Un Gobierno con siete vidas
El Ejecutivo sale sin un rasgu?o de otro comprometido examen parlamentario tras sacar adelante siete leyes de una tacada
Pedro S¨¢nchez y Yolanda D¨ªaz conversaban entre ellos y gesticulaban sin parar. En el otro extremo del banco azul, la charla parec¨ªa m¨¢s distendida: Jos¨¦ Luis Escriv¨¢ y Alberto Garz¨®n, ministros de Seguridad Social y de Consumo, confraternizaban y se re¨ªan, mientras el primero miraba de vez en cuando su reloj. El Congreso de los Diputados hab¨ªa recuperado el voto presencial y el hemiciclo estaba inusualmente lleno, a media tarde del pasado jueves, a la espera de que la presidenta, Meritxell Batet, anunciase el comienzo de las votaciones. Si Escriv¨¢ ten¨ªa prisa, a¨²n hubo de esperar 41 minutos, l...
Pedro S¨¢nchez y Yolanda D¨ªaz conversaban entre ellos y gesticulaban sin parar. En el otro extremo del banco azul, la charla parec¨ªa m¨¢s distendida: Jos¨¦ Luis Escriv¨¢ y Alberto Garz¨®n, ministros de Seguridad Social y de Consumo, confraternizaban y se re¨ªan, mientras el primero miraba de vez en cuando su reloj. El Congreso de los Diputados hab¨ªa recuperado el voto presencial y el hemiciclo estaba inusualmente lleno, a media tarde del pasado jueves, a la espera de que la presidenta, Meritxell Batet, anunciase el comienzo de las votaciones. Si Escriv¨¢ ten¨ªa prisa, a¨²n hubo de esperar 41 minutos, lo que tardaron los diputados en apretar hasta 84 veces el bot¨®n. El que se supone el Gobierno m¨¢s d¨¦bil desde la restauraci¨®n de la democracia, el que hace un a?o la mayor¨ªa de analistas situaba al borde del abismo, no perdi¨® ni una sola vez.
No era poca cosa lo que se dilucidaba: siete proyectos de ley, entre ellos las reformas de las pensiones y de la normativa de tr¨¢fico, el que pretende garantizar precios m¨ªnimos para los productores agrarios, el que regularizar¨¢ a una parte de la legi¨®n de interinos en las administraciones p¨²blicas y el que establece un nuevo marco jur¨ªdico para los animales. Como postre, tres decretos leyes, uno de ellos el que adapta la normativa a la reciente sentencia del Tribunal Constitucional que suprimi¨® el impuesto municipal de plusval¨ªa.
Sobre la mesa hab¨ªa una avalancha de enmiendas, un galimat¨ªas que los portavoces de los grupos trataban de ordenar gritando la consigna sobre el sentido del voto, reforzada con una mano alzada y un gesto con los dedos: uno extendido para el s¨ª, dos para el no y tres para la abstenci¨®n. Aun as¨ª fueron muchos los que se perdieron en esa jungla. Hasta 12 diputados del PP ¡ªAdolfo Su¨¢rez Illana por partida doble¡ª votaron en diferentes momentos contra las indicaciones de su grupo, lo mismo que le sucedi¨® a otros cuatro de Unidas Podemos, dos de Ciudadanos ¡ªIn¨¦s Arrimadas una de ellos¡ª, uno del PSOE y otro de ERC. La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, se equivoc¨® dos veces y fue el ¨²nico e inesperado apoyo que logr¨® sumar Vox a una enmienda suya. En el partido de Santiago Abascal se produjo un patinazo masivo cuando nueve de sus miembros se manifestaron en contra de una de las resoluciones mientras los dem¨¢s se absten¨ªan. Tampoco era de extra?ar viendo el texto de lo que se somet¨ªa a votaci¨®n: ¡°Enmienda al apartado 13.4 (nuevo, pasa a ser 40) del art¨ªculo ¨²nico, por la que se incorpora una nueva disposici¨®n adicional decimocuarta (pasa a ser decimoquinta)¡±. La presidenta tuvo el m¨¦rito de leerlo de carrerilla y sin atragantarse.
El Gobierno sali¨® de ese laberinto sin un rasgu?o. Y, pese a su te¨®rica precariedad, volvi¨® a exhibir m¨²sculo, como ya hab¨ªa hecho la semana anterior con los Presupuestos. La reforma de las pensiones super¨® la mayor¨ªa absoluta, con 176 votos, ya que de los habituales aliados del Ejecutivo solo se descolg¨® EH Bildu. La regularizaci¨®n de los interinos se qued¨® m¨¢s corta, 170 s¨ªes, aunque solo tuvo cinco noes, frente a una mayor¨ªa de abstenciones, a las que en este caso se adhirieron Bildu de nuevo y el PDeCAT. Algunas de las enmiendas al proyecto sobre la comercializaci¨®n de los productos agrarios sumaron m¨¢s de 300 votos favorables y en la reforma de la ley de tr¨¢fico la que menos apoyo tuvo reuni¨® 188. A la del r¨¦gimen jur¨ªdico de los animales solo se opuso Vox.
Hubo incluso un casi ins¨®lito momento de unanimidad, cuando todos los grupos aprobaron una reforma de la ley del poder judicial para reconocer a los tribunales de aguas de Orihuela y Aldaia (Alicante), instituciones cuyo origen se remonta al siglo XIII. Manuel Mestre, uno de los diputados m¨¢s comedidos de Vox, se felicit¨® por ello, aunque r¨¢pidamente se apresurase a matizar que ¡°este Parlamento no representa al pueblo espa?ol¡±. Mestre, teniente general del Ej¨¦rcito del Aire, no aclar¨® qui¨¦n lo representa entonces.
Es como si el Gobierno siempre merodease el precipicio y siempre hallase una escapatoria. Esta misma semana se enred¨® en un gran l¨ªo con ERC a prop¨®sito de la exigencia de los independentistas de incluir en la ley audiovisual una cuota del 6% en las lenguas cooficiales para los contenidos en plataformas como Netflix o HBO. Los republicanos amenazaron con bloquear los Presupuestos en el Senado despu¨¦s de que el Ejecutivo asegurase que la normativa europea impide atender sus reclamaciones. Una reuni¨®n entre los dos partes ha calmado la disputa por el momento. El Gobierno le ha cogido gusto a vivir en el filo y hasta lo ha convertido en un m¨¦todo negociador. Su f¨®rmula de esperar siempre a ¨²ltima hora parece darle frutos. ¡°Acabas embotado de las negociaciones y dices que s¨ª a todo¡±, admit¨ªa d¨ªas atr¨¢s el portavoz de ERC, Gabriel Rufi¨¢n.
La negociaci¨®n tambi¨¦n es extenuante para el Ejecutivo, obligado a conversar con una decena de grupos y, en casos como el de esta semana, a amarrar una a una 84 votaciones. Al mando de las operaciones siempre F¨¦lix Bola?os, titular de la Presidencia y ministro para todo, ya sea para limar asperezas entre los socios del Gabinete o para atender las demandas de los aliados parlamentarios.
Claro que no todo sale a pedir de boca. El Gobierno ha metido en un caj¨®n hasta nuevo aviso la ley de memoria democr¨¢tica porque ERC no cede en su exigencia de revisar la amnist¨ªa de 1977. Y la pretensi¨®n del Ejecutivo de que los Presupuestos queden aprobados sin modificaciones en el Senado y ya no vuelvan al Congreso choca con los planes de PNV y ERC de abrir all¨ª nuevos frentes. M¨¢s horas extra para Bola?os.