Una comisi¨®n contra el olvido: as¨ª reconoce Navarra a las v¨ªctimas de abusos sexuales en la Iglesia
Psic¨®logos, juristas e historiadores integran una entidad pionera en Espa?a que estudiar¨¢ cada caso para otorgarles a los afectados un estatus simb¨®lico. Las autoridades eclesi¨¢sticas han declinado participar
Navarra ha puesto en marcha la comisi¨®n parlamentaria que reconocer¨¢ en esta comunidad a las v¨ªctimas de ataques contra la integridad f¨ªsica, la indemnidad y la libertad sexual en el ¨¢mbito de la Iglesia cat¨®lica. Pionera en Espa?a, es fruto de la tambi¨¦n primera ley auton¨®mica que regula esta materia, y parte de una base y un planteamiento diferentes a la investigaci¨®n que realiza a escala nacional el Defensor del Pueblo, ?ngel Gabilondo. La entidad, creada tras la investigaci¨®n previa realizada por la Universidad P¨²blica de Navarra, constatar¨¢ de manera individualizada la condici¨®n de v¨ªctima de los denunciantes. Tiene una duraci¨®n prevista de seis a?os prorrogables y deber¨¢ realizar una memoria anual que entregar¨¢ al Parlamento foral. Solo pueden solicitar este reconocimiento aquellos que, independientemente de su lugar de residencia o nacionalidad, hayan sufrido los abusos en territorio navarro. Seg¨²n explica el consejero de Justicia de Navarra, Eduardo Santos, su tarea es distinta a la del Defensor del Pueblo, ya que la instituci¨®n que encabeza Gabilondo elaborar¨¢ un informe y propondr¨¢ medidas al Congreso de los Diputados pero no podr¨¢ adoptar por s¨ª misma ninguna acci¨®n.
La comisi¨®n navarra que dar¨¢ estatus de v¨ªctima a los afectados por abusos sexuales en el seno de la Iglesia cat¨®lica est¨¢ integrada por siete personas procedentes, al menos, de los ¡°¨¢mbitos psicol¨®gico, jur¨ªdico e hist¨®rico¡± y elegidas por el Gobierno foral, el Parlamento y las asociaciones de denunciantes. Han quedado dos vacantes que corresponden a la Iglesia, que ha declinado participar, aunque podr¨¢ unirse en cualquier momento si as¨ª lo decide. Adem¨¢s de Izaskun Gartzaron, secretaria de la comisi¨®n y jefa de la Secci¨®n de Atenci¨®n a V¨ªctimas del Delito, integran la entidad, entre otros, el abogado especializado en derechos humanos Mikel C¨®rdoba; Jos¨¦ Antonio Echauri, doctor en Psicolog¨ªa y socio fundador del Instituto de Psicolog¨ªa Jur¨ªdica y Forense (Psimae), donde se atiende a muchos denunciantes; y Mikel Lizarraga, el investigador que realiz¨® el informe pionero en Espa?a sobre el alcance de la pederastia en el seno de la Iglesia navarra.
Por ahora, la comisi¨®n est¨¢ consensuando la metodolog¨ªa y sentando las bases de su trabajo, pero no ha comenzado a analizar casos. Es fundamental, dice Echauri, tener claro ¡°qu¨¦ enfoque le queremos dar, c¨®mo vamos a escuchar, qu¨¦ documentaci¨®n vamos a revisar¡±. Deben decidir, por ejemplo, qu¨¦ denunciantes tendr¨¢n que volver a contar su historia ¨Dmuchos de ellos ya lo han hecho en el Parlamento o en los medios de comunicaci¨®n, o bien son pacientes de Echauri¨D y c¨®mo se van a desarrollar esas entrevistas. Ante todo, concluye el psic¨®logo, el objetivo es evitar revictimizarles. En cualquier caso, subraya, tienen libertad de acci¨®n: ¡°Tenemos carta blanca para hacer lo que consideremos. No hay ninguna directriz, nosotros somos los profesionales¡±. Adem¨¢s, indica, la ley dicta que los organismos oficiales y privados deben poner a su disposici¨®n la documentaci¨®n que se les pida.
En el asunto de la cesi¨®n de datos hay un problema, reconoce Izaskun Gartzaron. El informe de la Universidad P¨²blica de Navarra recoge numerosos casos, pero puede que algunos denunciantes no deseen obtener el reconocimiento. Por ello, se ha habilitado la Oficina de Atenci¨®n a V¨ªctimas del Delito como canal de entrada, para que quien lo desee, llame. Tambi¨¦n hay afectados que no han participado en el estudio de la universidad, pero que ahora quieren dar el paso. El problema reside en que la oficina y la instituci¨®n acad¨¦mica no pueden cruzar sus datos para evitar duplicidades en el censo. ¡°Sabemos que muchos son los mismos, pero otros son nuevos. Tuvimos, por ejemplo, bastantes personas que hab¨ªan sufrido los abusos en el ¨¢mbito rural, en parroquias, sacrist¨ªas, m¨¢s que en el ¨¢mbito escolar¡±, detalla Gartzaron.
Se han recibido denuncias interpuestas por familiares o testigos de los abusos pero no por las v¨ªctimas, y la comisi¨®n no puede abordar estos casos porque su finalidad es ¡°reconocer a aquellas v¨ªctimas que deseen reconocimiento, no documentar la existencia de abusos¡±. El abogado Mikel C¨®rdoba recuerda que no se busca esclarecer los hechos, sino reconocer a ¡°la persona en su condici¨®n de v¨ªctima¡±. Esto implica que no se trabaja para determinar ¡°qui¨¦n fue ese abusador, no se busca una relaci¨®n causal con un culpable¡±. Es m¨¢s, a?ade, tampoco se est¨¢ juzgando a la Iglesia cat¨®lica o a las ¨®rdenes religiosas.
Sin reparaci¨®n jur¨ªdica o econ¨®mica
El reconocimiento de estas v¨ªctimas no implica reparaciones de tipo jur¨ªdico o econ¨®mico, como s¨ª se ha regulado en otros pa¨ªses, como Francia. Aunque sea una reparaci¨®n simb¨®lica, C¨®rdoba considera que ¡°tiene un valor enorme¡±: ¡°Se le ofrece la condici¨®n de v¨ªctima a una persona cuya situaci¨®n estaba en el olvido, en la noche de un sistema que jam¨¢s iba a poner luz sobre su situaci¨®n y que, a d¨ªa de hoy, con un marco democr¨¢tico consolidado, podemos ver hecho realidad¡±. Una ¨®ptica que califica de ¡°muy positiva¡± porque se busca la verdad, la justicia, la reparaci¨®n y garant¨ªas de no repetici¨®n. Los casos que se analicen no tendr¨¢n, por tanto, un recorrido judicial. La mayor¨ªa de los delitos han prescrito, pero si se obtuvieran los indicios suficientes para acceder a la v¨ªa legal, la comisi¨®n no podr¨ªa pronunciarse sobre la condici¨®n de v¨ªctima del denunciante hasta que lo haga la justicia.
A la mente de C¨®rdoba, con una amplia experiencia en los Balcanes y Latinoam¨¦rica, viene el testimonio de las madres de los llamados falsos positivos de Medell¨ªn (Colombia), j¨®venes que fueron asesinados y declarados como bajas de guerrilleros en enfrentamientos armados: ¡°Les pon¨ªan uniformes militares, los daban de manera falsa como bajas militares y as¨ª obten¨ªan promociones y beneficios¡±. Son casos, recuerda C¨®rdoba, que entraban por la v¨ªa judicial porque as¨ª est¨¢ organizado el sistema. No obstante, ¡°aquellas madres lo que buscaban era el reconocimiento de la verdad, que el ej¨¦rcito dijera que su hijo no era guerrillero¡±, se?ala. ¡°No hab¨ªa en esas personas un ¨¢nimo de venganza, no buscaban la justicia con car¨¢cter punitivo o retributivo, no buscaban la c¨¢rcel para nadie¡±. Ese planteamiento, matiza, es el que indica la ley navarra.
La ausencia de la Iglesia es un aspecto rese?ado por los miembros consultados. Echauri aspira a que tanto las di¨®cesis como las ¨®rdenes religiosas colaboren en el acceso a documentaci¨®n, por ejemplo. ¡°Quiz¨¢ la colaboraci¨®n pueda ser de otra manera, ahora que la comisi¨®n est¨¢ sustentada en una ley¡±, apunta. A un cambio de postura por parte de la Iglesia navarra puede contribuir tambi¨¦n el relevo previsto en el Arzobispado de Pamplona y Tudela. ¡°Estamos a expensas de qui¨¦n va a venir y cu¨¢ndo a sustituir al arzobispo P¨¦rez, que se ha jubilado. No es lo mismo una persona que otra¡±, a?ade Echauri.
La Iglesia cat¨®lica navarra ha creado su propio ¨®rgano de investigaci¨®n: la Comisi¨®n de Protecci¨®n de Menores y Personas Vulnerables, instituida en enero de 2020. No se circunscribe a los abusos denunciados en sus c¨ªrculos, sino que lo ampl¨ªa al resto de ¨¢mbitos. Desde la comisi¨®n parlamentaria aspiran a colaborar con esta entidad eclesi¨¢stica. ¡°La interlocuci¨®n puede ser ¨²til. Es parte de un esfuerzo colectivo porque ellos tambi¨¦n son una parte fundamental de la garant¨ªa de no repetici¨®n¡±, concluye C¨®rdoba.
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