S¨¢nchez atribuye el cese de la directora del CNI a un ¡°fallo claro de seguridad¡± de las comunicaciones del Gobierno
El presidente califica al PP de ¡°mangante¡± y Gamarra lo acusa de representar ¡°la degradaci¨®n absoluta de la pol¨ªtica¡±
Una imagen de resonancias b¨ªblicas recorri¨® este mi¨¦rcoles la sesi¨®n del control al Gobierno en el Congreso: la cabeza de la directora cesante del CNI, Paz Esteban, ¡°servida en bandeja de plata¡± a los ¡°golpistas¡± y ¡°enemigos de Espa?a¡±. Con ligeras variaciones, ese fue el cuadro que pintaron los diputados del PP, de Vox, de Ciudadanos y hasta uno de los regionalistas navarros expulsados de UPN para poner en aprietos al presidente y a sus ministros de Defensa y Presidencia. Ante el acoso, Pedro S¨¢nchez ofreci¨® al fin la explicaci¨®n oficial del cese de Esteban que la v¨ªspera no hab¨ªa aclarado la titular de Defensa, Margarita Robles. Y el presidente intent¨® deshacer esa imagen de la cabeza de la directora del CNI como el Bautista entregado al independentismo catal¨¢n. Seg¨²n S¨¢nchez, Esteban ha ca¨ªdo por ¡°un fallo en la seguridad de las comunicaciones del Gobierno¡±.
No explic¨® m¨¢s el presidente, pero su frase result¨® inequ¨ªvoca. El ¡°relevo¡±, como lo denomin¨®, al frente de los servicios secretos no se ha producido, seg¨²n ¨¦l, por el espionaje a los independentistas, sino por el descubrimiento de que su tel¨¦fono, el de Robles y el del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, tambi¨¦n hab¨ªan sido infectados con el programa esp¨ªa Pegasus.
La sesi¨®n se adivinaba caliente, tras las dos semanas ag¨®nicas que ha vivido el Gobierno por el esc¨¢ndalo del espionaje. Y la previsi¨®n se cumpli¨®. La portavoz del PP, Cuca Gamarra, se arranc¨® con una dureza que no se le ve¨ªa desde los tiempos en que hac¨ªa de escudera del defenestrado Pablo Casado. ¡°Queda claro que aqu¨ª gobiernan los independentistas¡±, clam¨® Gamarra, ¡°el funcionario que cumple con su deber ser¨¢ cesado y el que miente y manipula ser¨¢ premiado¡±. La portavoz popular acus¨® a S¨¢nchez de encarnar la ¡°degradaci¨®n absoluta de la pol¨ªtica¡±, de ser ¡°desleal con el Estado de derecho¡± y aventur¨® que dejar¨¢ a Espa?a con una ¡°crisis econ¨®mica y otra institucional¡±.
Cuando los socialistas est¨¢n apurados, su recurso m¨¢s socorrido es invocar las condenas por corrupci¨®n al PP. Suele irritar mucho a los populares, que se revuelven y empiezan a gritar ofendidos en sus esca?os. S¨¢nchez no se arredr¨® por el barullo y carg¨® con todo. Record¨® que est¨¢n a punto de cumplirse cuatro a?os de la moci¨®n de censura que le aup¨® al poder e hizo un retrato tremebundo de la situaci¨®n en que estaba entonces el pa¨ªs: la declaraci¨®n de independencia en Catalu?a, la condena por corrupci¨®n al PP, la destrucci¨®n a martillazos de los ordenadores de Luis B¨¢rcenas y la creaci¨®n de una ¡°estructura parapolicial¡± para eliminar las pruebas que incriminaban al partido en el poder. Como conclusi¨®n, S¨¢nchez tir¨® del lenguaje m¨¢s crudo: ¡°Ahora los mangantes ya no est¨¢n en el Gobierno¡±.
El presidente aleg¨® ante Gamarra que fueron los ¡°fallos de seguridad¡± y no ninguna otra raz¨®n lo que ha llevado al Ejecutivo a prescindir de la directora del CNI. Y lo reiter¨® luego a otra pregunta del portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, incluso m¨¢s belicoso que el PP. Bal, que en su d¨ªa fue destituido como jefe de lo penal de la Abogac¨ªa del Estado por su insistencia en acusar del delito de rebeli¨®n a los l¨ªderes del proc¨¦s, se present¨® a s¨ª mismo como una v¨ªctima de S¨¢nchez al igual que Paz Esteban. ¡°Nadie tiene aqu¨ª m¨¢s autoridad que yo para hablar de esto¡±, proclam¨® el portavoz de Ciudadanos. El presidente tir¨® de una de sus armas parlamentarias favoritas, la iron¨ªa: ¡°Me solidarizo con usted porque debe de resultar bastante frustrante sentirse tan bueno y tan poco reconocido¡±.
Tambi¨¦n le toc¨® pasar su examen a la ministra de Defensa, bajo el fuego cruzado de PP y ERC. Robles evit¨® de nuevo ofrecer una explicaci¨®n sobre los motivos del cese de la jefa de la inteligencia y se dedic¨® a defender su imagen con u?as y dientes. El popular Jos¨¦ Antonio Berm¨²dez de Castro dio por hecho, como antes Gamarra, que el Gobierno estaba al tanto de que el CNI espiaba a los independentistas y meti¨® el estoque por ah¨ª: ¡°Ustedes los consideraban lo suficientemente sospechosos para investigarlos y lo suficientemente fiables para ser sus socios de investidura¡±. La ministra reaccion¨® con tono de dignidad ofendida. ¡°Ni usted ni nadie me va a m¨ª a dar lecciones de defensa de nuestros cuerpos de seguridad¡±, le replic¨®. Robles presumi¨® de su ¡°m¨¢ximo sentido de Estado¡± y remach¨® su reivindicaci¨®n personal: ¡°Sobre eso no hay nadie tan constante y coherente como yo¡±.
Menos combativa se mostr¨® la ministra con Gabriel Rufi¨¢n. El portavoz de ERC centr¨® su ataque en Robles, sin ninguna alusi¨®n al presidente ni al resto del Gobierno. Acus¨® a la titular de Defensa de cultivar un ¡°patriotismo t¨®xico¡± y la hizo responsable ¡°por acci¨®n u omisi¨®n¡± del espionaje a sus correligionarios, sin pedir expresamente su dimisi¨®n. ¡°La cruda realidad es que se ha espiado y quiz¨¢ a¨²n se est¨¢ espiando¡±, insisti¨® Rufi¨¢n. La ministra se limit¨® a defender al CNI como garante ¡°de los derechos y libertades de todos¡± y no entr¨® en las acusaciones a los independentistas que en la anterior sesi¨®n de control hab¨ªan colocado en una delicada posici¨®n al Gobierno.
Hasta el final, los diputados de la oposici¨®n insistieron con la imagen de la cabeza de Paz Esteban decapitada como el Bautista y despedida con los mayores elogios patri¨®ticos. En ese campo, dif¨ªcil competir con la diputada de Vox Macarena Olona, quien concluy¨® con una especie de brindis su cara a cara con el ministro de Presidencia, F¨¦lix Bola?os: ¡°?Honor y gloria al CNI!¡±.
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