Los espa?oles que quieren permanecer en Ucrania: ¡°No quiero irme porque este es tambi¨¦n mi pa¨ªs¡±
Unos 30 nacionales contin¨²an en el pa¨ªs tras las evacuaciones del Gobierno y las huidas individuales. No todos quieren abandonar suelo ucranio; quienes s¨ª quieren escapar, una veintena, tienen que hacerlo por sus propios medios
Alejandro Ballesteros, madrile?o de 43 a?os, vive en un continuo d¨¦j¨¤ vu de alarmas antia¨¦reas y de idas y venidas al refugio que comparte con otra treintena de personas en Kirovograd, a 300 kil¨®metros al sureste de Kiev. All¨ª se instal¨® hace tres a?os, tras una temporada en China, con su esposa Valeria, ciudadana ucrania, cuya familia vive en la ciudad. La pareja podr¨ªa huir de las bombas rusas a Espa?a, pero de momento han decidido permanecer junto a los suyos.
En la mesita de Ballesteros, en la casa de sus suegros, donde residen desde la invasi¨®n rusa, hay una novela negra. El libro le sirve para abstraerse del ¡°miedo¡± persistente en una guerra que, hasta el 24 de febrero, ve¨ªa como otro relato de ficci¨®n. En Kirovograd apenas se han registrado ataques, pero la presencia militar y las alarmas son constantes. ¡°Vives todo el d¨ªa pendiente de que te llegue un mensaje urgente, de que suene la alarma. Y por la noche est¨¢s con un ojo abierto y otro cerrado. No duermes, no descansas¡±, explica Ballesteros por videollamada. Con semblante sereno, afirma que no se plantea unirse a las milicias.
La Embajada espa?ola contact¨® con este analista deportivo al inicio de la invasi¨®n, pero ¨¦l y su pareja decidieron no sumarse a los convoyes que evacuaron a un centenar de espa?oles desde Kiev, hace tres semanas. No quer¨ªan dejar atr¨¢s a varios familiares de Valeria, ya mayores. Adem¨¢s, abandonar ahora la ciudad es ¡°muy peligroso¡±. ¡°Sientes el pa¨ªs un poco como tuyo. Puede que sea un poco mitad espa?ol, mitad ucraniano. No nos planteamos irnos, salvo que la situaci¨®n sea catastr¨®fica, de insalubridad total o que no tengamos qu¨¦ comer¡±, contin¨²a Ballesteros. En una ciudad sin grandes problemas de abastecimiento, el matrimonio tira de ahorros despu¨¦s de que Valeria, profesora de idiomas, perdiera su trabajo: la mayor parte de sus alumnas ha huido a otras partes de Europa.
El Gobierno tiene constancia de otros 29 espa?oles que siguen en Ucrania. La mayor parte ha decidido permanecer pese al peligro, por arraigo personal y familiar. A 700 kil¨®metros al este de Kivorograd se encuentra Lviv, donde miles de refugiados recalan antes de cruzar a Polonia, y donde Antonio Martino, asturiano de Ribadesella, tiene su piso. Desde all¨ª habla por tel¨¦fono tras llegar del gimnasio. ¡°Estoy aqu¨ª de manera incondicional. Hay gente [en Espa?a] que no lo entiende. Yo lo achaco a que me siento como en casa. Vas con cuidado, eso s¨ª¡±, cuenta Martino, de 60 a?os, que desde hace dos d¨¦cadas trabaja en Ucrania como promotor de negocio para empresas espa?olas. En 2019, su madre, octogenaria, se mud¨® de Espa?a a Lviv. Cuando el Kremlin orden¨® la invasi¨®n, Martino viaj¨® con ella hasta la polaca Cracovia para que tomara un avi¨®n de regreso. ¡°Hasta que no cruz¨® el control no me qued¨¦ tranquilo¡±, a?ade. Despu¨¦s, volvi¨® a Ucrania.
Martino conserva su empleo y sigue compartiendo los d¨ªas con amigos y allegados. A su nexo vital con Ucrania se une el deseo de paliar el horror de la guerra. Se relaciona con personal m¨¦dico, farmac¨¦utico y tiene acceso a redes de log¨ªstica: ¡°Conozco mucha gente aqu¨ª, puedo coordinar la ayuda que viene desde Espa?a¡±, ofrece. Sobre el futuro, se muestra esperanzado: su idea es seguir compaginando la vida en Ucrania con la de Madrid, donde viven sus dos hijos, mayores de edad, a quienes tiene pensado visitar pronto. Los ataques se han intensificado en las inmediaciones de Lviv en los ¨²ltimos d¨ªas. Para Martino, salir de la ciudad resultar¨ªa de momento relativamente f¨¢cil. Pero la situaci¨®n es muy distinta para el resto de espa?oles varados en el pa¨ªs.
Seg¨²n fuentes de Exteriores, el gabinete de crisis que da cobertura a los espa?oles mantiene un contacto ¡°diario¡± con los compatriotas que quieren volver a Espa?a. La mayor¨ªa est¨¢ en Kiev, en la zona central del pa¨ªs, y algunos, los menos, en otros puntos m¨¢s calientes del conflicto armado. Varios tienen la doble nacionalidad. La Embajada pidi¨® a los espa?oles que quisieran abandonar el pa¨ªs que se desplazaran hasta la capital ucrania para sumarse a los dos convoyes que flet¨® el Gobierno, el 24 y 25 de febrero. Fue el ¨²ltimo viaje de rescate que pudo organizarse. ¡°En estos momentos no se dan las condiciones de seguridad para poder ir y traerlos¡±, asegur¨® el ministro, Jos¨¦ Manuel Albares, el lunes, por el ¡°riesgo¡± para sus vidas y las de aquellos que van en su auxilio. El mensaje que se les ha trasladado es que se queden donde est¨¢n y tomen ¡°todas las precauciones posibles¡±.
Uno de los ¨²ltimos espa?oles que ha logrado salir por su cuenta es el asturiano Beni Brito, de 33 a?os. Jugador de p¨®ker profesional, viv¨ªa desde 2018 en Vinnytsia, a 220 kil¨®metros de Kiev, junto a su mujer, ucrania, y a su hija de cuatro a?os. La incertidumbre ante la que se quedaba su familia pol¨ªtica los llev¨® inicialmente a seguir en el pa¨ªs. El recrudecimiento de los ataques en la regi¨®n hizo que cambiaran de idea. Tras no recibir ayuda de la Embajada, denuncia, Brito intervino en el programa de radio espa?ol El Partidazo de Cope pidiendo ayuda. La llamada fue escuchada por Javier Fern¨¢ndez, un consultor tecnol¨®gico residente en Praga. Madrile?o, de 44 a?os, dio con otro asturiano, Carlos Fern¨¢ndez, de 50, gracias a un grupo de Telegram integrado por m¨¢s espa?oles que no hab¨ªan podido huir. Carlos, que hab¨ªa vivido en Ucrania hasta hace un mes y trabajaba como consultor de empresas, tambi¨¦n quer¨ªa socorrer al resto.
Desde entonces, su colaboraci¨®n ha sido constante y crearon la plataforma HelptoUkraine para ayudar a espa?oles y a ucranios a abandonar el pa¨ªs. A trav¨¦s de contactos locales, han facilitado los desplazamientos de quienes, como Brito, no pudieron salir a trav¨¦s de los medios de Exteriores. Les han cedido transportes en coche, los han guiado hasta los trenes disponibles, les han indicado las rutas m¨¢s apropiadas y, una vez fuera de Ucrania, les han pagado noches de hotel y billetes de regreso a Espa?a. En total, 18 espa?oles han podido salir gracias a su colaboraci¨®n. ¡°Si no es por ellos, estar¨ªa escondido en un b¨²nker o bajo tierra. Les estar¨¦ eternamente agradecido¡±, asegura Brito por tel¨¦fono desde Langreo. Javier y Carlos siguen intentando sacar de Ucrania a los que todav¨ªa no han podido y quieren hacerlo: unos 20 de los 30 que a¨²n permanecen en el pa¨ªs, seg¨²n ambos. ¡°En estos ¨²ltimos d¨ªas nos est¨¢ siendo imposible hablar con ellos¡±, se lamenta Javier. Entre los que quieren marchar est¨¢ David, de unos 45 a?os, con quien llevan sin poder contactar desde hace d¨ªas. Se encontraba en Gostomel, a escasos kil¨®metros de Irpin, donde decenas de civiles han muerto por los bombardeos rusos.
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