Las provocaciones de los ultras desbordan el vaso en el Congreso
Los insultos de Vox colman la paciencia de los grupos, cada vez m¨¢s preocupados por la imagen de degradaci¨®n de la vida parlamentaria
Un d¨ªa cualquiera, en una aburrida comisi¨®n del Congreso de los Diputados, pueden escucharse cosas como estas: ¡°Hoy empez¨® el totalitarismo en Espa?a (¡) No est¨¢n actuando ustedes, se?ores de la ultraizquierda en el Gobierno, de una manera distinta a Hitler y a Stalin (¡) Est¨¢n deshumanizando a la oposici¨®n, que es el paso previo al Gulag¡±. Esas palabras fueron pronunciadas el d¨ªa 17 en sede parlamentaria por Rub¨¦n Manso, inspector del Banco de Espa?a, profesor universitario, consultor financiero de importantes compa?¨ªas y considerado el gur¨² econ¨®mico de Vox. Manso no es en absoluto un orador exaltado y fue desgranando esas tremebundas conclusiones sin alzar la voz. Nadie de los destinatarios se inmut¨® en la Comisi¨®n de Econom¨ªa, a lo sumo se pudieron apreciar algunas sonrisas ir¨®nicas. La barbaridad se ha convertido en rutina en el Parlamento espa?ol y ya no llama mucho la atenci¨®n que se profieran descalificaciones como esas o peores, de ¡°asesinos¡± a ¡°fascistas¡±.
Y a pesar de todo, las alarmas volvieron a dispararse esta semana en la sede de la soberan¨ªa popular, tras los insultos machistas de la diputada de Vox Carla Toscano a la ministra de Igualdad, Irene Montero. Tanto fue as¨ª que el casi siempre templado portavoz del PNV, Aitor Esteban, con 18 a?os de experiencia en el Congreso, se despachaba ante los periodistas en los pasillos: ¡°?Qu¨¦ va a ser lo pr¨®ximo? Esto es una verg¨¹enza. ?Que la gente se pod¨ªa pasar de la raya en alguna ocasi¨®n? S¨ª, pero hab¨ªa un m¨ªnimo decoro y un m¨ªnimo respeto por encima de las diferencias ideol¨®gicas¡ Pero esto¡ ?Qu¨¦ tasca! Una tasca de mala muerte, en eso se ha convertido esto¡±. Esteban a?adi¨® una apreciaci¨®n: ¡°No en el 100%, pero dir¨ªa que en el 98% de las ocasiones es Vox quien genera esto, con su agresividad, sus insultos y sus provocaciones¡±.
Es cierto que la agresividad verbal ha contagiado a una buena parte de la C¨¢mara. Y que en ocasiones la extrema derecha tambi¨¦n se ha quejado de actitudes violentas contra sus miembros, como cuando la diputada de ERC Maria Dantas se encar¨® con Macarena Olona desde las escaleras que dividen el hemiciclo grit¨¢ndole ¡°fascista¡± o cuando Pablo Iglesias acus¨® al portavoz de Vox, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, de ¡°querer un golpe de Estado¡±. Pero la lista de desplantes y provocaciones de la extrema derecha supera con creces a todos.
Los dos ¨²nicos expulsados en esta legislatura eran miembros de Vox, la propia Olona ¡ª¡°Esto no es un circo¡±, reprendi¨® la presidenta de la C¨¢mara, Meritxell Batet, ante los desaforados intentos de la entonces parlamentaria para alterar el orden del d¨ªa de una sesi¨®n de la Diputaci¨®n Permanente¡ª y Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez, quien llam¨® ¡°bruja¡± a la socialista Laura Berja durante un debate sobre el aborto. Tras lo ocurrido esta semana, varios de los grupos que apoyan al Gobierno creen que ha llegado el momento de tomar medidas para frenar a los ultras y acabar con su ¡°impunidad¡±, lo que anticipa un intenso debate la pr¨®xima semana en la Junta de Portavoces.
La del mi¨¦rcoles no era la primera vez que miembros de Vox le restregaban a Irene Montero su relaci¨®n de pareja con el fundador de Podemos, sin que entonces se desatase el tumulto vivido esta semana. Lo que esta vez indign¨® al conjunto de la C¨¢mara fue la obvia connotaci¨®n sexual de las palabras de Toscano: ¡°Su ¨²nico m¨¦rito es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias¡±. Los esca?os de la izquierda estallaron, mientras Vox jaleaba como una hero¨ªna a su compa?era. Por lo bajo, algunos lo celebraban con gracietas. Cuando luego le toc¨® subir a la tribuna a la socialista Berja, seg¨²n relatan diputados de otros grupos pr¨®ximos a los esca?os que ocupan miembros de la extrema derecha, algunos de estos comentaban entre risas: ¡°?La bruja!, ?la bruja!¡±.
Al d¨ªa siguiente, Vox prolong¨® el show entre aires triunfales. El debate de los Presupuestos ¡ªa los que el partido ultra ni se molest¨® en presentar enmiendas ni a votar siquiera las de los dem¨¢s¡ª pas¨® a un segundo plano. El diputado Onofre Miralles homenaje¨® a Toscano desde la tribuna: ¡°Somos moralmente superiores. Al zurder¨ªo se le combate de cara¡±. Luego lleg¨® la m¨¢s histri¨®nica de las intervenciones que se recuerda a cargo de V¨ªctor S¨¢nchez del Real, quien se arranc¨® a gritos para imitar las acusaciones de ¡°fascistas¡± que les hab¨ªan proferido parlamentarios de la izquierda, se abri¨® la chaqueta y mostr¨® su nuca para desafiar a los ¡°comunistas asesinos¡± y finalmente se revolvi¨® contra el mismo PP citando unos vers¨ªculos del Apocalipsis: ¡°Los tibios provocan el v¨®mito de mi boca¡±.
Estrategia premeditada
Hay coincidencia generalizada entre los dem¨¢s grupos en que el esc¨¢ndalo estaba planificado por Vox, en un momento en que las encuestas lo sit¨²an en retroceso. Un diputado socialista, C¨¦sar Ramos, incluso critic¨® al d¨ªa siguiente la reacci¨®n a los insultos de Toscano: ¡°Cometimos una equivocaci¨®n, porque hemos dado publicidad a los que la buscaban¡±. M¨¢s all¨¢ del momento, el secretario primero de la Mesa y dirigente de los comunes catalanes, Gerardo Pisarello, cree que Vox sigue una pauta clara desde que lleg¨® al Congreso. ¡°Es una estrategia perfectamente premeditada para degradar y desestabilizar la instituci¨®n, transmitir la imagen de que el Parlamento es un griter¨ªo sin ninguna utilidad e impedir el debate. No puede haber un debate democr¨¢tico si se produce una desestabilizaci¨®n permanente de las condiciones del propio debate¡±, apunta Pisarello, quien anticipa que plantear¨¢ una reflexi¨®n al respecto el martes en la reuni¨®n semanal de la Mesa.
El PP se ha sumado a la condena a los insultos de Vox. ¡°Recurrir a la descalificaci¨®n personal con comentarios ofensivos como los del otro d¨ªa es algo lamentable que no deber¨ªa ocurrir nunca¡±, deplora el n¨²mero dos del Grupo Popular, Carlos Rojas. El primer partido de la oposici¨®n coincide en que estos episodios contribuyen a ¡°acrecentar el desapego de la sociedad por la clase pol¨ªtica¡± y por ello perjudican ¡°tanto al PP como al parlamentarismo¡±. Pero Rojas atribuye su cuota de responsabilidad a la izquierda. ¡°Quien ha sembrado su acci¨®n pol¨ªtica de crispaci¨®n e insultos desde sus inicios ha sido Podemos¡±, denuncia. El diputado popular afea a esta formaci¨®n sus ¡°continuas descalificaciones a la Jefatura del Estado y a la judicatura¡± y reprocha a Montero que replicase a los ataques de Vox calificando a este partido de ¡°banda de fascistas¡±.
¡°Yo no soy un ejemplo de correcci¨®n pol¨ªtica¡±, se apresura a reconocer el portavoz de ERC, Gabriel Rufi¨¢n. ¡°Fui expulsado en una ocasi¨®n, aunque por algo que ahora sucede todos los d¨ªas: permanecer de pie cuando me ordenaban sentarme¡±. Pero Rufi¨¢n insiste en que nadie ¡ªe incluye al PP, pese a su a menudo ¨¢spera confrontaci¨®n con este partido¡ª ha ¡°sobrepasado los l¨ªmites¡± como Vox. ¡°Tenemos que hacer un esfuerzo todos los dem¨¢s grupos y tambi¨¦n los medios para no equipararnos, para no transmitir la imagen de que esto es un esc¨¢ndalo continuo del que todos somos responsables. Lo de Vox es violencia verbal y pol¨ªtica. Y lo peligroso es que eso se traslada despu¨¦s a la calle y a las redes sociales¡±.
Respuesta contundente
Varios grupos exigen una respuesta contundente y entre ellos el m¨¢s cr¨ªtico es Unidas Podemos, que apunta a la presidenta, la socialista Batet. ¡°Ha decidido ponerse de perfil ante la violencia pol¨ªtica de Vox y esto ha creado un clima de impunidad¡±, recriminan fuentes de la direcci¨®n del grupo parlamentario. ¡°A menudo Batet lo presenta como una cuesti¨®n de educaci¨®n y de reglamento, cuando es una estrategia pol¨ªtica para humillar y deshumanizar al adversario¡±. El PNV tambi¨¦n ve pasividad en la presidencia y se?ala que el reglamento exige a los oradores que se ci?an a la cuesti¨®n a debate, los Presupuestos en el caso de lo sucedido en los ¨²ltimos d¨ªas. El PP pide a Batet m¨¢s ¡°empe?o¡±, sin entrar en detalles, y le reprocha que, al comienzo de la legislatura, permitiese a diputados de izquierda e independentistas que tomasen posesi¨®n introduciendo en sus promesas coletillas ¡°contrarias al orden constitucional¡±. Rufi¨¢n tercia: ¡°Yo creo que Batet ha hecho una buena labor, pero ha llegado el momento de poner l¨ªmites. La Mesa tiene que hacerse valer¡±. Y sugiere medidas como sanciones econ¨®micas a los diputados.
Los alborotos en la C¨¢mara, con la consiguiente degradaci¨®n de la imagen del Parlamento, han sido uno de los grandes quebraderos de cabeza para Batet en estos tres ¨²ltimos a?os. ¡°Se ha pasado horas y horas estudiando el reglamento para buscar f¨®rmulas que le permitan frenar estos incidentes¡±, apuntan fuentes socialistas, ¡°pero el reglamento es el que es¡±. Las sanciones econ¨®micas que propone Rufi¨¢n, por ejemplo, no est¨¢n contempladas actualmente en las normas internas de la C¨¢mara. Para desmentir la supuesta lenidad que algunos atribuyen a Batet, en su equipo recuerdan la expulsi¨®n de Olona, una medida extrema que se ha tomado en contadas ocasiones despu¨¦s de 45 a?os de democracia parlamentaria. La presidenta est¨¢ dolida por algunas de las cr¨ªticas, se?alan las mismas fuentes, sobre todo porque, de momento, ninguno de los grupos le ha presentado una propuesta concreta sobre qu¨¦ medidas se pueden adoptar. ¡°Y ella est¨¢ dispuesta a escuchar¡±, a?aden. Batet ha apelado a menudo al ¡°autocontrol¡± de los diputados para no entrar a las provocaciones ni responder a los insultos, como hizo Montero al llamar a Vox ¡°banda de fascistas¡±. En este punto, Pisarello discrepa: ¡°El fascismo es un fen¨®meno hist¨®rico, es una definici¨®n casi t¨¦cnica. Ellos tambi¨¦n nos llaman a nosotros comunistas. Pero es muy diferente eso a que te tachen de asesino o terrorista¡±.
El pr¨®ximo martes, la Mesa no solo se ocupar¨¢ de las exigencias de los que reclaman m¨¢s mano dura con Vox. La extrema derecha ha presentado un escrito para denunciar a dos de los miembros de UP en el ¨®rgano de gobierno de la C¨¢mara, Pisarello y Javier S¨¢nchez Serna, por sumarse al griter¨ªo que originaron los insultos a la ministra de Igualdad. Pisarello lo niega y las im¨¢genes del pleno parecen corroborar su versi¨®n. Varias fuentes aseguran que el representante de Vox en la Mesa, Ignacio Gil L¨¢zaro, se ha distinguido desde el comienzo de la legislatura por participar desde su puesto de los alborotos organizados por su grupo. Esta es una de las especialidades de la extrema derecha: prender el fuego para despu¨¦s presentarse como v¨ªctima.
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