La destituci¨®n de la directora del CNI incendia el clima pol¨ªtico
La oposici¨®n recupera el discurso m¨¢s duro para dar al Gobierno por muerto y acusarlo de poner la democracia en peligro
Algo se hab¨ªa apaciguado en la caldera hirviente de la pol¨ªtica espa?ola tras el relevo en la direcci¨®n del PP. No es que la llegada de Alberto N¨²?ez Feij¨®o se hubiese traducido en nada concreto en su relaci¨®n con el Gobierno, pero el lenguaje del expresidente gallego, alejado del incesante torbellino acusador de Pablo Casado, hab¨ªa distendido el ambiente. El esc¨¢ndalo de Pegasus y la destituci¨®n de Paz Esteban como directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) han acabado con estas semanas de relativa calma. Mientras el Gobierno intenta recoser sus alianzas parlamentarias, la oposici¨®n ha vuelto al viejo discurso: declarar moribundo a un Ejecutivo que, en palabras de Feij¨®o este mi¨¦rcoles, ¡°dinamita los cimientos de la democracia¡± y ha sumido al pa¨ªs en una ¡°crisis institucional¡±.
Es la segunda vez en 27 a?os que un esc¨¢ndalo se lleva por delante a un jefe de los servicios de inteligencia. La ca¨ªda en 1995 del general Emilio Alonso Manglano, tambi¨¦n por un caso de escuchas a pol¨ªticos y periodistas, fue uno de los grandes episodios de una ¨¦poca, los estertores del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, en que la palabra crispaci¨®n se convirti¨® ¡ªya para siempre¡ª en uno de los t¨¦rminos m¨¢s usados del vocabulario pol¨ªtico espa?ol. Algunos ecos de todo eso se escucharon este mi¨¦rcoles en el Congreso de los Diputados y en los cuarteles generales del primer partido de la oposici¨®n.
El presidente del Gobierno lleg¨® a la sesi¨®n semanal de control dispuesto a proporcionar la justificaci¨®n oficial del cese de la directora del CNI que la v¨ªspera hab¨ªa rehuido tenazmente la ministra de Defensa, Margarita Robles. La explicaci¨®n de Pedro S¨¢nchez no cogi¨® a nadie por sorpresa. Desvincul¨® la ca¨ªda de Esteban del espionaje a los independentistas y lo atribuy¨® en exclusiva al ¡°fallo claro en la seguridad de las comunicaciones¡±, es decir, la invasi¨®n por el programa esp¨ªa de su propio tel¨¦fono, as¨ª como los de los ministros de Defensa e Interior.
La confrontaci¨®n de S¨¢nchez con la portavoz del PP ya hizo ver que algo hab¨ªa cambiado en los populares. Cuca Gamarra pronunci¨® por primera vez las palabras ¡°crisis institucional¡±. Y poco despu¨¦s lo ratific¨® Feij¨®o. El presidente del PP compareci¨® en la sede de su partido en Santiago, donde durante 10 minutos ley¨®, con gesto solemne, una declaraci¨®n repleta de adjetivos sombr¨ªos para difundir la idea de que Espa?a vive un momento especialmente grave. No lleg¨® a pedir elecciones, como hizo d¨ªas atr¨¢s, pero proclam¨® que el Gobierno, ¡°el peor de la democracia¡±, se ha ¡°autoinmolado¡±.
Ha sucedido varias veces desde el mismo comienzo de la legislatura, con especial fuerza en los d¨ªas peores de la pandemia, y ahora resurge: la oposici¨®n niega al Gobierno cualquier capacidad para seguir al mando del pa¨ªs. Vox ha difundido entre sus diputados la idea de que el Ejecutivo ¡°tiene los d¨ªas contados¡±, y el mantra se repite ahora en cualquier intervenci¨®n de un representante de ese partido en el Congreso. ¡°Frankenstein [como denominan a la coalici¨®n de Gobierno] se est¨¢ deshaciendo a ojos de todos¡±, proclam¨® su portavoz, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros. Ciudadanos, que fue un auxilio de emergencia para el Gobierno en momentos tan cruciales como los estados de alarma o la reforma laboral, lleva semanas en la trinchera y tambi¨¦n ha llegado a sugerir que se convoquen elecciones, pese a los nefastos augurios que le arrojan las encuestas. La oposici¨®n ve tambalearse las alianzas parlamentarias de S¨¢nchez y se ha lanzado a sacudir a¨²n m¨¢s ese precario andamio.
La mejor noticia para el Gobierno es que las hostilidades con ERC se han suavizado. Lo mostr¨® el duelo en la sesi¨®n de control entre su portavoz, Gabriel Rufi¨¢n, y la ministra de Defensa. Rufi¨¢n no dej¨® de atacar a Robles por su ¡°patriotismo t¨®xico¡±, pero no lleg¨® a pedir expresamente su dimisi¨®n y ni siquiera se refiri¨® al cese de la directora del CNI. S¨ª lo hizo en Barcelona su jefe de partido, el president Pere Aragon¨¨s, en t¨¦rminos m¨¢s inquietantes para el Gobierno. ¡°Nadie debe dar la crisis por resuelta¡±, avis¨® Aragon¨¨s en el Parlament. No solo ERC, tambi¨¦n los dos grupos nacionalistas vascos insisten en que el Ejecutivo debe ofrecer m¨¢s, una comisi¨®n de investigaci¨®n o al menos que se desclasifiquen los documentos que dan cuenta de los espionajes con autorizaci¨®n judicial.
La primera prueba de hasta d¨®nde est¨¢ dispuesta Esquerra a mantener el pulso se ver¨¢ el jueves, con la votaci¨®n de un decreto y tres leyes, entre ellas la reforma de la de Seguridad Nacional que, en el peor de los casos, el Ejecutivo espera sacar adelante con la anuencia del PP.
El griter¨ªo pol¨ªtico vuelve a subir de decibelios el mismo d¨ªa que el CIS certifica el cansancio de los ciudadanos. M¨¢s del 90% pide que se rebaje la tensi¨®n pol¨ªtica. Claro que en el bar¨®metro de mayo de 40dB. para EL PA?S y la SER se pregunt¨® a los encuestados qu¨¦ cualidades valoran m¨¢s en los pol¨ªticos, y solo un 7% eligi¨® las ¡°buenas formas¡±.
En este clima incandescente los partidos enfilan la l¨ªnea de salida para las elecciones andaluzas del 19 de junio. En el Congreso ya ha empezada la campa?a, con la candidata de Vox, Macarena Olona, como la m¨¢s activa. Olona est¨¢ aprovechando hasta el ¨²ltimo d¨ªa en Madrid y este mi¨¦rcoles convirti¨® una interpelaci¨®n a la ministra de Igualdad, Irene Montero, en una demostraci¨®n de las cosas que est¨¢ dispuesta a hacer ¡°cuando sea presidenta de la Junta¡±. Con Olona siempre est¨¢ garantizado el debate a cara de perro. A Montero le dijo, entre otras cosas: ¡°Usted no sabe lo que es una mujer¡±.
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