El maestro de capilla m¨¢s veterano de Espa?a se retira en Pamplona: ¡°A la juventud hay que darle lo culto y lo coger¨¢¡±
Aurelio Sagaseta lleva 61 a?os al frente del coro de la catedral en la capital navarra y ha dirigido a voces tan reconocidas como la soprano Mar¨ªa Bayo
Aurelio Sagaseta naci¨® un 27 de julio de 1935 en el pueblo navarro de Ituren, en el caser¨ªo conocido como Palaziko Borda. Desde el inicio, su vida estuvo marcada por la m¨²sica: ¡°Nac¨ª en el pueblo de los cencerros, la mayor aportaci¨®n cultural que hemos hecho a Occidente. De cr¨ªos ¨ªbamos a la escuela imitando el ritmo de los yualdunak [cencerros] y ese sentido r¨ªtmico se queda¡±. Camino ya de los 88 a?os, fue miembro del jurado que eligi¨® el actual himno de Navarra y lleva 61 a?os como maestro de la capilla de la catedral de Santa Mar¨ªa La Real de Pamplona, donde tambi¨¦n es can¨®nigo. Es el ¨²nico maestro de Espa?a que ha durado tantos a?os al frente de una misma capilla de m¨²sica, muy por delante de hist¨®ricos como Francisco Javier Garc¨ªa Fajer, que ejerci¨® en la Catedral de Zaragoza durante 53 a?os, o Blas de C¨¢seda, que estuvo 44 a?os en la Catedral de Santo Domingo de la Calzada. El concierto de Reyes de este viernes ha sido el ¨²ltimo de Sagaseta y ha pasado el testigo a su sucesor, el seglar Ricardo Zoco.
No ha sido sencillo encontrar un sustituto. Su relevo debe tener titulaci¨®n musical y entender de liturgia, pero sobre todo es fundamental que comprenda la importancia del archivo de m¨²sica de la catedral. ¡°Es la fuente principal de nuestra m¨²sica¡±, explica, ¡°porque hasta el siglo XVIII el 80% de nuestras ra¨ªces musicales est¨¢ en iglesias y monasterios¡±. Requisitos que cumple Zoco, quien adem¨¢s ha sido uno de los 280 profesionales que han pasado por la capilla desde que Sagaseta la dirige. Entre ellas, voces tan reconocidas como la soprano Mar¨ªa Bayo, Maite Beaumont o Raquel Andueza. Ellas son, entre otras, protagonistas de la ¨¦poca que m¨¢s brilla en los recuerdos de Sagaseta: ¡°Hay una ¨¦poca dorada a finales del siglo XX con aquel coro. Dorado en cuanto al sonido, a la calidad¡±.
Entre sus recuerdos, Sagaseta destaca la inauguraci¨®n de la restauraci¨®n de la catedral en 1994: ¡°La catedral tiene bastante mala ac¨²stica, pero cuando se llena, el sonido cambia totalmente. Ese d¨ªa se llen¨®, llevamos trompetas y el sonido fue perfecto, con la mezcla de las voces de la juventud y los mayores¡±. La soprano Bayo recuerda con mucho cari?o aquella ¨¦poca porque ¡°hab¨ªa una atm¨®sfera muy bonita, de querer aprender y siempre bajo su tutela¡±. Destaca las oportunidades que le brind¨® Sagaseta cuando ella estudiaba en el conservatorio y la beca que le concedi¨® para seguir adelante. ¡°Se la daban a las personas que ve¨ªan que pod¨ªan tener una buena proyecci¨®n musical, y sabiendo que yo ven¨ªa de un pueblo como Fitero, que mis padres no pod¨ªa pagar la estancia all¨ª, que ten¨ªa que sacarme yo las casta?as del fuego, me la concedi¨®¡±, rememora Bayo. ¡°No era una gran suma, pero para m¨ª supuso un importante desahogo. Adem¨¢s, ver que hab¨ªa personas dentro del conservatorio que apostaban por m¨ª, me dio ¨¢nimo para seguir¡±.
Ser¨¢ el pr¨®ximo 24 de enero cuando se haga efectiva la renuncia de Sagaseta en una discreta celebraci¨®n religiosa. ¡°Lo que m¨¢s ilusi¨®n me hace es que justo ese d¨ªa se hacen los 61 a?os desde que asum¨ª el cargo. En esa misa solemos estar seis o siete can¨®nigos y pocos seglares. No habr¨¢ nadie m¨¢s y quiero que sea as¨ª¡±. Se interpretar¨¢ la misma ant¨ªfona, Sancta Mar¨ªa, que se cant¨® en su toma de posesi¨®n. En la voz, como aquella vez, tambi¨¦n estar¨¢ el sacerdote Mart¨ªn Azpiroz, Martintxo, entonces sochantre. ¡°Es de Leitza, un tipo fuerte, gracioso. Se ha jubilado, anda feliz por ah¨ª y s¨ª, va a venir¡±, sonr¨ªe Sagaseta.
Final de una ¨¦poca que comenz¨® en Ituren, de la mano de Jos¨¦ Urrestarazu, alumno directo de Felipe Gorriti, uno de los compositores m¨¢s reconocidos de Navarra, que ejerc¨ªa como organista. Fue ¨¦l quien le ense?¨® solfeo y le pag¨® los estudios de m¨²sica y el seminario, en el que ingres¨® a corta edad. ¡°He encontrado una carta muy bonita de ¨¦l en la que me dec¨ªa ¡®t¨² estudia mucha m¨²sica, pero aprende lat¨ªn¡±, recuerda. Tras esa primera experiencia, se titul¨® en composici¨®n con Fernando Remacha y en 1960 se orden¨® sacerdote. Obtuvo la C¨¢tedra de Armon¨ªa e Historia de la M¨²sica y ha dirigido el Conservatorio de M¨²sica Pablo Sarasate. Compagin¨® sus estudios en el Pontificio Instituto di Musica Sacra de Roma con su trabajo como maestro de capilla y recuerda los ¡°12 viajes en coche, cruzando los Alpes, para volver a Pamplona en Semana Santa, Navidad, San Ferm¨ªn¡±.
M¨²sica y religi¨®n
La m¨²sica y la religi¨®n son para ¨¦l un complemento importante. Lo compara con la pol¨ªtica actual: ¡°Yo soy poco amigo de esos que dicen o esto o esto. No, la vida es complicada¡±. Sagaseta ha vivido los vaivenes pol¨ªticos m¨¢s relevantes de la historia reciente de Espa?a desde el atril: la ¨¦poca final del franquismo, la transici¨®n democr¨¢tica, el intento del golpe de Estado 1981. Ninguno de ellos le viene a la mente cuando le pedimos que elija un momento hist¨®rico: ¡°No s¨¦, en general cualquiera menos el actual¡±, r¨ªe.
No esconde su opini¨®n sobre la relaci¨®n entre la Iglesia y la sociedad actual. ¡°En mi ¨¦poca, el motivo por el cual se ven¨ªa a la Iglesia era religioso, pero no se apreciaba tanto culturalmente el tener una catedral g¨®tica, con su coro, su orquesta, y que estuviera llena. En cambio, hoy en d¨ªa, que no son religiosos, aprecian m¨¢s el hecho est¨¦tico, como el de cantar el d¨ªa de Reyes en el claustro con chirim¨ªas arriba, las campanas...¡± Reconoce que ha fallado la transmisi¨®n entre la Iglesia y la ciudadan¨ªa y apuesta por la m¨²sica como veh¨ªculo de comunicaci¨®n: ¡°Yo organizo un concierto y viene gente porque no les hablo directamente de religi¨®n, pero el texto que les doy es del antiguo o del nuevo evangelio, y de eso seguro que algo queda¡±.
Hay que saber transmitir la cultura, pero sin preocuparse demasiado por el resultado inmediato, defiende: ¡°La juventud no es tonta. A la juventud hay que servirle lo mejor y ya lo coger¨¢. Hay que darle lo bueno, lo culto desde lo oculto, y ah¨ª hemos fallado. Yo creo que, con la excusa de atraer a la juventud, despu¨¦s del [Concilio] Vaticano II se ha servido cualquier cosa¡±, aduce. Acciones que, lamenta, van a tener sus consecuencias porque, a su juicio, los j¨®venes ¡°van a ir pr¨®ximamente a cualquier museo del mundo y no van a entender nada, no saben la historia, el Antiguo Testamento, el Nuevo, qu¨¦ significa¡±.
Poner punto final a su trayectoria no ha sido f¨¢cil. Elegir una obra para su ¨²ltimo concierto, tampoco. Ha apostado por Belenen Sortu Zaigu, un viejo villancico que ya fue recogido en 1917 aunque ha apostado por una versi¨®n aun anterior. En ella un abuelo ciego de nombre Ferm¨ªn, carbonero de profesi¨®n, ense?a el catecismo a sus hijos y nietos en el caser¨ªo Anizpeko Borda, donde nacieron la madre y la abuela del maestro de capilla. Sagaseta ha comenzado el concierto de su despedida en euskera, la lengua en la que escuch¨® ¡°las primeras palabras¡± en boca de su madre. Ha terminado cantando el Am¨¦n de El Mes¨ªas de Haendel en hebreo, porque ¡°aqu¨ª acaba todo¡±.
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