El ¨¢rbitro manda parar en San Jer¨®nimo
La presidenta del Congreso advierte de que actuar¨¢ con m¨¢s severidad para frenar la ¡°¡¤degradaci¨®n¡± de la vida parlamentaria
Meritxell Batet se gu¨ªa por una divisa futbol¨ªstica: el mejor ¨¢rbitro es el que pasa inadvertido. Con ese af¨¢n ha intentado actuar en los casi dos a?os y medio que lleva como presidenta del Congreso. Hasta el pasado martes. Ese d¨ªa, la tercera autoridad del Estado mand¨® parar el juego, cogi¨® ella misma el bal¨®n y lo remat¨® desde el punto de penalti. Fue un rapapolvo en toda regla, como hac¨ªa tiempo que no se escuchaba en la Carrera de San Jer¨®nimo.
Se lo hab¨ªa estado pensando durante el fin de semana anterior, a¨²n digiriendo el amago de desacato protagonizado por el grupo de Vox cuando se neg¨® a obedecer la orden de expulsi¨®n de uno de sus miembros, que llam¨® ¡°bruja¡± a una diputada socialista. El episodio pill¨® a la presidenta fuera del hemiciclo, la colocaba en una posici¨®n muy comprometida y ven¨ªa a confirmar lo que ella misma lamenta como ¡°degradaci¨®n constante¡± de la vida parlamentaria. Batet, una mujer de origen humilde, que vivi¨® un desahucio y se pag¨® los estudios con becas y sirviendo copas por la noche, no suele ofrecer grietas en su imagen seria y templada. Despu¨¦s de darle vueltas, regres¨® el lunes convencida y se puso a escribir su discurso. El martes abri¨® el pleno con un inusual mensaje a toda la C¨¢mara, un aut¨¦ntico basta ya de ¡°insultos y ofensas¡±.
A la dirigente socialista catalana le ha tocado arbitrar un Parlamento tumultuoso en una ¨¦poca tumultuosa. Una C¨¢mara en la que conviven el nacionalismo espa?ol m¨¢s vociferante y el independentismo catal¨¢n m¨¢s exaltado, donde la extrema derecha es la tercera fuerza y la izquierda abertzale dispone del altavoz de un grupo propio. Y en unos tiempos en que la pol¨ªtica se ha contaminado de la brutalidad verbal de las redes sociales, una de las grandes preocupaciones de la presidenta. Los grupos usan las intervenciones de sus diputados para extraer breves clips con pegada en las redes. Nada mejor que las frases tabernarias o las performances como la de un parlamentario de Vox que d¨ªas atr¨¢s se subi¨® a la tribuna con un burka y una gorra de talib¨¢n.
Por ese campo de minas ha transitado Batet, en un permanente intento de que la situaci¨®n no se le vaya de las manos. Sus llamadas al sosiego ya ven¨ªan siendo insistentes. En p¨²blico, como en el ¨²ltimo D¨ªa de la Constituci¨®n, cuando alert¨® contra la concepci¨®n de la pol¨ªtica como ¡°un enfrentamiento constante e incondicional¡±. Y muchas m¨¢s veces en privado, con los portavoces de los grupos o con los diputados individualmente.
Su alegato del martes acab¨® con un aviso: ¡°No voy a ser neutral en la defensa del Parlamento, de la democracia y de las instituciones¡±. As¨ª tambi¨¦n se lo ha dicho en privado a los grupos, seg¨²n fuentes parlamentarias: a partir de ahora, el ¨¢rbitro ser¨¢ m¨¢s severo para frenar el juego sucio. El mensaje es que no se van a tolerar actuaciones como la ¨²ltima del diputado de Vox Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez y su ¡°bruja¡± a una diputada del PSOE o la que protagoniz¨® en junio Maria Dantas, de ERC, que grit¨® ¡°fascistas¡± a unas parlamentarias del partido de Santiago Abascal al pasar junto a sus esca?os. El juego sucio que Batet se propone atajar no son solo los insultos, tambi¨¦n las actividades subterr¨¢neas, como las de esos diputados del PP que, mientras intervienen los ministros en el banco azul, se dedican a chincharlos desde la fila de atr¨¢s.
El problema para Batet es que en un Parlamento donde son rutina diaria palabras como totalitario, franquista, c¨®mplice de asesinos o golpista, resulta dif¨ªcil discernir en qu¨¦ consiste eso que el Reglamento define como ¡°conceptos ofensivos al decoro de la C¨¢mara¡±. Su discurso del martes fue aplaudido por todos los grupos y con m¨¢s entusiasmo que nadie por los portavoces de Vox, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros y Macarena Olona. En p¨²blico y en privado, Vox se presenta como la v¨ªctima y esgrime la frecuencia con que oradores de la izquierda llaman a los suyos ¡°fascistas¡±. Mientras, ellos han convertido casi en un latiguillo tildar al Gobierno de ¡°criminal¡±.
Uno de los recursos que tiene la presidenta es ordenar que se retiren del Diario de Sesiones lo que entienda como esos ¡°conceptos ofensivos al decoro¡±. Hasta hace algunos a?os, efectivamente se borraban. Desde que las c¨¢maras captan todo lo que ocurre en el hemiciclo, el Congreso cambi¨® la costumbre y ahora la medida es m¨¢s simb¨®lica que real: el ¡°concepto ofensivo al decoro¡± sigue figurando en el Diario de Sesiones aunque se escribe entre corchetes para indicar que fue desautorizado por la presidencia. Una f¨®rmula que no contenta a todos. La diputada del PP Cayetana ?lvarez de Toledo ha llegado hasta el Tribunal Constitucional para reclamar la retirada de los dos corchetes que acotan la expresi¨®n ¡°hijo de terrorista¡± dirigida por ella al entonces vicepresidente Pablo Iglesias en mayo del a?o pasado.
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