El Gobierno conf¨ªa en que el pacto de Presupuestos con ERC desbloquee varias leyes en el Congreso
La reforma de la ¡®ley mordaza¡¯ y la de vivienda son el ejemplo m¨¢s claro, pero aun queda la reforma de las pensiones y otras votaciones clave
Todos los negociadores del Gobierno llevaban varias semanas pendientes del acuerdo entre el PSC y ERC para los Presupuestos, que finalmente lleg¨® este mi¨¦rcoles, aunque estaba pr¨¢cticamente cantado desde el jueves pasado, cuando los republicanos aceptaron la exigencia de los socialistas catalanes sobre el llamado cuarto cintur¨®n de Barcelona. Sin ERC y sus 13 esca?os es muy dif¨ªcil sacar adelante iniciativas en el Congreso, aunque no imposible. El PSOE y Unidas Podemos ya demostraron que se puede sobrevivir, con dificultades, sin los republicanos. Sin ellos se sac¨® adelante ¡ªde carambola¡ª la reforma laboral, y antes incluso algunas pr¨®rrogas de estado de alarma en la pandemia. ERC se sali¨® de la mayor¨ªa con el caso Pegasus y tard¨® semanas en volver, y el Gobierno no perdi¨® votaciones, aunque sufri¨® y tuvo que buscar nuevos aliados.
Ahora hay dos leyes decisivas que sin ERC son inviables: la derogaci¨®n de la llamada ley mordaza, que se ha empezado a desbloquear justo el d¨ªa en el que se han pactado los Presupuestos en Catalu?a ¡ªalgo que no es ni mucho menos una casualidad¡ª, y la de vivienda, que est¨¢ tambi¨¦n en v¨ªas de desbloqueo aunque a¨²n no est¨¢ cerrada. El Gobierno conf¨ªa en que este pacto en Barcelona sirva para facilitar mucho las negociaciones en Madrid, aunque las cosas nunca se plantean tan directamente.
Ni cuando ERC negoci¨® los Presupuestos nacionales lo hizo a cambio de los catalanes, ni ahora que Salvador Illa y Pere Aragon¨¦s han cerrado las cuentas de la Generalitat, se ha puesto encima de la mesa el desbloqueo de leyes en Madrid. El juego no es tan directo. Pero s¨ª hay gestos pol¨ªticos. Y los independentistas son especialistas en el juego de los gestos. Cuando hay problemas en Barcelona, que es su prioridad absoluta, porque all¨ª es donde gobiernan, el grupo de ERC en el Congreso act¨²a mandando se?ales.
La semana pasada, dos d¨ªas antes de que se empezara a fraguar el acuerdo, se abstuvo en una votaci¨®n importante, la del nuevo decreto de medidas contra la inflaci¨®n. Tambi¨¦n lo hizo el PP o Vox, por tanto el voto de ERC no era imprescindible esta vez, pero dieron ese aviso. Y esa semana todos los negociadores del Gobierno consultados en los pasillos del Congreso dec¨ªan lo mismo: ¡°ojal¨¢ pacten cuando antes los Presupuestos en Catalu?a porque mientras no se logre eso, aunque no lo digan directamente, es imposible negociar nada con ERC¡±.
La reforma de las pensiones
La legislatura est¨¢ en su recta final. El Gobierno ya no env¨ªa leyes al Congreso de forma masiva como en los ¨²ltimos tres a?os ¡ªcasi 200 se han aprobado, seg¨²n los c¨¢lculos de La Moncloa¡ª, pero a¨²n quedan muchas votaciones decisivas y negociaciones en las que ERC ser¨¢ clave. M¨¢s all¨¢ de mordaza y vivienda, encarrilladas aunque a¨²n no resueltas, est¨¢ pendiente otra gran reforma, la de las pensiones. El ministro Escriv¨¢ a¨²n no ha logrado lo m¨¢s importante, un pacto con Unidas Podemos, que rechaza la ampliaci¨®n del periodo de c¨®mputo. Pero necesita sacar adelante una reforma que est¨¢ comprometida y exige Bruselas. Cuando lo logre, tendr¨¢ que buscar tambi¨¦n los votos de ERC, aunque ya se han producido conversaciones y los republicanos no est¨¢n cerrados.
M¨¢s all¨¢ de estas grandes, a¨²n quedan otras muchas reformas que est¨¢n ya avanzadas en el Consejo de Ministros o en el propio Congreso, como la protecci¨®n de los animales o la ley de familias y otras muchas. Y m¨¢s all¨¢ de las leyes, en las Cortes tambi¨¦n hay votaciones que ponen en dificultades al Gobierno, como iniciativas de la oposici¨®n o peticiones de comparecencias en momentos delicados, en los que la mayor¨ªa funciona como un bloque y ERC suele ayudar al Gobierno para no dar una baza pol¨ªtica a la derecha. Una vez pactados los Presupuestos en Catalu?a, todas estas negociaciones se vuelven m¨¢s sencillas, aunque siempre puede haber sorpresas y nada est¨¢ garantizado. Pero de una forma u otra, el Gobierno ha conseguido durante toda la legislatura salvar todas las votaciones, algo nada sencillo cuando solo se cuenta con 154 esca?os.
En cualquier caso, y m¨¢s all¨¢ de las consecuencias para la estabilidad de la mayor¨ªa, al Gobierno le interesa a¨²n m¨¢s los efectos pol¨ªticos en Catalu?a y en el resto de Espa?a de un pacto de estas dimensiones. Con ¨¦l se ahonda en la fractura del independentismo, algo que el propio Pedro S¨¢nchez ha reivindicado como un ¨¦xito de su pol¨ªtica en Catalu?a, pero sobre todo se rompe la pol¨ªtica de bloques independentistas/no independentistas que se hab¨ªa consolidado como el eje de la pol¨ªtica catalana en los ¨²ltimos a?os, mucho antes del proc¨¦s y exacerbado despu¨¦s.
Eso abre un enorme arco de posibilidades y convierte, seg¨²n la visi¨®n del Gobierno, al PSC en el partido central de la pol¨ªtica catalana, que puede romper los bloques y conformar en el futuro una posible mayor¨ªa alternativa. Para eso queda mucho, pero el paso dado este mi¨¦rcoles, al menos visto desde La Moncloa, no tiene m¨¢s que efectos positivos para la pol¨ªtica catalana y por ende para la espa?ola, siempre tan pendiente de que lo que sucede en Barcelona, epicentro de la mayor crisis pol¨ªtica que ha vivido la democracia espa?ola una vez superado el terrorismo de ETA.
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