La votaci¨®n m¨¢s dif¨ªcil para los herederos del 15-M
El ¡°traum¨¢tico¡± apoyo al candidato del PP a magistrado del Constitucional pone a Podemos frente a sus contradicciones como partido de Gobierno
La diputada de la CUP Mireia Veh¨ª puso el dedo en la llaga el jueves cuando, durante su intervenci¨®n en el pleno del Congreso que debat¨ªa los nombramientos para el Tribunal Constitucional, declar¨® que el s¨ª de Unidas Podemos al candidato del PP Enrique Arnaldo supon¨ªa el ¡°fin del ciclo del 15-M¡±. La frase, grandilocuente, evidenciaba las contradicciones del partido que en sus inicios, con Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero micr¨®fono en mano, arremet¨ªa en las plazas contra el sistema y proclamaba la necesidad de regenerar las instituciones.
Cuestionado por sus relaciones mercantiles con administraciones gobernadas fundamentalmente por PP y sus posicionamientos ideol¨®gicos contrarios a la izquierda, la designaci¨®n de Arnaldo para el Constitucional ha desasosegado a un grupo parlamentario, el de Unidas Podemos, que siempre ha hecho bandera de la independencia pol¨ªtica, desmarc¨¢ndose en muchos casos del PSOE en el Gobierno y acusando incluso a los ministros del socio mayoritario de estar al servicio de los grandes poderes econ¨®micos.
Ese discurso a la contra que les sirvi¨® a partir de 2014 para traducir el desencanto en votos y forjar a?os m¨¢s tarde una mayor¨ªa alternativa al Gobierno de Mariano Rajoy se derrumb¨® en parte con el nombramiento de Arnaldo como nuevo magistrado del tribunal de garant¨ªas. Una fuente parlamentaria describe el proceso como ¡°traum¨¢tico¡±, la votaci¨®n m¨¢s dif¨ªcil desde el inicio de la legislatura, aunque pone el acento tambi¨¦n en las contradicciones de quienes se?alan a Unidas Podemos: al mismo tiempo que se les exige que lleguen a acuerdos con el PP, se les critica cuando asumen el pacto alcanzado con todas sus consecuencias.
¡°Llama la atenci¨®n que se sorprendan¡±, se?alaba en este sentido el jueves desde la tribuna del Congreso el diputado gallego de UP Ant¨®n G¨®mez-Reino al defender la posici¨®n del grupo en el debate. ¡°?Qu¨¦ se esperaban?¡±, a?ad¨ªa, en alusi¨®n al nombre elegido por el partido de Pablo Casado como candidato al Constitucional. ¡°Nuestro voto nunca va a ser un voto a favor del se?or Arnaldo ni de la se?ora [Concepci¨®n] Espejel [la otra candidata del PP]. Nuestro voto es para acabar con el secuestro al que el PP ha sometido a los ¨®rganos constitucionales y defender la democracia de aquellos que solo la quieren desestabilizar¡±, sosten¨ªa el diputado.
Al finalizar la votaci¨®n, parlamentarios de Vox corearon con sorna el ¡°s¨ª, se puede¡±, lema de Podemos en sus or¨ªgenes, para festejar su contradicci¨®n. Y el portavoz de ERC, Gabriel Rufi¨¢n, recrimin¨® a los diputados de UP por haber aceptado tragarse un sapo que, afirm¨®, adquir¨ªa en este caso dimensiones de ¡°cocodrilo¡±.
En la v¨ªspera de ese debate infausto para Unidas Podemos, el mi¨¦rcoles, el presidente del grupo en el Congreso, Jaume Asens, hab¨ªa recurrido al fil¨®sofo Max Weber para justificar su posici¨®n. ¡°Es un conflicto entre la ¨¦tica de la convicci¨®n y la ¨¦tica de la responsabilidad¡±, defend¨ªa en una entrevista radiof¨®nica, citando al fil¨®sofo alem¨¢n.
Podemos es ahora un partido en el Gobierno y con vocaci¨®n de Gobierno, y el s¨ª a Arnaldo, un ¡°mal menor¡± para avanzar en la renovaci¨®n de los ¨®rganos constitucionales, seg¨²n explica la formaci¨®n, que trata de poner el foco en la ¡°trampa¡± de los populares ¡ªal proponer a un candidato de perfil tan dif¨ªcil de asumir para la izquierda¡ª y pasar p¨¢gina cuanto antes. Los votos de Unidas Podemos no eran ni siquiera imprescindibles en su totalidad para sacar adelante la votaci¨®n, pero s¨ª era necesario el apoyo del grupo ¡ªa PSOE y PP les faltaban dos votos para llegar a la mayor¨ªa requerida de tres quintos¡ª y, adem¨¢s, un desmarque de Unidas Podemos en la renovaci¨®n del Constitucional habr¨ªa fracturado al Gobierno en un asunto vital.
Una fuente del grupo comandado en el Congreso por Jaume Asens explica que en los ¨²ltimos d¨ªas, y a tenor de las revelaciones sobre la figura de Enrique Arnaldo publicadas en los medios, se intent¨® ¡°en varias ocasiones¡± convencer a los socialistas para que presionasen al PP y le instasen a presentar otro nombre menos controvertido. Buena parte de los diputados de UP no quer¨ªan asumir el coste pol¨ªtico de apoyar a Arnaldo y hubo un par de voces disidentes. El mi¨¦rcoles, dos parlamentarias alejadas desde hace tiempo de la direcci¨®n del partido, Gloria Elizo y Meri Pita, publicaron en El Peri¨®dico de Espa?a un art¨ªculo muy cr¨ªtico contra la aceptaci¨®n de los candidatos del PP al Constitucional. M¨¢s all¨¢ de ellas, nadie m¨¢s ha expresado su rechazo en p¨²blico.
Elizo (que finalmente no vot¨® a Arnaldo, protagonizando una de las escas¨ªsimas deserciones dentro de UP) niega que se haya dado un debate en el seno del grupo sobre c¨®mo afrontar la votaci¨®n, y resume su reflexi¨®n: ¡°El PP es el responsable de esta designaci¨®n y nosotros no debimos entrar nunca en ese acuerdo¡±. La diputada, vicepresidenta tercera de la C¨¢mara baja, advierte de que este paso puede acabar no s¨®lo en una fractura con el electorado natural de Unidas Podemos, sino en un enfrentamiento con aquellos grupos pol¨ªticos m¨¢s pr¨®ximos ideol¨®gicamente y que el jueves dejaron solo al Gobierno con el PP en la votaci¨®n, como son ERC, EH Bildu, M¨¢s Pa¨ªs o Comprom¨ªs.
El exvicepresidente del Gobierno y exl¨ªder de Podemos, Pablo Iglesias, se preguntaba este jueves en un art¨ªculo publicado en el diario Ara: ¡°?Acierta [la vicepresidenta] Yolanda D¨ªaz pactando con PP y PSOE la renovaci¨®n del Tribunal Constitucional aun a pesar de que ello implique votar a los candidatos del PP? ?Acertar¨ªa pactando la renovaci¨®n del CGPJ con la derecha toda vez que el PSOE ha renunciado a cambiar el sistema de elecci¨®n para evitar el veto del PP?¡±. Y se respond¨ªa: ¡°A la vista de la normalidad democr¨¢tica espa?ola pienso que s¨ª. Sobre cualquier candidato propuesto por el PP para ocupar una posici¨®n en las altas magistraturas recaer¨¢ siempre la sospecha de connivencia con los corruptos o de corrupci¨®n directa¡±.
¡°Comprendo y comparto las reticencias y la n¨¢usea moral que produce¡±, prosegu¨ªa Iglesias. ¡°Pero, a la vista del proceso de involuci¨®n que impulsan todos los poderes reaccionarios, cualquier barrera democr¨¢tica que pueda erigirse frente a la eventual voluntad pol¨ªtica reaccionaria de las altas magistraturas del Estado parece una medida de autodefensa razonable¡±.
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