El rescate angustioso de un navegante que sobrevivi¨® 16 horas atrapado bajo su velero volcado

Laurent Camprubi tiene 62 a?os y miles de millas n¨¢uticas navegadas. Ahora tiene adem¨¢s una fecha que seguramente le marcar¨¢ para siempre: el 2 de agosto de 2022, el d¨ªa en que su velero de competici¨®n volc¨® y fue rescatado tras permanecer 16 horas semisumergido, atrapado bajo el casco del barco y respirando aire gracias a la burbuja que se cre¨® en el interior. Y as¨ª estuvo hasta que lo sacaron de all¨ª buzos de Salvamento Mar¨ªtimo, a 14 millas al norte de las Islas Sisargas, frente a la localidad gallega de Malpica, con olas de dos metros, viento de hasta 25 nudos y el agua a 18 grados, cuando ya casi nada pod¨ªa esperarse por su vida. Los golpes en el casco permitieron localizar al n¨¢ufrago. ¡°Yo pens¨¦: Saben que estoy aqu¨ª y me van a salvar. Solo pensaba en sobrevivir¡±, ha declarado Camprubi a la agencia Efe, ya sano y salvo. Volver¨¢ a navegar.

Salvamento Mar¨ªtimo ha distribuido un v¨ªdeo en redes sociales con el angustioso rescate. Las im¨¢genes muestran al velero franc¨¦s Jeanne Solo Sailor volcado, con ¡°la quilla al sol¡± y sin rastro de vida; la llegada de los rescatadores, el aseguramiento de la flotabilidad del buque y, finalmente, la salida del navegante del interior del casco, vestido con el traje de supervivencia que le ha permitido flotar y soportar 16 horas en el agua, que estaba a una temperatura de entre 17 y 18 grados.

Los rescatadores hab¨ªan recibido a las 20.23 del lunes una alerta naufragio de la radiobaliza del velero en el Centro de Salvamento Mar¨ªtimo de Finisterre. El Jeanne Solo Sailor, de 12 metros de eslora y bandera francesa, estaba participando en unas pruebas clasificatorias para una regata de navegantes solitarios, la llamada la Ruta del Ron, que se celebra cada cuatro a?os entre el puerto franc¨¦s de Saint-Malo y las Antillas.

Camprubi, casado y con cinco hijos, ha explicado que cuando se encontraba a la altura de Sisargas, se dio cuenta de que hab¨ªa perdido la orza [quilla que pivota bajo el casco y da estabilidad ante el empuje lateral del viento]. ¡°El accidente ocurri¨® en 15 segundos. Estaba navegando y, de repente, estaba as¨ª. Iba a tirar de la vela grande, pero el barco se inclin¨® y se volte¨®¡±. El navegante no logr¨® salir del barco, pero por efecto campana h¨²meda, se qued¨® una burbuja de aire de entre 30 y 40 cent¨ªmetros. ¡°Sab¨ªa que estaba aqu¨ª y que me iban a rescatar, que no me iban a dejar solo. Era cuesti¨®n de tiempo. Ten¨ªa que sobrevivir por m¨ª y mi familia¡±, ha asegurado, tal y como recoge el Facebook de Salvamento. No perdi¨® la calma, pese a que estaba agotado porque llevaba 30 horas navegando de manera ininterrumpida, procedente del puerto de Lisboa

El rescate estaba en marcha, pero hab¨ªa que ejecutarlo con ¨¦xito. ¡°En cuanto recibimos la llamada, se puso en marcha el equipo de intervenci¨®n de buceo de la empresa Ardentia Marine, la adjudicataria que presta servicio desde las bases estrat¨¦gicas de salvamento¡±, asegura Juan Ferrer, jefe de Operaciones de Salvamento. Se luchaba contra el tiempo, las olas y la hipotermia.

El dispositivo mar¨ªtimo estuvo formado por la embarcaci¨®n Salvamar Betelgeuse, el buque Sar Gavia (ambos de Salvamento Mar¨ªtimo) y la patrullera R¨ªo Xallas de la Guardia Civil; y el operativo a¨¦reo lo compusieron los helic¨®pteros Helimer 402 y Helimer 211 de Salvamento Mar¨ªtimo; y el helic¨®ptero Pesca II de la Gardacostas de la Xunta de Galicia.

Primero rastrearon la zona. Sin rastro de vida. Luego localizaron el velero. Los buzos Antonio G¨®mez y Andr¨¦s Pita saltaron al mar. ¡°Nuestro objetivo principal era comprobar que el n¨¢ufrago estaba vivo y respond¨ªa a nuestras se?ales. Al golpear el casco, enseguida respondi¨® con gritos y golpes. La emoci¨®n se dispar¨®¡±, cuentan. ¡°Est¨¢ abajo, est¨¢ contestando¡±, se escucha decir en el v¨ªdeo a los pilotos del helic¨®ptero.

¨D¡°Doucement. Rescue team [c¨¢lmate, equipo rescate]¡±, le gritaron.

Los submarinistas colocaron boyas para asegurar la flotabilidad del barco y se metieron dentro. ¡°Una vez reconocido todo el acceso, nos dimos cuenta de que hab¨ªa unas botas rojas de un traje de flotaci¨®n a la izquierda de la entrada de la habilitaci¨®n. La reacci¨®n inmediata fue tocar una bota y el pie se retir¨® instant¨¢neamente. Metimos un bichero hacia la zona, el hombre lo agarr¨® y al momento apareci¨® una cara con los ojos abiertos. Se empuj¨® hacia nosotros con gran templanza, lo agarramos y fuimos esquivando la cabuller¨ªa [cabos o cuerdas] hasta sacarlo a flote¡±, detallan. Camprubi se supo a salvo.

-¡°Don¡¯t worry , now Helicopter for you¡±, [tranquilo, ahora un helic¨®ptero para usted], le calmaron los buzos.

Camprubi estaba vivo y a salvo. ¡°Gracias, gracias, gracias¡±, repite a cada uno de sus salvadores. Va a seguir navegando.