La reforma laboral pone a prueba las costuras de la izquierda
D¨ªaz y los sindicatos presionan a ERC para que permita la convalidaci¨®n y as¨ª evitar el plan b de aprobarla con Cs, lo que tensar¨ªa al m¨¢ximo la coalici¨®n
Nadie acaba de cre¨¦rselo del todo, pero est¨¢ pasando. El que parec¨ªa uno de los mayores logros de la legislatura, la primera reforma laboral en 40 a?os pactada con patronal y sindicatos, se ha convertido en un quebradero de cabeza insoportable para el Gobierno. El rechazo de ERC y tambi¨¦n del PNV ¡ªal menos de momento¡ª a convalidar la norma en el Congreso amenaza el acuerdo y pone a prueba las costuras de la izquierda espa?ola, que gobierna por primera vez en coalici¨®n con apoyo de otras fuerzas progresistas y de nacionalistas.
Quedan cuatro d¨ªas para la decisi¨®n final ¡ªse vota el jueves¡ª y toda la maquinaria de presi¨®n del Gobierno y de los sindicatos, en especial UGT, con gran influencia sobre ERC, trabaja para convencer a los republicanos, los m¨¢s insospechados enemigos de la reforma, que consideran insuficiente. Un voto negativo a la convalidaci¨®n supondr¨ªa volver a las leyes laborales aprobadas por el PP en 2012.
La negociaci¨®n entre el Ministerio de Trabajo, dirigido por Yolanda D¨ªaz, y ERC, con Gabriel Rufi¨¢n como interlocutor, se ha intensificado en los ¨²ltimos d¨ªas y hay muchos intercambios de papeles. Pero los republicanos siguen en el no y la posibilidad de que haya que recurrir al plan b ¡ªsacar el texto con Ciudadanos y una arriesgada suma de partidos peque?os¡ª hace crujir las cuadernas de la coalici¨®n.
Las diferencias entre el PSOE y Unidas Podemos sobre la estrategia negociadora han quedado en evidencia esta semana. Los socios tratan de rebajar la tensi¨®n. Pedro S¨¢nchez y Yolanda D¨ªaz, que suelen apaciguar a sus respectivos compa?eros de filas cuando los decibelios suben en la coalici¨®n, han vuelto a hablar esta semana. Seg¨²n La Moncloa el presidente est¨¢ al tanto de las negociaciones de la vicepresidenta y de sus gestiones en el viaje a Barcelona, el mi¨¦rcoles y jueves, pensado casi en exclusiva para atraer a ERC al pacto, algo que a¨²n no ha conseguido.
Los socialistas siguen pensando que aprobar la reforma con Ciudadanos, que est¨¢ esperando la llamada del ministro de la Presidencia, F¨¦lix Bola?os, para cerrar el acuerdo, no es una mala opci¨®n, porque lo importante para ellos es preservar el acuerdo y evitar cualquier ¡°susto¡± que haga que la patronal se salga de la negociaci¨®n. Pero Unidas Podemos insiste en que sacar una reforma progresista con Cs y Uni¨®n del Pueblo Navarro y sin ERC o PNV ser¨ªa un fiasco y ni siquiera garantiza los n¨²meros. El plan b genera una tensi¨®n enorme. S¨¢nchez y D¨ªaz han pactado intentar hasta el final convencer a ERC y PNV.
Sin embargo, las cosas no son sencillas. Esta semana ha habido una reuni¨®n discreta de los negociadores habituales del PSOE y ERC, con F¨¦lix Bola?os, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, Adriana Lastra y H¨¦ctor G¨®mez en la delegaci¨®n socialista y Rufi¨¢n, Marta Vilalta y Josep Mar¨ªa Jov¨¦ en la republicana. En teor¨ªa era para hablar de muchos asuntos. Pero la reforma laboral monopoliz¨® la cita.
Los socialistas dejaron muy claro a los republicanos que la reforma se tiene que aprobar sin tocar una coma, y tampoco puede haber compromisos de reformas futuras que la patronal pueda entender como una traici¨®n al acuerdo. Por eso, ERC exige garant¨ªas de que lo que negocie con D¨ªaz ser¨¢ aceptado por el PSOE, y esta semana ha habido mucho trabajo pol¨ªtico para apuntalar esta salida.
El PSOE est¨¢ muy cerrado en este asunto, porque teme que cualquier paso en falso pueda ser utilizado por la patronal como excusa para salirse de un acuerdo que todos los pol¨ªticos, empresarios y sindicalistas consultados admiten que est¨¢ cogido con alfileres. Sobre todo por la gran tensi¨®n interna en la patronal. Esta semana el l¨ªder de Cepyme, Gerardo Cuerva, se lanzaba con dureza en una entrevista en El Mundo contra la reforma que ¨¦l mismo acept¨® y aseguraba que no acudir¨¢ a La Moncloa a firmar de forma simb¨®lica el acuerdo.
ERC est¨¢ en una encrucijada compleja. Tiene a los sindicatos presion¨¢ndole ¡ªesta semana UGT y CC OO le han recordado que va a votar en contra de una reforma que le sube el sueldo autom¨¢ticamente por aplicaci¨®n del convenio de sector 5.300 euros al a?o a una camarera de piso en Barcelona y hasta 7.500 a un empleado de transporte por carretera en esta misma provincia clave para ERC¡ª y no es f¨¢cil traicionar a Unidas Podemos despu¨¦s de que este grupo le apoyara sus Presupuestos en Catalu?a. Pero por otro lado ERC necesita alg¨²n triunfo en la negociaci¨®n para desdecirse de sus duras palabras contra la reforma y demostrar frente a las cr¨ªticas constantes de Junts que logra compromisos del Ejecutivo, y tambi¨¦n est¨¢ en una clara pugna con la propia D¨ªaz, que va directa a un sector muy importante de su electorado.
La batalla dial¨¦ctica esta semana entre Rufi¨¢n y D¨ªaz lo dej¨® muy en evidencia. ¡°ERC no negocia ni vota proyectos personales¡±, lanz¨® el republicano. ¡°No estoy haciendo pol¨ªtica, defiendo los derechos de los trabajadores. Subir el salario m¨ªnimo es mejorar la vida de la gente, no un proyecto pol¨ªtico¡±, le replic¨® la vicepresidenta precisamente desde Barcelona.
La otra pata es el PNV, y en ella tambi¨¦n est¨¢n trabajando D¨ªaz y La Moncloa, con Bola?os al frente, pero con muchas dificultades. Al contrario que ERC, que tiene a sus sindicatos cercanos a favor de la reforma, el PNV tiene a los suyos, ELA ¡ªel m¨¢s pr¨®ximo¡ª y LAB, tan en contra que para hoy mismo han convocado una gran manifestaci¨®n para rechazarla. El d¨ªa antes de la votaci¨®n en el Congreso habr¨¢ protestas en los centros de trabajo.
Esto da idea de la complejidad de la pol¨ªtica espa?ola, donde ning¨²n ¨¦xito es duradero y todo puede romperse por donde menos se espera. Lo sabe bien Mariano Rajoy, que una semana estaba celebrando los Presupuestos y la siguiente sal¨ªa expulsado de la pol¨ªtica por una moci¨®n de censura apoyada por algunos de los mismos que respaldaron las cuentas.
El caso del PNV y su exigencia de que primen los convenios vascos, que tienen mejores condiciones que los nacionales, como corresponde a una de las zonas m¨¢s ricas del pa¨ªs, que algunos comparan con la alemana Renania, es paradigm¨¢tico. Ah¨ª empezaron los problemas de este texto que ahora se vota.
Momento clave
Entonces no se pens¨® que ser¨ªa tan relevante, pero hubo un momento clave en la negociaci¨®n de la reforma laboral que ahora se vuelve contra ella. Antonio Garamendi, l¨ªder de CEOE, y Andoni Ortuzar, presidente del PNV, ambos vascos, trataron de encontrar un acuerdo sobre este punto de los convenios auton¨®micos. Ortuzar avis¨® a Garamendi: sin eso, no la votaremos.
Pero el empresario ten¨ªa entonces presiones enormes de varios sectores de la patronal que quer¨ªan rechazar la reforma, especialmente los catalanes y los madrile?os, que lideran la oposici¨®n interna. No pod¨ªa permitirse ning¨²n fallo. As¨ª que se plant¨® con eso. Los convenios estatales ten¨ªan que estar por encima del auton¨®mico, como en la reforma del PP. Eso no se pod¨ªa tocar. Fuentes sindicales explican que ¡°fue una condici¨®n sine qua non¡± y decidieron aceptar.
Fuentes de la patronal se?alan que hay sectores del PP e incluso de Vox que conspiran internamente con algunos empresarios contra Garamendi, y ¨¦l no puede permitirse ning¨²n tropez¨®n. Por eso es tan dif¨ªcil cuadrar este sudoku. Pero a la vez, nadie acaba de entender que ERC vote en contra de una reforma que mejora la situaci¨®n de los trabajadores. Quedan cuatro d¨ªas fren¨¦ticos para convencerles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.