Desalojado el asentamiento El Walili, en N¨ªjar: ¡°No sabemos d¨®nde vamos a ir¡±
El Ayuntamiento del municipio almeriense ofrece a los migrantes un centro de emergencia habilitado en una nave industrial y las entidades sociales critican la ausencia de una soluci¨®n definitiva
Con la capucha cubriendo su cabeza y una bufanda alrededor del cuello, el senegal¨¦s Abdul miraba en la ma?ana de este lunes c¨®mo una excavadora derribaba el poblado chabolista en el que reside desde 2015 a las afueras de N¨ªjar (Almer¨ªa, 26.126 habitantes). Lo hac¨ªa desde el arc¨¦n de una carretera tomada por la Guardia Civil y con una bolsa de pl¨¢stico con ropa a sus pies. ¡°Son mis ¨²nicas pertenencias. No sabemos d¨®nde vamos a ir ahora¡±, dec¨ªa el treinta?ero, que trabaja en los invernaderos de la zona en cultivos de tomate, pimiento y calabac¨ªn. Es lo que hacen tambi¨¦n las decenas de compatriotas que, como ¨¦l, han sido expulsados esta ma?ana del asentamiento conocido como El Walili, ubicado junto a la carretera hacia San Jos¨¦ y donde resid¨ªan alrededor de 450 personas migrantes. El desalojo, aprobado por los tribunales, ha sido una iniciativa del Ayuntamiento de N¨ªjar, gobernado por la socialista Esperanza P¨¦rez.
Un amplio dispositivo de la Guardia Civil tomaba el entorno del asentamiento sobre las seis de la ma?ana. M¨¢s de medio centenar de agentes, apoyados por un helic¨®ptero desde el aire, ten¨ªan como misi¨®n ¡°garantizar la seguridad de las personas¡±, seg¨²n fuentes del instituto armado. A la zona tambi¨¦n llegaron numerosos efectivos de la Polic¨ªa Local de N¨ªjar para que el derribo de las primeras infraviviendas pudiera comenzar, como estaba previsto, a las ocho de la ma?ana. Lo que arranc¨®, sin embargo, a esa hora, fue un incendio. Estaba amaneciendo y las llamas pronto iluminaron parte del campamento mientras arrasaban varias chabolas. Los bomberos las sofocaron con rapidez, pero el fuego facilit¨® el desalojo del recinto a las fuerzas de seguridad, que sosten¨ªan que hab¨ªa sido iniciado por los propios habitantes del asentamiento. Serigne Mbaye, activista senegal¨¦s y diputado de la Asamblea de Madrid por Unidas Podemos desplazado hasta Almer¨ªa, ten¨ªa otra visi¨®n: ¡°Qu¨¦ casualidad que haya empezado ah¨ª a esa hora. Es una clara estrategia para que la gente tenga que salir por el peligro que supone. Esto no es humano. A los inmigrantes nos explotan, nos usan y nos tiran¡±, a?ad¨ªa visiblemente enfadado.
Cerca de las nueve de la ma?ana de este lunes, una m¨¢quina excavadora comenzaba a destruir las primeras chabolas, construidas a base de pal¨¦s y pl¨¢sticos. Lo hac¨ªa mientras una veintena de agentes de la Guardia Civil conformaba una cadena con el objetivo de evitar que los habitantes del asentamiento pudieran acceder o interrumpir los trabajos. Por la carretera hab¨ªa mujeres en bata, hombres cargando bombonas de butano y maletas. Medio centenar de personas migrantes miraba, como Abdul, desde el arc¨¦n de la carretera, bajo la lluvia y con un intenso fr¨ªo, c¨®mo desaparec¨ªan sus casas bajo la acci¨®n de la piqueta. A su alrededor hab¨ªa mantas, un pu?ado de bolsas de ropa, un patinete y algunas bicicletas. ¡°Nos han echado muy temprano, hemos podido sacar solo unas cuantas cosas. Tengo ropa y nada m¨¢s. Ahora no sabemos qu¨¦ va a pasar con nosotros¡±, dec¨ªa Lamil, otro senegal¨¦s que viv¨ªa en El Walili desde 2020. ¡°Vivimos aqu¨ª porque trabajamos aqu¨ª, en esta zona, y no tenemos coche¡±, insist¨ªa su amigo Mamadou.
La mayor¨ªa de residentes del campamento, unas 450 personas migrantes, seg¨²n los c¨¢lculos de las asociaciones que trabajan en la zona y unas 240 seg¨²n el municipio, han ido abandonando el asentamiento en los ¨²ltimos d¨ªas. El Ayuntamiento ya hab¨ªa notificado el desalojo y las entidades sociales les hab¨ªan avisado de lo que ocurrir¨ªa este lunes. Muchos de ellos se han ido ubicando por sus propios medios en otros espacios similares, como los cercanos Atochares y Barranquete, tambi¨¦n conformados por decenas de infraviviendas. Los que permanec¨ªan esta ma?ana en el campamento a la espera de un lugar alternativo en el que vivir, no se fiaban de las palabras de la trabajadora social que les invitaba a ir a un centro de emergencia habilitado en una nave industrial en la barriada de Los Grillos, a pocos kil¨®metros. Seg¨²n un comunicado municipal publicado el pasado viernes, los migrantes ser¨¢n derivados m¨¢s tarde al programa de ¡°soluciones habitacionales transitorias¡±. De momento, 62 viviendas que se est¨¢n construyendo todav¨ªa en Los Grillos gracias a la financiaci¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa.
¡°Por ahora solo puedo deciros que ten¨¦is espacio en el centro de emergencia. Hay hueco para todos, tambi¨¦n comida, durante un m¨¢ximo de dos meses. Esta puede ser una forma de empezar y luego ya, caso a caso, iremos viendo qu¨¦ posibilidades hay para cada uno¡±, les dec¨ªa la trabajadora municipal ante la mirada incr¨¦dula de los migrantes, la mayor¨ªa hombres j¨®venes procedentes de Senegal, aunque tambi¨¦n hab¨ªa familias llegadas desde Marruecos. Ismail, uno de ellos, prefer¨ªa otra opci¨®n. ¡°En los centros no se puede vivir, hay demasiada gente y malas condiciones¡±, aseguraba mientras la empleada de los servicios municipales insist¨ªa: ¡°Si se llena este centro, se habilitar¨¢ otro. Pod¨¦is venir, pero es vuestra decisi¨®n, es voluntario¡±, les dec¨ªa. Convenci¨® a medio centenar, que se subieron a un autob¨²s sobre las 10.30 de la ma?ana, mientras desde las ventanillas ve¨ªan c¨®mo iban cayendo sus antiguas viviendas por la acci¨®n de la excavadora enmarcada por un arco iris.
Las asociaciones que trabajan en la zona han denunciado la falta de di¨¢logo del Ayuntamiento de N¨ªjar para abordar este desalojo y la ausencia de alternativas de vivienda para estos y otros centenares de trabajadores de los invernaderos almerienses que residen en asentamientos como El Walili. ¡°Todas las partes deben reunirse para desarrollar un plan de vivienda como el que se pact¨® en el a?o 2000 y no se lleg¨® a hacer. La situaci¨®n ahora es mucho peor que entonces, porque hay muchas m¨¢s personas trabajando en los invernaderos, cuya superficie no para de crecer¡±, dec¨ªa esta ma?ana Fernando Plaza, portavoz de la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos de Andaluc¨ªa (APDHA), que cree que el Ayuntamiento est¨¢ consiguiendo lo que buscaba: ¡°Eliminar el asentamiento que m¨¢s se ve, el que est¨¢ junto a la carretera y estropea las vistas de los turistas. El resto siguen ah¨ª¡±, insist¨ªa. ¡°No parece que, a lo largo del proceso, se les haya considerado como sujetos adultos y protagonistas de su historia¡±, denunciaba hace unos d¨ªas el Secretariado de Migraciones de la di¨®cesis de Almer¨ªa en un comunicado.
El auto judicial que aprobaba el desalojo y derribo de El Walili recoge que ¡°las chabolas se encuentran en estado ruinoso, sin licencia municipal de obras¡± y que ¡°representan un peligro inminente para las personas, por existir riesgo de derrumbe, de incendio y de explosi¨®n y electrocuci¨®n, existen adem¨¢s pozos negros con vertidos de residuos y aguas fecales al subsuelo, que implican riesgos de ca¨ªda y atrapamiento¡±. El documento tambi¨¦n recog¨ªa los incendios sucedidos en el asentamiento en mayo de 2021 y marzo de 2022.
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