disponer una ¡°pasarela provisional¡± para el ganado y las personas. El lunes comenzar¨¢n los trabajos para la cimentaci¨®n de la infraestructura temporal y para el d¨ªa 13 se espera que est¨¦ disponible.
El nuevo paso, en cambio, no permite que lo usen veh¨ªculos como los que cruzan el puente actual a diario. Seg¨²n el consejero, entre la valoraci¨®n de proyectos, la licitaci¨®n y la ejecuci¨®n de los trabajos, el futuro puente definitivo estar¨¢ disponible aproximadamente en un a?o. La factura, de unos 250.000 euros correr¨¢ a cargo de Adif, que cubrir¨¢ la mitad, la consejer¨ªa con un 30% y un 20% desde las arcas municipales. Roberto Escobedo, alcalde de Val de San Vicente (PSOE), la localidad a la que pertenece Serdio, celebra que por fin haya esperanza tras un verano de bronca vecinal. Las tiranteces, reconoce, han ido desapareciendo y el proceso, que ha sido ¡°muy duro¡±, apunta a solucionarse. Una de sus principales ocupaciones ha consistido en comunicarse con los granjeros m¨¢s afectados, tambi¨¦n muy indignados al temerse la destrucci¨®n del puente sin una alternativa.
Los habitantes de esos caser¨ªos cercanos a las v¨ªas son los primeros que admiten las carencias de ese paso elevado, pero destacan que no les queda otra soluci¨®n que atravesarlo. El ganadero Pedro Sa?udo, presente en los altercados de principios del verano, resume su sentir: ¡°Estamos satisfechos pero con la mosca tras la oreja. Hasta que no veamos el puente nuevo no nos lo creeremos¡±. Los vecinos no terminan de entender por qu¨¦ si tan insegura es la estructura actual, que tiene m¨¢s de 100 a?os, no se agilizan las actuaciones, pues llevan ¡°a?os¡± insistiendo en la necesidad de construir un sistema mejor. Sa?udo piensa que el viaducto no deber¨ªa caerse con el uso habitual de tractores, animales o coches. Otra cosa ser¨¢ que lo atraviese un veh¨ªculo de gran tonelaje, cosa que no deber¨ªa ocurrir, y censura que en julio Adif intentara tirarlo ¡°sin dejar m¨¢s opciones¡± y los vecinos fuesen ¡°avasallados por la Guardia Civil¡±, que acudi¨® para ¡°dar palos¡± y a no dejar ¡°ni entrar ni salir para derrumbarlo a sus anchas¡±. Finalmente, la movilizaci¨®n popular gan¨® el pulso.
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