El fantasma de la sentencia del ¡®proc¨¦s¡¯
Puigdemont no pudo ser juzgado por el Supremo, pero su papel protagonista recorre el fallo de 2019
?l estaba all¨ª. En pr¨¢cticamente todos los escenarios que va recorriendo el relato de hechos probados de la sentencia del proc¨¦s, dictada por el Tribunal Supremo el 14 de octubre de 2019, estaba Carles Puigdemont. Pero el Supremo solo pudo juzgar ¡ªy condenar¡ª por ellos a sus subordinados en el Govern (adem¨¢s de a la presidenta del Parlament y los principales activistas en la calle). ?l, el president, el capit¨¢n del barco independentista en la fase final de su viaje, hab¨ªa huido dos a?os antes y desde entonces permanece ¡°procesado en rebeld¨ªa¡±. A lo largo de las 493 p¨¢ginas de la sentencia 459/2019, Puigdemont es un fantasma al que casi se puede tocar, pero al que los jueces aluden por su nombre en contadas ocasiones y solo como parte del paisaje, pues no ha sido juzgado.
Estos son algunos de los momentos de la sentencia en los que Puigdemont ejerce un papel protagonista aunque invisible, a¨²n, a efectos penales:
El desaf¨ªo desde las instituciones. El Supremo concluy¨® que el proc¨¦s fue una ¡°estrategia concertada¡± del movimiento independentista catal¨¢n para forzar al Estado a negociar la ruptura de Espa?a, y que la estrategia ten¨ªa tres patas: la ejecutiva (la Generalitat), la legislativa (el Parlament) y la de la movilizaci¨®n en la calle (liderada por las entidades ANC y ?mnium Cultural). Esa estrategia la encabez¨® Puigdemont como president desde enero de 2016, aunque hab¨ªa empezado a?os antes y se hab¨ªa disparado a partir de noviembre de 2015, con la resoluci¨®n de ruptura del Parlament.
La sentencia de 2019 se remonta a esos antecedentes, recuerda la ¡°abierta y contumaz¡± desobediencia que la Generalitat y el Parlamento aut¨®nomo sostuvieron durante meses, ignorando los requerimientos del Tribunal Constitucional, que les instaba a parar. Y culmina el relato con la doble declaraci¨®n de independencia ¡ª¡±simb¨®lica e ineficaz¡±, seg¨²n el Supremo¡ª: la que anunci¨® Puigdemont el 10 de octubre de 2017 (y dej¨® en suspenso un minuto despu¨¦s) y la que aprob¨® el Parlament el 27 de octubre, que dio lugar a la intervenci¨®n de la autonom¨ªa catalana por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. Por esos hechos fueron condenados a prisi¨®n seis miembros del Ejecutivo de Puigdemont que no se hab¨ªan fugado con ¨¦l ¡ªOriol Junqueras, Ra¨¹l Romeva, Joaquim Forn, Jordi Turull, Josep Rull y Dolors Bassa¡ª y la entonces presidenta del Parlament, Carme Forcadell.
La aceptaci¨®n de la violencia. El Supremo declar¨® ¡°probado¡± que en el proc¨¦s hubo ¡°violencia¡±, pero con el matiz de que esa violencia no fue lo suficientemente ¡°funcional, preordenada o instrumental¡± para sostener un delito de rebeli¨®n (y por eso no conden¨® a los acusados por este delito, sino por el de sedici¨®n). Como ejemplo de esa violencia que s¨ª se produjo y que la Generalitat asumi¨®, la sentencia se detiene en la reuni¨®n que mantuvieron los principales mandos policiales de los Mossos con el presidente Puigdemont, el vicepresidente Oriol Junqueras y el consejero de Interior, Joaquim Forn, el 28 de septiembre de 2017, en las v¨ªsperas del refer¨¦ndum ilegal del 1-O.
Los Mossos ¡°propusieron expresamente la suspensi¨®n de la votaci¨®n¡± del 1-O ante el riesgo de que se produjeran ¡°graves incidentes entre agentes policiales y ciudadanos¡±, afirma el Supremo; y, sin embargo, los l¨ªderes pol¨ªticos les transmitieron su ¡°decisi¨®n de seguir adelante¡±. ¡°Al finalizar la reuni¨®n, el procesado rebelde, entonces presidente de la Generalitat, manifest¨® a todos los presentes que si el d¨ªa 1 de octubre se desataba la violencia declarar¨ªa la independencia¡±, subraya el tribunal.
El tumulto en la calle. Jordi S¨¤nchez y Jordi Cuixart, los Jordis, l¨ªderes de la ANC y ?mnium durante la fase final del proc¨¦s, fueron condenados por sedici¨®n como m¨¢ximos responsables de la movilizaci¨®n callejera y tumultuaria con la que el independentismo, en esa ¡°estrategia concertada¡±, pretend¨ªa torcer el brazo al Estado ¡°pulverizando¡± el ordenamiento jur¨ªdico. Los tumultos fueron varios y en d¨ªas distintos, remarca el Supremo, pero el fundamental se produjo el 20 de septiembre de 2017 ante la Consejer¨ªa de Econom¨ªa de la Generalitat, que estaba siendo registrada por orden de una jueza con el objetivo de frenar los preparativos del 1-O. Y la sombra de Puigdemont tambi¨¦n se desliza por ese escenario.
Jordi S¨¤nchez, recoge la sentencia, ¡°asegur¨® [a la multitud que trataba de impedir el registro] que hac¨ªa un rato se hab¨ªa reunido con D. Carles Puigdemont y que el presidente le hab¨ªa asegurado que habr¨ªa refer¨¦ndum¡±. A continuaci¨®n, pidi¨® que ¡°nadie se marchara a casa todav¨ªa, pues ten¨ªan una ¡®noche larga e intensa¡¯, y que hab¨ªan de trabajar porque ellos eran el sue?o de un nuevo pa¨ªs¡±.
La marcha atr¨¢s. La tesis del Tribunal Supremo es que la Generalitat nunca quiso llevar a t¨¦rmino el ¨®rdago independentista; que todo fue un ¡°se?uelo¡±, un ¡°artificio enga?oso¡± para usar a la ciudadan¨ªa como arma de presi¨®n al Estado, esperando que este, sinti¨¦ndose acorralado, se prestase a negociar la autodeterminaci¨®n de Catalu?a. No hab¨ªa, considera el tribunal, una ¡°verdadera voluntad de dar eficacia al resultado del tumultuario refer¨¦ndum¡±. Como sost¨¦n de ese argumento, la sentencia menciona dos momentos en los que la Generalitat pareci¨® querer pisar el freno in extremis: la declaraci¨®n de independencia suspendida por Puigdemont el 10 de octubre y la conversaci¨®n que mantuvo el president con el lehendakari ??igo Urkullu, relatada por este durante el juicio.
Urkullu explic¨® que Puigdemont le pidi¨®, ¡°en los ¨²ltimos d¨ªas del mes de octubre¡±, que mediase entre la Generalitat y el Gobierno de Rajoy para buscar una salida y ¡°evitar una declaraci¨®n de independencia¡±. El lehendakari dedujo que si el president no hab¨ªa convocado elecciones era porque ¡°los suyos no se lo hab¨ªan permitido¡±. En todo caso, la declaraci¨®n de independencia ¡ªla segunda y definitiva¡ª s¨ª acab¨® produci¨¦ndose, el 27 de octubre.
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