Una condena de la historia
El PP ha usado el esc¨¢ndalo de los ERE como gran munici¨®n en los ¨²ltimos 10 a?os para contrarrestar el ¡®caso G¨¹rtel¡¯, como si hubiera una corrupci¨®n mala y otra peor
La condena del Tribunal Supremo a Manuel Chaves y Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n por el caso de los ERE da la puntilla a un PSOE andaluz que languidec¨ªa tras la dur¨ªsima derrota que sufri¨® en las elecciones auton¨®micas celebradas hace poco m¨¢s de un mes, cuando Juan Manuel Moreno obtuvo una mayor¨ªa absoluta en un territorio considerado no hace mucho tiempo el coraz¨®n del socialismo, el refugio seguro desde el que se pod¨ªa reconstruir el partido cuando los ciclos pol¨ªticos viraban a favor del PP.
A falta de conocer los detalles de la sentencia y de los dos votos discrepantes que defender¨¢n que Gri?¨¢n deb¨ªa haber sido absuelto del delito de malversaci¨®n, el Supremo da por buena la tesis de la jueza Mercedes Alaya y de la Audiencia de Sevilla de que el Gobierno andaluz mantuvo durante una d¨¦cada un sistema fraudulento de ayudas a trabajadores y empresas que permiti¨® que la carcoma de la corrupci¨®n anidase en la Administraci¨®n auton¨®mica. La falta de control sobre los casi 700 millones de euros con los que estuvo dotado el fondo fue un cheque en blanco para que la arbitrariedad y el abuso se propagasen pese a que la mayor parte del dinero tuvo un destino correcto (se han pagado las prejubilaciones de m¨¢s de 6.000 trabajadores) y a que la partida fue aprobada a?o tras a?o en el Parlamento aut¨®nomo sin objeciones de la oposici¨®n.
El esc¨¢ndalo de los ERE ha sido la gran munici¨®n que el PP ha empleado en los ¨²ltimos 10 a?os para contrarrestar el caso G¨¹rtel, la trama que durante a?os corroy¨® las estructuras internas de los populares, como si hubiera una corrupci¨®n mala, pero hubiera otra peor, un discurso que han replicado los socialistas. PSOE y PP han utilizado los dos casos como arma arrojadiza en funci¨®n de los tiempos que marca la justicia, en una actitud gazmo?a que lo ¨²nico que hace es dinamitar la confianza en el sistema pol¨ªtico. G¨¹rtel permiti¨® al PP acudir dopado a las elecciones con recursos procedentes de la financiaci¨®n ilegal, adem¨¢s del enriquecimiento personal de algunos de sus dirigentes. En el caso ERE no ha habido ni ese enriquecimiento personal ni financiaci¨®n ilegal, pero s¨ª permiti¨® al PSOE regar de dinero p¨²blico a la sociedad para buscar la paz social en la comunidad con una falta de control que sonroja y que dio pie al clientelismo.
El alcance de ambos casos, sin embargo, es diferente. La mayor¨ªa de los principales dirigentes que estaban al frente del PP cuando G¨¹rtel campaba a sus anchas han salido indemnes tras acudir a los juzgados, mientras que la sentencia del Supremo golpea con una enorme fuerza al pasado m¨¢s reciente del PSOE. Especialmente grave para los socialistas es la pena de c¨¢rcel de Gri?¨¢n, un pol¨ªtico respetado incluso por dirigentes del PP, del que siempre han destacado su compromiso con la pol¨ªtica entendida como servicio p¨²blico. M¨¢s a¨²n cuando el instructor del Supremo que investig¨® el caso inicialmente desech¨® el delito de malversaci¨®n.
Con su sentencia, el Supremo ha establecido un parteaguas en la lucha contra la corrupci¨®n al condenar el descontrol en el reparto del dinero p¨²blico y al elevar las responsabilidades penales a los m¨¢s altos dirigentes de la Administraci¨®n, en este caso la andaluza.
Para el PSOE, que intenta esquivar un cambio de ciclo pol¨ªtico que apuntan las encuestas y las elecciones auton¨®micas celebradas en los ¨²ltimos meses, la condena de Chaves y Gri?¨¢n es un mazazo que diluye el discurso contra la corrupci¨®n del PP. El mensaje de que representan el pasado sirve para salir del paso, pero poco m¨¢s. Al fin y al cabo, Chaves y Gri?¨¢n han sido diputados, ministros, presidentes de la Junta de Andaluc¨ªa y presidentes federales del PSOE. Son pasado, s¨ª, pero tambi¨¦n historia del socialismo en Espa?a.
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