Construir un pa¨ªs vivo
Hay una ¨®ptica posible, realista y transformadora que es partidaria de construir un nuevo relato en torno a la ruralidad y una nueva pol¨ªtica que ayude a trazar un futuro viable para la Espa?a rural
La crisis clim¨¢tica y la desertificaci¨®n, la transici¨®n energ¨¦tica, el refuerzo de los servicios p¨²blicos b¨¢sicos, el acceso a la vivienda, la sostenibilidad de las pensiones, la conectividad f¨ªsica y digital. Jerarquizar los desaf¨ªos pol¨ªticos que atravesamos no es evidente ni f¨¢cil. Sin embargo, hay un elemento com¨²n y transversal a todos ellos: la importancia de activar, habitar y gestionar el territorio de forma eficiente y sostenible. El reto demogr¨¢fico es, en efecto, una pieza clave en toda pol¨ªtica p¨²blica.
El fin ¨²ltimo es compartido por todas las fuerzas pol¨ªticas y no da lugar a discrepancias: debemos reequilibrar y cohesionar el territorio. M¨¢s discutibles son ciertos puntos de partida, desde el anacr¨®nico que reclama un regreso buc¨®lico a tiempos pasados hasta el catastrofista del ¡°todo est¨¢ mal¡±, que se instala en el problema y entorpece la b¨²squeda de soluciones. Posiciones que solo llevan al inmovilismo.
Hay otra ¨®ptica posible, a todas luces m¨¢s realista y transformadora: la partidaria de construir, en clave de oportunidad, un nuevo relato en torno a la ruralidad y una nueva pol¨ªtica que ayude a trazar un futuro viable para la Espa?a rural y de interior. Es esta actitud la que defiende el Gobierno y sobre la que desarrolla un proceso de gobernanza compartida con todos los niveles institucionales del pa¨ªs. No es para menos, pues los resultados de una pol¨ªtica de cohesi¨®n territorial no tienen ni van a tener efectos inmediatos en la demograf¨ªa.
Las administraciones debemos empatizar con los estados de ¨¢nimo colectivos y responder a las reivindicaciones de la ciudadan¨ªa, al tiempo que evitamos el uso partidista de un sentimiento leg¨ªtimo. En definitiva, se trata de construir una alternativa al pesimismo interesado. Por eso, m¨¢s all¨¢ de los lamentos, es necesario establecer las bases para que la poblaci¨®n de nuestro pa¨ªs habite en toda su extensi¨®n, recuperando del abandono territorios que pueden, si se act¨²a adecuadamente, convertirse en lugares de oportunidad. La receta pasa por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos: su acceso a los servicios, su capacidad de conectarse y comunicarse y, muy especialmente, sus oportunidades laborales y su desarrollo vital.
La pol¨ªtica p¨²blica debe centrarse en construir herramientas de largo alcance para esta transformaci¨®n, ofrecer respuestas adaptadas a las necesidades de cada territorio y facilitar proyectos capaces de resolver problemas concretos. Con ese objetivo hemos territorializado recientemente 55 millones de euros a las comunidades aut¨®nomas en un acuerdo aprobado por unanimidad. Del mismo modo, pretendemos innovar con los ayuntamientos a partir de iniciativas que ayuden a poner en valor los recursos locales e impulsen la bioeconom¨ªa, un proceso que estamos apoyando con m¨¢s de 60 millones de euros. Y, por supuesto, actuar en uno de los desaf¨ªos m¨¢s importantes, que es devolver el talento al medio rural. Sin duda, Campus Rural permite que los j¨®venes universitarios redescubran la vida en los pueblos; por cierto, con un ¨¦xito notable.
Si adem¨¢s sumamos el impacto de medidas como la mejora sustancial de la conectividad, las inversiones en acceso a la vivienda y servicios, la digitalizaci¨®n o la mejora de la movilidad, gracias al impacto de los fondos del Plan de Recuperaci¨®n y su concreci¨®n en el programa de 130 medidas para el reto demogr¨¢fico, podremos concluir que, por primera vez, existe un gobierno comprometido con transformar nuestro territorio rural en un espacio vivo y de futuro.
¡°La vuelta al pueblo¡± no es una quimera. La Estad¨ªstica de Variaciones Residenciales del INE confirma que el movimiento de poblaci¨®n hacia el medio rural crece desde 2018, una tendencia que reforz¨® la pandemia y que se mantuvo en 2021. Son datos a¨²n t¨ªmidos cuya evoluci¨®n habr¨¢ que seguir de cerca. No significa esto que se avecine un ¨¦xodo urbano sin precedentes ni que los problemas que aquejan al mundo rural vayan a resolverse a golpe de varita m¨¢gica. Significa que, con un terreno bien abonado y colaboraci¨®n permanente, la realidad sociodemogr¨¢fica que Espa?a arrastra desde hace d¨¦cadas puede revertirse. Eso es lo que nos mueve.
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