Las dos cartas que llevaron al primer no de Feij¨®o
El PP sostiene que la negociaci¨®n del decreto anticrisis fracas¨® porque no logr¨® que el Gobierno le concediera alguna contrapartida, pero que pactar¨¢ el Poder Judicial con el PSOE
El martes por la tarde, cuando faltaban 48 horas para la votaci¨®n del decreto anticrisis y todo estaba en el aire, la ministra de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, telefone¨® al nuevo vicesecretario de Econom¨ªa del PP, Juan Bravo, para negociar su posible apoyo al paquete de ayudas. ¡°Juan, ?vais en serio con esto?¡±, le pregunt¨®. ¡°Por supuesto. ?Y vosotros?¡±.
Montero y Bravo se conoc¨ªan por la relaci¨®n del Gobierno con las comunidades aut¨®nomas, porque ¨¦l es consejero de Hacienda en Andaluc¨ªa. La conversaci¨®n entre ambos discurri¨® en buen tono, durante algo m¨¢s de media hora, a pesar de sus discrepancias, sobre todo en la pol¨ªtica fiscal. Bravo trat¨® de convencer a Montero de la bajada de impuestos que propone el PP, que detraer¨ªa hasta 10.000 millones de euros de las arcas p¨²blicas, utilizando el ¡°excedente¡± en la recaudaci¨®n que provoca la inflaci¨®n, y que los conservadores estiman en 7.500 milones solo en los dos primeros meses del a?o. ¡°?Esa cifra no se puede saber!¡±, le discuti¨® Montero. La ministra de Hacienda replic¨® al dirigente del PP que no hab¨ªa tiempo de estudiar el impacto econ¨®mico y presupuestario de una medida de tanto calado antes de la votaci¨®n del decreto del jueves. Le pidi¨® que se abstuvieran con el compromiso de tramitar el decreto como proyecto de ley. Bravo no sab¨ªa en ese momento qu¨¦ votar¨ªa su partido en caso de no conseguir la rebaja fiscal. Feij¨®o, que guarda con escrupuloso celo incluso a los suyos sus decisiones, solo le encomend¨® que negociara.
Cruce de misivas
El siguiente movimiento del PP consisti¨® en el env¨ªo de una carta a la ministra de Hacienda firmada por Bravo que se publicit¨® casi al tiempo a la prensa, en la que los populares insist¨ªan en exigir la ¡°actualizaci¨®n de la tarifa del IRPF para las familias con rentas medias y bajas¡± y la reducci¨®n del IVA al gas y la electricidad al 5%. Era mi¨¦rcoles por la tarde, y Montero, muy molesta porque el PP difundiera una carta en teor¨ªa discreta para negociar, respondi¨® con otra misiva p¨²blica en la que replicaba que las propuestas de los populares requer¨ªan ¡°de un an¨¢lisis profundo¡±. La negociaci¨®n entr¨® en barrena, y se abri¨® paso la guerra del relato.
La ¨²ltima llamada se produjo el mi¨¦rcoles al final de la tarde, a menos de 12 horas de la votaci¨®n del decreto. El ministro de la Presidencia, F¨¦lix Bola?os, telefone¨® a la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, y le pregunt¨® cu¨¢l ser¨ªa el sentido de su voto. Ella ya sab¨ªa entonces que el Gobierno hab¨ªa priorizado a otros grupos para sacarlo adelante, porque otros portavoces le hab¨ªan contado que estaban negociando, mientras que con el PP las conversaciones estaban estancadas. Seg¨²n fuentes gubernamentales, Gamarra transmiti¨® a Bola?os que se ir¨ªan al no. Seg¨²n el PP, la n¨²mero dos de los populares le dijo que a¨²n hab¨ªa tiempo si acced¨ªan a alguna de sus peticiones.
El Gobierno se movi¨® esa noche in extremis aceptando una de las exigencias del PP, tramitar el decreto como proyecto de ley, que los populares le hab¨ªan pedido en los contactos discretos de esos d¨ªas. Pero para el PP fue insuficiente, y Feij¨®o decidi¨® votar no, igual que seguramente habr¨ªa hecho Pablo Casado, e igual que hizo Vox (y ERC).
¡°No pod¨ªamos m¨¢s que irnos al no el mismo d¨ªa que el Gobierno saca el decreto con Bildu y los mete en la comisi¨®n de secretos¡±, argumentan en la c¨²pula del PP. A posteriori, visto que el partido abertzale salv¨® la votaci¨®n ¨Dalgo que no se supo hasta la misma ma?ana de la votaci¨®n, el jueves¨D, el PP se justifica en que el apoyo de Bildu era incompatible con el suyo. En el n¨²cleo duro de Feij¨®o rechazan que la oportunidad perdida de desmarcarse del no a todo pueda pasarles factura, y se quejan de que el Gobierno tampoco quiso acordar con el PP. ¡°No necesitamos distanciarnos de nadie, pero habr¨ªa bastado con un cambio de actitud del Gobierno con nosotros para que hubi¨¦ramos llegado a un acuerdo. Siguen comport¨¢ndose como si fu¨¦ramos Pablo Casado y Teodoro Garc¨ªa Egea¡±, apunta un dirigente popular implicado en las conversaciones con el Ejecutivo.
Feij¨®o orden¨® oponerse a un decreto con 6.000 millones de euros en ayudas, que si hubiera deca¨ªdo habr¨ªa provocado que la gasolina pasara autom¨¢ticamente a costar 20 c¨¦ntimos m¨¢s. El l¨ªder del PP aguant¨® la presi¨®n y mantuvo la negativa, a pesar de que muchos de los suyos esperaban una abstenci¨®n. El resultado del primer intento de negociaci¨®n con el Gobierno del nuevo PP es el mismo fracaso que con el antiguo PP.
A pesar del acuerdo fallido, en el n¨²cleo duro de Feij¨®o sostienen que hay mimbres para futuros pactos. ¡°Aqu¨ª hemos asistido a un ensayo y error que ha salido mal, pero ha empezado a salir¡±, argumentan fuentes cercanas al l¨ªder popular. La interlocuci¨®n se mantiene abierta y ya se han producido los primeros contactos para la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial, que Casado no quiso desbloquear en m¨¢s de tres a?os y medio de mandato caducado. En el PP de Feij¨®o aseguran que esta vez ser¨¢ diferente. ¡°Vamos a hacerlo bien¡±, insisten. El interlocutor popular, Esteban Gonz¨¢lez Pons, se f¨ªa de F¨¦lix Bola?os, con quien ya ha empezado a hablar sobre el consejo. El Gobierno quiere seguir hablando con el PP de econom¨ªa, porque vendr¨¢n nuevos decretos. Las siguientes semanas ser¨¢n decisivas para constatar hasta d¨®nde llega el deshielo entre Feij¨®o y S¨¢nchez.
De momento, a la espera de las nuevas conversaciones, lo ¨²nico que ha cambiado es una cierta rebaja de decibelios. Tras su negociaci¨®n fallida, la ministra de Hacienda y el vicesecretario de Econom¨ªa del PP se encontraron el jueves en los pasillos del Congreso y, ante un reducido grupo de periodistas, bromearon sobre su buen clima. ¡°Yo siempre digo que cuando vuelva a mi plaza de inspector de Hacienda me vas a enviar a Chafarinas¡±, le dijo Bravo, ¡°?a que no?¡±. Montero sonri¨®: ¡°?Pero si yo me llevaba bien con Crist¨®bal Montoro! Lo cort¨¦s no quita lo valiente¡±.
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