S¨¢nchez asegura que desconoc¨ªa el espionaje a los independentistas, pero lo justifica
Las reformas legales anunciadas por el Gobierno no logran apaciguar a sus aliados nacionalistas
¡°?Qu¨¦ ha venido hoy a hacer aqu¨ª, se?or S¨¢nchez?¡±. Si el presidente del Gobierno contaba con apaciguar a los independentistas en su comparecencia parlamentaria de este jueves sobre el esc¨¢ndalo del espionaje, las primeras palabras de la respuesta del portavoz de ERC, Gabriel Rufi¨¢n, enfriaron cualquier expectativa. El anuncio de las reformas de las leyes del CNI y de Secretos Oficiales, ...
¡°?Qu¨¦ ha venido hoy a hacer aqu¨ª, se?or S¨¢nchez?¡±. Si el presidente del Gobierno contaba con apaciguar a los independentistas en su comparecencia parlamentaria de este jueves sobre el esc¨¢ndalo del espionaje, las primeras palabras de la respuesta del portavoz de ERC, Gabriel Rufi¨¢n, enfriaron cualquier expectativa. El anuncio de las reformas de las leyes del CNI y de Secretos Oficiales, anticipadas por EL PA?S, apenas tuvo efecto sobre el independentismo catal¨¢n. Tampoco que Pedro S¨¢nchez asegurase, por primera vez p¨²blicamente, que desconoc¨ªa que el CNI interviniese en 2019 las comunicaciones de 18 personas vinculadas al movimiento secesionista, entre ellas el entonces vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragon¨¨s. Que no lo supiese, seg¨²n el presidente, no significa que lo desapruebe. S¨¢nchez justific¨® la actuaci¨®n de los servicios secretos al alegar que los disturbios desatados en Catalu?a en el oto?o de 2019, tras la condena judicial a los l¨ªderes del proc¨¦s, supon¨ªan una amenaza a la seguridad nacional.
El presidente afrontaba este mi¨¦rcoles en el Congreso lo que tambi¨¦n Rufi¨¢n defini¨® como ¡°el debate m¨¢s complicado de toda la legislatura¡±. El esc¨¢ndalo del uso por parte del CNI del programa esp¨ªa Pegasus ha puesto en peligro la mayor¨ªa parlamentaria del Gobierno y a la vez le ha vuelto a echar encima a la derecha por la destituci¨®n de la anterior jefa de los servicios secretos, Paz Esteban. S¨¢nchez sab¨ªa que caminaba sobre ascuas y se tom¨® su tiempo para entrar directo al tema. Dedic¨® los 20 primeros minutos de su discurso de m¨¢s de una hora a desviar la atenci¨®n hacia los casos de corrupci¨®n del PP y las maniobras del Gobierno de Rajoy con el fin de destruir las pruebas que incriminaban al partido. El mensaje era claro: contraponer ese tipo de actuaciones con un Ejecutivo como el actual en el que ¡°no hay espacio para la actuaci¨®n ilegal de los servicios del Estado¡±.
El presidente expres¨® ¡°dudas razonables¡± sobre el informe de la organizaci¨®n canadiense Citizen Lab, que levant¨® el esc¨¢ndalo tras divulgar que hab¨ªa encontrado rastros del Pegasus en los tel¨¦fonos de 65 personas vinculadas al independentismo, aunque sin cuestionarlo claramente. Es m¨¢s, aventur¨® que tal intrusi¨®n ser¨ªa obra de ¡°actores desconocidos completamente ajenos a la Administraci¨®n espa?ola¡±. Solo asumi¨® las 18 intervenciones ya reconocidas tambi¨¦n por el CNI y subray¨® que, a pesar de que ¨¦l no lo supiese, fueron legales porque dispon¨ªan de la autorizaci¨®n del Tribunal Supremo. Ni un solo grupo ¨Cy en esto coincidieron los independentistas y la derecha- se crey¨® la alegaci¨®n de desconocimiento del presidente. S¨¢nchez admiti¨® que la directiva de seguridad nacional del Gobierno alud¨ªa en 2019 a los peligros del desaf¨ªo independentista, pero sostuvo que el CNI no le informa de sus actuaciones concretas. ¡°Nosotros hemos estado en La Moncloa, sabemos c¨®mo funcionan estas cosas¡±, le desminti¨® la portavoz popular, Cuca Gamarra.
El trance parlamentario puso a prueba las reconocidas dotes de S¨¢nchez para el equilibrismo. Por un lado expres¨® ¡°toda la solidaridad del Gobierno¡± con los que han podido ser espiados ilegalmente y por otro defendi¨® la actuaci¨®n del CNI, que ¡°cumple con su deber de preservar el orden constitucional en momentos dif¨ªciles¡±. En sus r¨¦plicas posteriores a los distintos portavoces, fue m¨¢s claro a¨²n al justificar las intervenciones telef¨®nicas reconocidas por el CNI, entre ellas la del actual presidente de la Generalitat. S¨¢nchez cit¨® episodios de los disturbios del oto?o de 2019, como el bloqueo al aeropuerto de Barcelona, y aval¨® que constitu¨ªan un ¡°evidente problema de seguridad nacional¡±. Por lo dem¨¢s, ratific¨® su apuesta por el di¨¢logo con el independentismo y anunci¨® las reformas legislativas. Sobre estas no ofreci¨® apenas detalles. Solo en el caso de la norma reguladora del CNI dijo que se tendr¨¢n en cuenta las conclusiones de la comisi¨®n del Parlamento europeo que investiga el uso de Pegasus, en la que son mayor¨ªa los partidarios de restringir al m¨¢ximo su empleo por los Gobiernos.
Rufi¨¢n dej¨® sentada desde el principio su insatisfacci¨®n con las explicaciones. Reproch¨® al presidente que con su actitud est¨¦ reforzando las posiciones m¨¢s duras del independentismo. ¡°La gente cabal cada vez somos menos y m¨¢s d¨¦biles¡±, asegur¨®. Y acus¨® directamente al Ejecutivo de espiar a dirigentes de ERC al mismo tiempo que negociaba con esa formaci¨®n los votos favorables a la investidura. Esa afirmaci¨®n de Rufi¨¢n fue cogida al vuelo por Gamarra para justificar su tesis de que el Ejecutivo ¡°ha entregado la llave de la direcci¨®n del Estado a los mismos que espiaba por considerar una amenaza¡±.
En el resto del independentismo la acogida no fue mejor, ni siquiera por parte de uno de los m¨¢s firmes aliados del Gobierno, el PDeCAT, cuyo portavoz, Ferran Bel, se mostr¨® muy directo: ¡°Lo ha empeorado¡±. ¡°?Piensa que somos est¨²pidos?¡±, se arranc¨® M¨ªriam Nogueras, de Junts, quien aprovech¨® para descalificar la apuesta de ERC por el di¨¢logo y anunciar: ¡°Volveremos a salir a la calle para completar la faena de 2017¡å. Mireia Veh¨ª, de la CUP, fue a¨²n m¨¢s tajante y acab¨® con el ¡°ho tornarem a fer¡± (lo volveremos a hacer). S¨¢nchez dir¨ªa luego que hay que respetar que los independentistas lancen estas proclamas, lo que despert¨® las iras de la oposici¨®n. ¡°?Es que ha perdido usted el juicio?¡±, le espet¨® la l¨ªder de Ciudadanos, In¨¦s Arrimadas. ¡°Respetar no es avalar¡±, se defendi¨® el presidente.
Tampoco convenci¨® el presidente a los nacionalistas vascos, aunque estos le replicasen con menor aspereza. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, fue el que m¨¢s valor¨® el anuncio de dos reformas legales sobre las que su partido ya ha presentado iniciativas. Tanto ¨¦l como Mertxe Aizpurua, de EH Bildu, insistieron en pedir la apertura de una investigaci¨®n en el Congreso. Esteban insinu¨® adem¨¢s que el Tribunal Supremo solo autoriz¨® al CNI de modo gen¨¦rico a intervenir las comunicaciones de 18 independentistas catalanes, pero no a usar una tecnolog¨ªa tan invasiva como el Pegasus. Varios portavoces, el del PNV uno de los que m¨¢s, aludieron a la existencia de un ¡°Estado profundo¡±, es decir, determinados servicios estatales que actuar¨ªan por su cuenta al margen del Gobierno. ¡°Eso no existe¡±, proclam¨® S¨¢nchez. Incluso Unidas Podemos se sum¨® a algunas de las solicitudes de los grupos nacionalistas, como la desclasificaci¨®n de los documentos sobre el espionaje. Su portavoz, Jaume Asens, calific¨® de ¡°delirante¡± que se considerase a Aragon¨¨s como posible inductor de grupos violentos para justificar la intervenci¨®n de su m¨®vil.
En el frente de la oposici¨®n no pudieron faltar los ataques de Vox, aunque su l¨ªder, Santiago Abascal, aprovech¨® para algo m¨¢s: advertir al nuevo presidente del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, que no ¡°d¨¦ ox¨ªgeno¡± al Gobierno pactando la renovaci¨®n del Poder Judicial. Abascal estren¨® un nuevo t¨¦rmino para definir a sus competidores y a la vez socios en varias comunidades aut¨®nomas: ¡°Derechita incauta¡±.