El Gobierno salva por la m¨ªnima el decreto de medidas anticrisis con la oposici¨®n del PP y ERC
El apoyo de EH Bildu, decisivo para que el Congreso apruebe medidas como las subvenciones al litro de gasolina o el aumento del ingreso m¨ªnimo vital
No ha habido sorpresa de ¨²ltima hora ¨Dy eso que en este Congreso casi cualquier sorpresa se ha revelado posible¨D y el Gobierno ha sacado adelante este jueves el decreto de medidas urgentes para mitigar las consecuencias econ¨®micas de la guerra de Ucrania. Lo ha hecho con los tintes hitchcockianos que ya se han convertido en costumbre: la campana a punto de sonar, por la m¨ªnima y contando hasta el ¨²ltimo voto (176 a favor, 172 en contra y una abstenci¨®n) e incluso con el reproche de quienes le han brindado su apoyo. Y tambi¨¦n con el protagonista que pudiera parecer m¨¢s improbable, EH Bildu, los ¡°proetarras¡±, como algunos siguen llam¨¢ndoles a diario en la C¨¢mara baja. La izquierda abertzale, al contrario que sus socios de ERC y que el conjunto de la oposici¨®n por la derecha ¨DPP incluido¨D, ha atendido el desesperado llamamiento del Gobierno a la responsabilidad ante los ciudadanos que se benefician ya de esas medidas y que las perder¨ªan en caso de rechazo.
El d¨ªa ha despertado en el Congreso entre un frenes¨ª de c¨¢lculos y mensajes. Todo el mundo echaba n¨²meros y todo el mundo tiraba de contactos para intentar discernir la posici¨®n de cada grupo, aun del m¨¢s min¨²sculo. Los socialistas segu¨ªan intentando reba?ar hasta el ¨²ltimo voto. La incertidumbre recorr¨ªa el hemiciclo, los pasillos, el patio del palacio de la Carrera de San Jer¨®nimo, habitual hervidero de informadores y parlamentarios. El bullicio se ha detenido a las 9.30, cuando ha subido a la tribuna la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua. ¡°Estamos en un momento enormemente grave¡±, ha dicho, prolongando brevemente el suspense, en referencia al supuesto espionaje que tambi¨¦n ha golpeado a miembros de su formaci¨®n. La antigua directora del diario Gara que ahora pone voz a los abertzales en Madrid no ha tardado en deshacer la inc¨®gnita: ¡°Actuaremos con responsabilidad. La gente no puede pagar las consecuencias de las medidas de este Gobierno. Aprobaremos el decreto por la gente, no por el Gobierno¡±.
Tambi¨¦n a la gente hab¨ªa apelado por activa y por pasiva el ministro de la Presidencia, F¨¦lix Bola?os, en su presentaci¨®n del decreto ante la C¨¢mara. Bola?os ha mentado a ¡°los espa?oles que trabajan duro, los que cogen su coche cada ma?ana, a los que quieren iniciar una nueva vida¡¡±. De ese modo intentaba arrojar sobre las conciencias de los diputados a todos esos ciudadanos de a pie que se han beneficiado del descuento al litro de gasolina, de las ayudas a los transportistas, del alza del ingreso m¨ªnimo vital o del freno a la subida de los alquileres, medidas todas contenidas en el decreto. ¡°Ustedes representan a las personas que les han votado, piensen en ellas, act¨²en como si fuesen ellos los que estuviesen sentados en esos esca?os¡±, ha insistido una y otra vez Bola?os.
Obviamente, nadie ha dicho que estuviese en contra de rebajar en 20 c¨¦ntimos el litro de gasolina al consumidor o en incrementar un 15% el ingreso m¨ªnimo vital. Lo que se pon¨ªa encima de la mesa eran otras cuestiones, el supuesto espionaje a los independentistas, en el caso de ERC, Junts y la CUP, y la revitalizaci¨®n de la Comisi¨®n de Secretos Oficiales para incorporar precisamente a fuerzas como esas y a EH Bildu, por el flanco derecho.
Cada voto en este Congreso vale su peso en oro y m¨¢s en situaciones como esta. Lo recordaba la imagen de Alberto Casero, el diputado del PP que con su error propici¨® la aprobaci¨®n de la reforma laboral, movi¨¦ndose de pie entre la bancada popular para buscar un esca?o libre tras llegar con la sesi¨®n ya empezada. A esa misma hora, los periodistas segu¨ªan echando cuentas e incorporaban un apoyo m¨¢s al inventario del Gobierno. Era tambi¨¦n el de un nacionalista, N¨¦stor Rego, el ¨²nico diputado del BNG, que hab¨ªa cerrado su acuerdo con el portavoz del grupo socialista, H¨¦ctor G¨®mez, cinco minutos antes del comienzo del pleno, al igual que el representante de Teruel Existe, Tom¨¢s Guitarte.
Desde la tribuna tambi¨¦n ha confirmado su apoyo otro independentista, en este caso de su sector m¨¢s templado, aunque muy significativo, porque es uno de los cuatro que aparece en la lista de supuestos espiados. Ferran Bel, portavoz del PDeCAT, ha arrancado con una reflexi¨®n casi existencial: ¡°?Cu¨¢l es nuestra funci¨®n aqu¨ª? ?mejorar la vida de los ciudadanos o castigar al Gobierno por el mayor esc¨¢ndalo de espionaje?¡±. Al momento se ha respondido a s¨ª mismo apelando, como el ministro, a los conductores, a las empresas en apuros, a los ganaderos, a los pescadores¡ PNV y M¨¢s Pa¨ªs, al margen del caso del espionaje, han aprovechado para subrayar la gravedad del esc¨¢ndalo, al tiempo que coincid¨ªan en que el asunto debe desvincularse de un decreto al que brindaron su apoyo.
Bel y sus tres compa?eros del PDeCAT han votado a favor, al igual que otro de los parlamentarios se?alados como objetivo de Pegasus, Jon I?arritu, de EH Bildu. Los dos diputados restantes que aparecen como espiados, Miriam Nogueras, de Junts, y Albert Botran, de la CUP, en cambio, han subido a la tribuna para decir que votar¨ªan no a ¡°un Gobierno¡± que les ¡°esp¨ªa¡±. Lo mismo que ERC, cuya diputada Montse Bassa ha empezado en tono dram¨¢tico ¨D¡±se han expuesto las intimidades de nuestras familias¡±¨D, y algunos esca?os de la derecha han reaccionado con muestras burla. ¡°Si quieren saber nuestro voto, preg¨²ntenle a Margarita Robles [ministra de Defensa] o a la directora del CNI¡±, ha concluido Bassa. Un ¡°no¡±, por supuesto.
En su primera votaci¨®n parlamentaria de trascendencia, el nuevo PP de Alberto N¨²?ez Feij¨®o, aun con otro discurso, ha acabado igual que el viejo PP de Pablo Casado: en el rechazo frontal. Su diputado Jaime de Olano ha echado por delante la entrada de EH Bildu en la Comisi¨®n de Secretos Oficiales: ¡°No se puede proteger al Gobierno a costa de desproteger al Estado¡±. Luego ha presumido de voluntad pactista para de inmediato precisar: ¡°Con los antecedentes no nos podemos fiar de S¨¢nchez¡±. Y ha rematado diciendo que es el Ejecutivo el que vota no por haber rechazado las propuestas populares para acabar con el ¡°infierno fiscal¡±: ¡°Es el Gobierno el que dice que no a todas nuestras propuestas, el se?or S¨¢nchez sigue instalado en el ¡®no es no¡±. Por senda parecida han transitado Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, de Vox, que ha dicho que el decreto es ¡°un chantaje¡± del Ejecutivo, y Edmundo Bal, de Cs, quien, en una intervenci¨®n dur¨ªsima, ha afirmado que el Gabinete de S¨¢nchez da ¡°verg¨¹enza¡± porque solo busca la ¡°adhesi¨®n incondicional¡±.
El debate estaba siendo tenso aunque sin demasiado alboroto hasta que ha llegado el cierre a cargo del socialista Pedro Casares. Ha sido nombrar el esc¨¢ndalo por las comisiones millonarias en la compra de mascarillas en Madrid y una ola de c¨®lera ha recorrido la bancada popular. Casares se ha venido arriba y ha acabado su intervenci¨®n a voz en grito. Y aun as¨ª, su discurso resultaba inaudible dentro del hemiciclo ante la ovaci¨®n desatada en los esca?os de su grupo. Al descender de la tribuna, los socialistas se han lanzado a felicitar a Casares mientras le ped¨ªan jocosamente: ¡°?Otra!, ?otra!¡±.
Tras la votaci¨®n, el presidente del Gobierno ha paseado su triunfo ante los periodistas en el patio. ¡°El problema no es que hubiese perdido el Gobierno, es que hubiesen perdido millones de espa?oles¡±, ha comentado S¨¢nchez, quien tampoco ha dejado de cargar contra el PP: ¡°Se ha apuntado al ¡®cuanto peor, mejor¡¯. Frente a la politiquer¨ªa de algunos, hoy ha perdido la pol¨ªtica malsana y ha ganado la pol¨ªtica sana¡±.
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