Rajoy se atrinchera ante la comisi¨®n Kitchen y niega incluso la caja b del PP
El expresidente exaspera a los diputados en el Congreso al negar las tres sentencias judiciales sobre la contabilidad paralela de su partido
¡°No sab¨ªa absolutamente nada¡±, ¡°no soy consciente¡±, ¡°no me consta¡±, ¡°eso se lo tendr¨¢ que preguntar usted a quien lo ha dicho¡±, ¡°?qu¨¦ quiere que le diga?¡±¡ Y as¨ª durante dos horas y media. Un Mariano Rajoy en estado puro se atrincher¨® este lunes en el Congreso sin ceder ni un cent¨ªmetro ante la comisi¨®n Kitchen, que investiga la trama urdida bajo su Gobierno en el Ministerio del Interior para destruir las pruebas que el extesorero del PP Luis B¨¢rcenas ten¨ªa contra este partido. Las reiteradas negativas del expresidente ante el interrogatorio de los diputados iban acompa?adas de gestos de perplejidad: extend¨ªa los brazos, arqueaba las cejas, se encog¨ªa de hombros, se quedaba boquiabierto¡ Tan lejos llev¨® su negativa que hasta rehus¨® reconocer la existencia de una caja b en el PP, acreditada ya por tres sentencias judiciales.
La comparecencia de Rajoy, la ¨²ltima de las previstas por la comisi¨®n Kitchen, se hab¨ªa abierto con una fotograf¨ªa exhibida por el diputado socialista Felipe Sicilia. Era una imagen de febrero de 2009, cuando acababa de estallar el caso G¨¹rtel y mostraba al entonces presidente del PP, rodeado de toda la direcci¨®n de su partido. Ese d¨ªa, Rajoy hab¨ªa denunciado que ¡°esto no es una trama del PP, es una trama contra el PP¡±, le record¨® Sicilia, para preguntarle si manten¨ªa hoy esa afirmaci¨®n. El expresidente evit¨® repetir aquellas palabras, pero el fondo de sus afirmaciones no vari¨® en lo sustancial.
Tres sentencias y miles de p¨¢ginas de sumarios judiciales despu¨¦s, Rajoy sigue sin reconocer absolutamente nada y todav¨ªa presenta a su partido como v¨ªctima de acusaciones sin fundamento. Lleg¨® a decir que le ¡°pone los pelos de punta¡± que se est¨¦ vulnerando el ¡°derecho a la presunci¨®n de inocencia¡±, ¡°uno de los principios democr¨¢ticos fundamentales¡±. En ese empe?o cont¨® con el concurso entusiasta de la portavoz del Grupo Popular, Cuca Gamarra, que, junto a varios diputados, hab¨ªa arropado a Rajoy a su llegada a la sala del Congreso donde se celebr¨® la comparecencia. Cuando le toc¨® hablar, en lugar de las preguntas formuladas por el resto de los grupos, Gamarra tir¨® de folios y ley¨® un discurso en el que, durante 15 minutos, despleg¨® un variada gama de adjetivos para descalificar las investigaciones del Congreso sobre el acoso del Ministerio del Interior a B¨¢rcenas: ¡°inquisitoriales¡±, ¡°totalitarias¡±, ¡°escarnio¡±, ¡°linchamiento¡±, ¡°insidias justicieras¡±¡
Lo que m¨¢s exasper¨® a la mayor¨ªa de los diputados fue que el expresidente negase la existencia de una caja b en su partido. Rajoy se acogi¨® a un ardid dial¨¦ctico: que el PP no ha sido condenado por ello ¡ªno fue posible porque en el anterior C¨®digo Penal no exist¨ªa el delito de financiaci¨®n ilegal¡ª, pero hay tres fallos judiciales, uno del Tribunal Supremo y dos de la Audiencia Nacional, que dan por acreditada su existencia. El expresidente ni se inmut¨® cuando el portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, abri¨® su ordenador y ley¨® en voz alta la sentencia del Supremo que en su d¨ªa corrobor¨® la condena anterior emitida por la Audiencia Nacional sobre el ¡®caso G¨¹rtel¡¯: ¡°En la p¨¢gina 1077 se dice: ¡®El tribunal cont¨® con pruebas de cargo suficientes para concluir la existencia de una caja b¡¡±.
Rajoy segu¨ªa encogi¨¦ndose de hombros y negando: ¡°No hay ninguna condena por la caja b¡¡± La otra de las sentencias que la considera probada, la de la Audiencia Nacional por las obras en la sede del PP pagadas con dinero negro, la exhibi¨® el portavoz de ERC, Gabriel Rufi¨¢n, quien se levant¨® de su asiento y se acerc¨® al expresidente para entreg¨¢rsela en mano. Rajoy le replic¨® mostrando la portada de su ¨²ltimo libro.
Las negativas del expresidente lo abarcaron casi todo. Tambi¨¦n a preguntas de Rufi¨¢n, el m¨¢s tenso de los cruces dial¨¦cticos, asegur¨® que no despachaba a menudo con su ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, el principal imputado por el caso Kitchen. ¡°Sobre todo hablaba con los econ¨®micos y con el de Exteriores¡±, sostuvo. Y ante Sof¨ªa Casta?¨®n, de Unidas Podemos, lleg¨® a decir que ni siquiera se preocup¨® cuando empezaron a salir a la luz los papeles de B¨¢rcenas.
¡ª?No le molestaba que se estuviesen lanzando esas acusaciones?, le pregunt¨® la diputada.
¡ªEn absoluto me molestaba.
¡ª?Y no hab¨ªa preocupaci¨®n en el PP por las pruebas que se estaban publicando?
¡ªNo, no hab¨ªa preocupaci¨®n en el PP como tal.
Sobre el comisario Jos¨¦ Manuel Villarejo, ni habl¨® nunca con ¨¦l, ni se intercambi¨® un mensaje, ni lo vio ¡°nunca en sitio alguno¡±. Es m¨¢s, dijo que ni siquiera recuerda cu¨¢ndo supo de su existencia. Rufi¨¢n le ley¨® entonces la larga lista de cargos que ocup¨® en los Gobiernos de Aznar, entre ellos el de ministro del Interior, para poner en duda que no supiese qui¨¦n era Villarejo. Rajoy empez¨® a quejarse de que ¡°aqu¨ª no se pregunta, se acusa¡±, el interrogatorio del portavoz de ERC subi¨® de tono y acab¨® entre di¨¢logos surrealistas:
¡ª?Ha sido usted presidente, se?or Rajoy?
¡ªPues no lo s¨¦, ?usted qu¨¦ dir¨ªa, se?or Rufi¨¢n?
Una de las l¨ªneas de defensa del expresidente fue restar cualquier credibilidad a Villarejo y a B¨¢rcenas. ¡°Una estrategia inteligente, si no fuera porque hay m¨¢s testimonios¡±, le dijo Jon I?arritu, de EH Bildu. Y los cit¨®: no solo varios cargos policiales, sino colaboradores del propio Rajoy, como el exministro Fern¨¢ndez D¨ªaz y el que fue n¨²mero dos de este, Francisco Mart¨ªnez. El muro del expresidente, entre protestas, sarcasmos y frases vaporosas, permaneci¨® inalterable. De Fern¨¢ndez D¨ªaz y Mart¨ªnez se limit¨® a decir que son personas ¡°magn¨ªficas¡± de las que tiene ¡°la m¨¢s alta consideraci¨®n¡±.
Llegados a ese punto, ya casi todo estaba preguntado, y Josune Gorospe, del PNV, solo le coment¨® si cree que la opini¨®n p¨²blica va a entender que el presidente del Gobierno y l¨ªder del PP desconociese todo lo que asegura desconocer. Rajoy se encogi¨® de hombros por pen¨²ltima vez:
¡ªPues algunos lo creer¨¢n y otros no.
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