Decenas de miles de descendientes de espa?oles piden la nacionalidad por la ¡®ley de nietos¡¯
La ley de Memoria Democr¨¢tica ampli¨® los supuestos para obtener el pasaporte espa?ol, pero no previ¨® gasto ni personal de refuerzo para resolver los tr¨¢mites
Pac¨ªfico Fern¨¢ndez, un c¨¢ntabro no muy alto, casta?o y cat¨®lico, lleg¨® a M¨¦xico en 1920 con solo 24 a?os. Prob¨® fortuna en el pa¨ªs trabajando con ganado, algo que conoc¨ªa bien por cuidar vacas desde peque?o y termin¨® echando ra¨ªces a 10.000 kil¨®metros de Abionzo, su pueblo. Tras 15 a?os, ya casado y con un hijo, Pac¨ªfico decidi¨® regresar a Espa?a con la mala suerte de llegar unos meses antes de que comenzase la Guerra Civil, en 1936. Despu¨¦s de varios a?os de penurias, la familia decidi¨® volver a emigrar y regres¨® de nuevo a M¨¦xico en 1939. Nunca m¨¢s pisaron Espa?a. Ahora, m¨¢s de un siglo desp...
Pac¨ªfico Fern¨¢ndez, un c¨¢ntabro no muy alto, casta?o y cat¨®lico, lleg¨® a M¨¦xico en 1920 con solo 24 a?os. Prob¨® fortuna en el pa¨ªs trabajando con ganado, algo que conoc¨ªa bien por cuidar vacas desde peque?o y termin¨® echando ra¨ªces a 10.000 kil¨®metros de Abionzo, su pueblo. Tras 15 a?os, ya casado y con un hijo, Pac¨ªfico decidi¨® regresar a Espa?a con la mala suerte de llegar unos meses antes de que comenzase la Guerra Civil, en 1936. Despu¨¦s de varios a?os de penurias, la familia decidi¨® volver a emigrar y regres¨® de nuevo a M¨¦xico en 1939. Nunca m¨¢s pisaron Espa?a. Ahora, m¨¢s de un siglo despu¨¦s, su bisnieto, Daniel Melchor Fern¨¢ndez aspira a lograr el pasaporte espa?ol gracias a la llamada ley de nietos. ¡°Me enter¨¦ por un anuncio que vi en TikTok del Gobierno espa?ol¡±, dice sonriente en su casa de Ciudad de M¨¦xico. ¡°Las historias de la migraci¨®n son impresionantes¡±, dice Melchor, que imagina a su antepasado como un joven que lleg¨® ¡°desesperado y solo¡± a un lugar totalmente desconocido.
Este periodista de 32 a?os cuenta que en 2012 fue su madre la que obtuvo la nacionalidad espa?ola gracias a su pasado familiar, pero ¨¦l y sus hermanos no pudieron solicitarla porque eran mayores de 18 a?os y la ley les exclu¨ªa. Pero con la ley de Memoria Democr¨¢tica, aprobada en octubre, Melchor ya puede hacerlo y decenas de miles de personas que, como ¨¦l, se quedaron fuera con la ley anterior est¨¢n ya solicitando su pasaporte espa?ol. ¡°En realidad la nacionalidad es algo muy fortuito. Creo que mi vida hubiera sido completamente distinta si hubiera hecho esto en 2012. Probablemente, vivir¨ªa en Espa?a porque quer¨ªa estudiar Literatura all¨¢, pero ahora ya tengo mi vida aqu¨ª¡±, reflexiona Melchor, reci¨¦n llegado de Barcelona, donde acaba de terminar un m¨¢ster.
La ley de Memoria Democr¨¢tica incluye en su disposici¨®n adicional octava la posibilidad de optar a la nacionalidad espa?ola en un plazo de dos a?os. Est¨¢ pensada para los hijos y nietos de exiliados pol¨ªticos, pero tambi¨¦n para los descendientes de aquellos espa?oles que dejaron el pa¨ªs entre 1936 y 1955, los a?os m¨¢s duros de la guerra y la dictadura franquista, independientemente de los motivos. La nueva norma se refiere adem¨¢s a los hijos nacidos en el exterior de madres que perdieron su pasaporte espa?ol al casarse con un extranjero. El texto rescata, por ¨²ltimo, casos como los de Melchor, los de aquellos hijos mayores de edad que, aunque sus padres optaron a la nacionalidad espa?ola con la anterior ley de Memoria Hist¨®rica, ellos no pudieron hacerlo por ser mayores de 18 a?os.
Los solicitantes, la inmensa mayor¨ªa en el extranjero, se cuentan ya por decenas de miles. El Ministerio de Exteriores no ha aportado datos de las peticiones recibidas, pero el volumen de trabajo de algunos consulados da una idea del impacto de la ley. Especialmente en Argentina, el pa¨ªs con mayor cantidad de espa?oles residentes en el exterior, cerca de 340.000 personas, una poblaci¨®n equivalente a la ciudad de Bilbao. ¡°Estamos trabajando bajo una intensa presi¨®n¡±, afirma el c¨®nsul general espa?ol en Buenos Aires, Fernando Garc¨ªa Casas. Por el consulado pasan diariamente entre 1.500 y 2.000 personas desde el pasado octubre y se han recibido 42.000 solicitudes. De ellas, 1.500 ya han sido concedidas y registradas. En Ciudad de M¨¦xico, las cifras son bastante inferiores: 3.600 peticiones, de las que 1.854 ya han sido aprobadas e inscritas en el registro consular.
Las previsiones de cu¨¢nta gente optar¨¢ por esta v¨ªa son variables e imprecisas. Fuentes del Ministerio de Presidencia, que lider¨® la elaboraci¨®n de la norma, calculan que ser¨¢n hasta 350.000. Pero otras fuentes familiarizadas con estos procesos, rebajan la cifra a las 100.000. En cualquier caso, la ley no prev¨¦ gastos ni personal adicional para gestionar el tr¨¢mite de la nacionalidad, por lo que antes o despu¨¦s, la estructura de consulados y, sobre todo, la de registros civiles, que ya trabajan al l¨ªmite, se resentir¨¢.
¡°Quiero recuperar la nacionalidad espa?ola por una cuesti¨®n identitaria¡±, afirma Pilar Moura, una abogada argentina de 29 a?os. ¡°Mi abuela y mi bisabuelo nunca hablaron de la guerra y de lo que hab¨ªan pasado porque les generaba mucha angustia y dolor. Pero las cicatrices se ve¨ªan igual. Mi abuela vivi¨® toda su vida pensando en Estivella, su pueblo, en Valencia. Ten¨ªa esos platitos azules t¨ªpicos por todos lados, fotos en las paredes, la manera en la que cocinaba...¡±, recuerda en un caf¨¦ de la Plaza de Mayo de Buenos Aires.
La abuela de Moura lleg¨® en barco a Argentina cuando ten¨ªa ocho a?os. Su padre, militar republicano, se exili¨® junto a su esposa y sus seis hijos en 1939, tras ser derrotados por Franco.
Pol¨¦mica en la aplicaci¨®n
La aplicaci¨®n de esta ley ha estado salpicada de cierta pol¨¦mica y de confusi¨®n en su interpretaci¨®n. Tal y como est¨¢ redactado, el primer p¨¢rrafo de la disposici¨®n adicional parece referirse ¨²nicamente a los descendientes de exiliados por razones pol¨ªticas, ideol¨®gicas o religiosas. La redacci¨®n de la norma no se corrigi¨®, pero una instrucci¨®n posterior de la Direcci¨®n General de Seguridad Jur¨ªdica la interpret¨® y ampli¨® su aplicaci¨®n. Seg¨²n fuentes del Ministerio de Justicia, la instrucci¨®n interpreta la intenci¨®n del legislador, que fue siempre la de ampliar los supuestos con los que optar a la nacionalidad y no limitarlos, por lo que deb¨ªa contemplar a los descendientes de espa?oles de origen, sin importar los motivos de su salida de Espa?a. El texto gener¨® confusi¨®n en abogados, registros civiles y solicitantes. Y una entidad franquista, la Asociaci¨®n por la Reconciliaci¨®n y la Verdad Hist¨®rica, ha llevado la instrucci¨®n a los tribunales.
Ariel Fraga Ram¨ªrez, un abogado que asesora en este proceso, reclama una aplicaci¨®n uniforme de la ley y la instrucci¨®n en los consulados espa?oles. ¡°Se est¨¢n aplicando criterios diferentes a un mismo supuesto seg¨²n el consulado donde presentes el expediente¡±, explica. ¡°Y el problema dentro de Espa?a no es menos complejo. En los registros civiles tambi¨¦n se est¨¢n siguiendo criterios completamente contrarios a la instrucci¨®n, especialmente con el supuesto de los nietos y nietas. En Barcelona capital, por ejemplo, no se acepta o se est¨¢ poniendo dificultades a los nietos y se les requiere que acrediten el exilio, cuando no lo han presentado por ese supuesto¡±.
Ignacio Nani D¨ªaz, inform¨¢tico y padre de dos hijos, aspira a obtener la nacionalidad de su abuelo Casimiro, nacido en el pueblo asturiano de Lue. Este argentino conserva a¨²n los dos grandes ba¨²les con los que se embarc¨® Casimiro cuando era un adolescente de 17 a?os. Alentado por sus padres, abandon¨® Lue en busca de un futuro mejor del que ofrec¨ªa una Europa en 1916, en plena Guerra Mundial. Ya en Argentina, despu¨¦s de varios empleos, logr¨® ahorrar para abrir un peque?o almac¨¦n que conserv¨® durante gran parte de su vida.
El inform¨¢tico est¨¢ contratado por una empresa espa?ola y le gustar¨ªa tener la opci¨®n de cruzar el Atl¨¢ntico, en direcci¨®n opuesta a la su abuelo, para trabajar unos a?os en Espa?a en caso de obtener la nacionalidad. Asegura que el motivo es tambi¨¦n sentimental, mantener el lazo con el pa¨ªs del que tantas historias escuch¨®. Nani D¨ªaz fue de los primeros en reservar un turno en el consulado. Cuenta que lo hizo cuando la ley a¨²n no estaba aprobada. ¡°Por suerte se aprob¨® y hoy estoy ac¨¢¡±, dice con una sonrisa de oreja a oreja.
El pasaporte espa?ol abre las puertas a que los descendientes de espa?oles puedan tener los mismos derechos que un espa?ol (como votar en las elecciones generales). Aunque la dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica que atraviesan varios pa¨ªses de Latinoam¨¦rica puede motivar la emigraci¨®n de miles de personas, no todos pretenden hacerlo. ¡°Nosotros tenemos la vida ya consolidada ac¨¢ y no nos vamos a ir, pero lo hacemos por nuestros hijos [quienes tambi¨¦n pedir¨¢n su pasaporte], para dej¨¢rselo como herencia, para que en un futuro si quieren tengan la posibilidad¡±, explica Juan Benito, a la espera de su turno en el consulado en Buenos Aires.