La Asamblea de la Espa?a Vaciada: ¡°Si no est¨¢s en el Congreso, en Madrid, no existes¡±
Siete representantes de los colectivos de varias plataformas debaten sobre sus aspiraciones y su futuro
Calata?azor (Soria) acoge una conversaci¨®n organizada por EL PA?S entre los representantes de varias plataformas integradas en la Asamblea de la Espa?a Vaciada, colectivos de territorios dispares como Castilla y Le¨®n, Arag¨®n, Castilla-La Mancha y La Rioja unidos por una misma realidad: el sentimiento de abandono. Son siete contertulios: Vanessa Garc¨ªa, de Soria ?YA!; Antonio Saz, de Teruel Existe; Salom¨®n Ortega, de Repuebla Burgos; Chema Mezquita, de la Coordinadora Rural de Zamora, Raquel Esteban, de SOS Talavera y comarca; Inma S¨¢enz, de SOS Cameros La Rioja; y Mar Mart¨ªn, del Colectivo de acci¨®n solidaria y de la Coordinadora para el desarrollo del nordeste de Segovia. Para llegar hasta aqu¨ª, todos han tenido que usar infraestructuras en mal estado, uno de los males end¨¦micos que tratan de combatir. Est¨¢n de acuerdo en abrir la puerta a presentarse a las elecciones no por un ¡°qu¨¦ hay de lo m¨ªo¡±, sino por el desinter¨¦s que, seg¨²n ellos, muestran los partidos tradicionales. El programa, ¡°sin ideolog¨ªas¡±, es un modelo de desarrollo elaborado entre 180 personas de 28 provincias. Este septeto tiene una tarea: explicar sus reivindicaciones y c¨®mo ven el futuro.
Por qu¨¦ concurrir. El acuerdo tomado en la III Asamblea general de la Espa?a Vaciada en septiembre no es casualidad. La voluntad de ¡°trabajar por el reequilibrio territorial y luchar contra la despoblaci¨®n¡± en unas elecciones bebe de su hast¨ªo. Saz, representante de Teruel Existe, que tiene un diputado nacional, indica que el movimiento es ¡°consecuencia de la p¨¦rdida de servicios¡±. Por eso reniegan de aquello de ¡°Espa?a vac¨ªa¡± y piden el participio ¡°vaciada¡±, pues esgrimen que en los ¨²ltimos 70 a?os, desde los planes de desarrollo del franquismo, ha habido zonas que han perdido ¡°vida y recursos¡±, apostilla Esteban. De lo que est¨¢n llenos, avisan, es de energ¨ªa para combatirlo. La escasez de inversiones, los d¨¦ficits en infraestructuras, telecomunicaciones, transportes o sanidad han estimulado la reacci¨®n. La soriana Garc¨ªa se resigna: ¡°Si no est¨¢s en el Congreso, en Madrid, no existes¡±. Su plataforma llevaba tiempo avisando de que ¡°dar¨ªa el golpe¡± si persist¨ªa este abandono. S¨¢enz, alcaldesa del riojano Nieva de Cameros (90 habitantes), denuncia que ¡°ser pocos no resta derechos¡±, algo que nota al compararse con las ciudades. El pediatra m¨¢s cercano se encuentra a 40 kil¨®metros.
Modelo de desarrollo. Un grueso tomo encuadernado y en algunos casos lleno de garabatos plasma 101 medidas pactadas entre las m¨²ltiples mesas sectoriales. Uno de los prop¨®sitos, resalta Mar Mart¨ªn, implica eliminar ese ¡°desconocimiento¡± que existe hacia los males de esas provincias que est¨¢n en riesgo demogr¨¢fico. Ortega asegura que muchas de las propuestas actuales est¨¢n elaboradas ¡°desde un despacho de ciudad¡± y no atacan de ra¨ªz los problemas de la despoblaci¨®n.
Las reivindicaciones implican un pacto de Estado que destine un 1% del PIB, unos 11.000 millones de euros anuales, al ansiado reequilibrio contra la ¡°insostenibilidad¡± que comparten tanto las macrociudades como los pueblos peque?os. Tambi¨¦n est¨¢n de acuerdo en que la despoblaci¨®n se incluya como criterio de solidaridad entre territorios, algo que implicar¨ªa cambiar el art¨ªculo 138 de la Constituci¨®n. La fiscalidad diferenciada se ha convertido asimismo en un mantra de las asociaciones. Una de las propuestas m¨¢s recientes es reclamar 100 megas fijos de Internet en plena era de las tecnolog¨ªas y el teletrabajo; que cualquier municipio est¨¦ a 30 kil¨®metros de v¨ªas avanzadas de comunicaci¨®n, y a 30 kil¨®metros de hospitales o centros educativos. Ya quisieran muchos de los pueblos de estos siete debatientes, con camisetas reivindicativas a juego, disponer de al menos uno de estos tres requisitos. La descentralizaci¨®n se antoja imprescindible para empujar el desarrollo. En Zamora, un cuartel del Ej¨¦rcito va a atraer a unas 5.000 personas y un impacto econ¨®mico de unos 45 millones de euros anuales, una gran noticia para el profesor zamorano Chema Mezquita que exige no olvidar el orden de prioridades: ¡°Primero debemos evitar que se vac¨ªen los pueblos y despu¨¦s ya hablaremos de repoblar¡±.
Deuda de la Administraci¨®n. Las ¨²nicas risas durante las dos horas de charla llegan al preguntar por las cuentas pendientes con las administraciones. Ortega reflexiona sobre la falta de ¡°cercan¨ªa¡± de entidades supuestamente creadas para atender las necesidades de entornos rurales, como las diputaciones que, seg¨²n Mart¨ªn, cubren m¨¢s las demandas urbanas porque all¨ª cosechan m¨¢s votos. El grupo incide en que competencias troncales como la Educaci¨®n o la Sanidad corresponden a los Gobiernos regionales, que acostumbran a rehuir de esta responsabilidad y a asignar el problema a los Ejecutivos centrales, en funci¨®n del color pol¨ªtico de cada formaci¨®n en los poderes. Los recelos hacia los pol¨ªticos electos por cada circunscripci¨®n, dice Garc¨ªa, responden a que se han dejado llevar ¡°por directrices de los partidos¡±. Mezquita descalifica la ¡°etiqueta rural¡± que se ponen los partidos convencionales, un ¡°postureo¡± que no brinda cambios. Las voces del foro coinciden al se?alar a Teruel Existe como emblema de ¡°solidaridad¡± que intenta mejorar las condiciones de toda esa Espa?a alejada de las grandes poblaciones.
Teruel Existe. La irrupci¨®n de esta agrupaci¨®n de electores en 2019 canaliz¨® la indignaci¨®n rural mostrada en una manifestaci¨®n que llen¨® Madrid de reclamaciones rara vez vistas sobre el asfalto capitalino. Su diputado, Tom¨¢s Guitarte, y sus dos senadores, Beatriz Mart¨ªn y Joaqu¨ªn Vicente, han llevado a la moqueta las quejas hist¨®ricas de m¨²ltiples territorios. Su compa?ero Saz calcula, categ¨®rico, que han conseguido ¡°m¨¢s en dos a?os que en 20¡å. El voto de Guitarte fue indispensable para aprobar los ¨²ltimos Presupuestos, algo que le granje¨® amenazas de los for¨¢neos, aplausos de los suyos y, ante todo, visibilidad. S¨¢enz celebra que demostraron que ¡°bastaba ya de hablar¡± y tocaba actuar y Esteban directamente tilda de ¡°rid¨ªculas¡± a las voces que auguran un modelo ¡°cantonalista¡± si las C¨¢maras nacionales y aut¨®nomas dan cabida a plataformas contra la despoblaci¨®n.
Pueblos-Ciudades. Ortega entiende que no se puede legislar desde una gran urbe con medidas que afecten tanto a las calles masificadas como a localidades menores. Las normas que en la pandemia no permit¨ªan a los vecinos rurales cuidar de los gallineros o huertos, indignan a Inma S¨¢enz. Saz solicita un ¡°mecanismo de garant¨ªa rural¡± para que los nuevos modelos energ¨¦ticos, como las penalizaciones al di¨¦sel, aunque nadie pueda ni imaginarse un tractor el¨¦ctrico, no les obliguen a ¡°volver al burro¡±.
Activismo social y rural. Estos activistas tienen un perfil variado. Van de los 39 a los 68 a?os. Abogada, ingeniera forestal, profesores, monitora de autob¨²s y alcaldesa, programador inform¨¢tico, jubilado¡, la mayor¨ªa dedica a sus organizaciones el tiempo que les deja libre la familia y el trabajo. La mayor¨ªa proviene de otros movimientos sociales y pol¨ªticos y dedica al menos una hora al d¨ªa altruista a sus organizaciones. ¡°No he medido las horas, es dif¨ªcil de separar mi trabajo del activismo social¡±, dice Mar Mart¨ªn.
Planes de futuro. El c¨®nclave de Calata?azor considera que, pase lo que pase en posibles elecciones, ellos ya han ganado porque han expuesto el sentir de millones de personas hist¨®ricamente denostadas. Mar Mart¨ªn alude a una ¡°ruptura rural-urbana¡± que implica que el ¡°conjunto social¡± considera a los pueblos como meras fuentes de energ¨ªa o alimentos que llenan sus supermercados, pero que no acarrean empleos, habitantes o r¨¦dito econ¨®mico en el origen, tanto en el caso de los grandes parques solares o e¨®licos o las odiadas macrogranjas. La opci¨®n de ¡°morir de ¨¦xito¡± si llegan a las instituciones y no consiguen sus objetivos no inquieta porque ¡°la ¨²nica forma de conseguir cosas es en los ministerios y en los Presupuestos¡±. Si el salto pol¨ªtico no funciona, comentan, volver¨¢n orgullosamente a sus empleos y mantendr¨¢n el activismo. Lo que no piensan hacer, vaticina Saz, es ¡°levantar el pie del acelerador¡±. ¡°Si no estamos presentes, vamos a desaparecer¡±.
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