Un pasaje de vuelta para los nietos de espa?oles en Am¨¦rica Latina
La Ley de Memoria Democr¨¢tica abre la puerta de la ciudadan¨ªa a miles de descendientes de segunda generaci¨®n de exiliados y migrantes. Tres historias muestran el viaje en busca de las ra¨ªces desde Argentina, M¨¦xico y Venezuela
Migrar puede ser un viaje de ida y vuelta, aunque a veces haya generaciones de por medio. La Ley de Memoria Democr¨¢tica aprobada por el Congreso ampl¨ªa desde octubre pasado el abanico de opciones para lograr la ciudadan¨ªa espa?ola y tiene un enorme impacto en Am¨¦rica Latina. Bautizada como ¡°ley de nietos¡±, la norma abre la puerta de la nacionalidad a un mayor n¨²mero de descendientes de quienes huyeron de la Guerra Civil o se exiliaron durante la dictadura franquista y, m¨¢s en general, a las personas ¡°cuyo padre o madre, abuelo o abuela hubiese sido originariamente espa?ol¡±. Pero m¨¢s all¨¢ de facilitar los tr¨¢mites, el texto ¡ªque da un paso m¨¢s del que ya dio la Ley de Memoria Hist¨®rica de 2007, que conced¨ªa la nacionalidad a los nietos menores de edad de espa?oles¡ª tiene un gran alcance simb¨®lico.
Los interesados deber¨¢n presentar la documentaci¨®n que acredite sus or¨ªgenes antes del 21 de octubre de 2024, salvo que el Gobierno decida prorrogar el plazo. Los consulados ya han empezado a recibir miles de solicitudes. Estas son tres historias que muestran el viaje en busca de las ra¨ªces desde Argentina, M¨¦xico y Venezuela.
Argentina
¡°Mis abuelos dec¨ªan que cavaban y sacaban piedras¡±
Los abuelos maternos de Juan Manuel de Hoz nacieron en Catalu?a y emigraron a Argentina en 1930 huyendo de la pobreza y del hambre. Sus abuelos paternos, de ra¨ªces c¨¢ntabras, regresaron a Espa?a a principios del siglo XX durante tres a?os, pero se dieron cuenta de que les esperaba un mejor porvenir en el continente americano y volvieron. Argentina era entonces una tierra de oportunidades: recibi¨® a m¨¢s de cuatro millones de inmigrantes entre 1880 y 1930. De Hoz, nacido en Argentina, al igual que sus padres, ten¨ªa 22 a?os cuando en 2008 fue al consulado de Buenos Aires a reclamar la nacionalidad espa?ola. Se la denegaron. Para acceder a ella ten¨ªa que ser, en ese momento, menor de 21 a?os. Su hermano menor cumpl¨ªa con el requisito, pero no as¨ª ¨¦l ni su hermano mayor. El sello rojo que le estamparon en la documentaci¨®n presentada se mantuvo durante 14 a?os, en los que no ces¨® de intentar acceder a la ciudadan¨ªa. El cambio lleg¨® con la Ley de Memoria Democr¨¢tica aprobada el pasado octubre. Tres semanas despu¨¦s, De Hoz se convirti¨® en ciudadano espa?ol, uno de los primeros argentinos en conseguirlo con la nueva normativa.
¡°La ley [de Memoria Democr¨¢tica] cierra heridas familiares¡±, asegura De Hoz en un caf¨¦ de Buenos Aires con el papel en la mano que acredita su reci¨¦n adquirida nacionalidad espa?ola. ¡°La quer¨ªa por un sentido de pertenencia, de v¨ªnculos familiares. Mis abuelos maternos eran catalanes, del lado de mi padre ven¨ªan de Cantabria¡±, cuenta este hombre de 36 a?os. Para quienes obtendr¨¢n la nacionalidad de sus abuelos exiliados por razones pol¨ªticas, ideol¨®gicas o de orientaci¨®n sexual ser¨¢ adem¨¢s una reparaci¨®n simb¨®lica a las v¨ªctimas de la Guerra Civil y la posterior dictadura franquista.
Para De Hoz, lo que hab¨ªa nacido como una causa personal se convirti¨® poco a poco en una lucha colectiva. ¡°Empezamos a formar grupos en Facebook, despu¨¦s armamos una p¨¢gina web y empezamos a hacer reuniones informativas¡±, dice quien ejerce de portavoz del Centro de Descendientes de Espa?oles Unidos (Cedeu).
De los 2,6 millones de espa?oles en el exterior, casi una quinta parte vive en Argentina: 473.519, seg¨²n los datos del Padr¨®n de Espa?oles Residentes en el Extranjero (PERE) publicados por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) en enero de 2020. La comunidad espa?ola en Argentina casi duplica a la de Francia y triplica a la de Estados Unidos, los otros pa¨ªses en los que se concentra la di¨¢spora. Cedeu prev¨¦ que cerca de 120.000 personas reclamen la nacionalidad espa?ola en el pa¨ªs sudamericano. El consulado, que ya estaba desbordado antes, prev¨¦ reforzar el personal para hacer frente al aumento de la demanda.
Entre los recuerdos que De Hoz atesora de sus abuelos est¨¢n sus or¨ªgenes humildes. ¡°Me dec¨ªan que cavaban y sacaban piedras. Eran muy pobres¡±, explica. Como tantos inmigrantes, una vez en suelo argentino lograron progresar. Los abuelos maternos abrieron primero una peluquer¨ªa y despu¨¦s una vinagrer¨ªa, negocios que ni los hijos ni los nietos continuaron. Los paternos se fueron a Mendoza, a probar suerte con la agricultura. ?l lamenta que sus padres no llegasen a ver c¨®mo obten¨ªa la nacionalidad espa?ola, la culminaci¨®n de 14 a?os de lucha. ¡°Es tambi¨¦n un tributo a ellos, en especial a mi padre, que falleci¨® en octubre, muy poco antes de que se aprobase la ley¡±.
M¨¦xico
¡°Espa?a es parte de mis ra¨ªces y se siente feo perderlas¡±
M¨¢s de 25.000 espa?oles llegaron durante la Guerra Civil y en los a?os posteriores a M¨¦xico, el gran pa¨ªs del exilio republicano, y muchos se juntaron entre ellos para formar familias. Por eso Jaime Celorio Manjarrez, de 50 a?os, puede contar abuelos, t¨ªos y suegros con ese origen. Pero su padre naci¨® ya en M¨¦xico y solo tuvo la nacionalidad espa?ola mientras fue menor de edad. Hasta que se aprob¨® la ley no consigui¨® recuperarla. Tambi¨¦n la tienen la esposa de Jaime y los hijos, que la consiguieron gracias a ella. Pero no ¨¦l. Se hab¨ªa quedado en una isla administrativa hasta que la reforma actual ampli¨® a todos los nietos de espa?oles esa posibilidad, que ha agarrado al vuelo.
Celorio ya ha puesto en marcha el papeleo que impregnar¨¢ sus documentos de aires asturianos y canarios. ¡°Es una tradici¨®n, porque crecimos escuchando a los abuelos. Mi t¨ªo ha escrito mucho de eso¡±, dice. Se refiere a Gonzalo Celorio, acad¨¦mico, escritor, cr¨ªtico y editor mexicano, una de las tantas personas de origen espa?ol que hicieron una gran carrera en el pueblo que acogi¨® a sus padres. El para¨ªso mexicano donde hicieron descansar sus huesos, si el alma no pudieron, despu¨¦s de una guerra sangrienta y la purga ideol¨®gica.
M¨¦xico les ofreci¨® las oportunidades que le fueron negadas en su tierra de origen. Jaime Celorio ha viajado por 30 pa¨ªses, pero Espa?a es otra cosa para ¨¦l. ¡°El idioma, la comida, la gente, la cultura. A Espa?a llega uno de forma natural y se siente como en casa¡±, afirma. ¡°Hasta por el apellido, all¨ª lo ubican de inmediato¡±. Va muchas veces, tambi¨¦n su padre viaja de tanto en tanto, aunque son m¨¢s mexicanos que el mole. Jaime Celorio fue director financiero para Goldman Sachs y para Merrill Lynch y hoy es empresario, lleva varias firmas, siendo la m¨¢s importante una tequilera con la que exporta el destilado del agave azul por medio planeta. ¡°Espa?a es parte de mis ra¨ªces y, si puedo recuperarlo, pues qu¨¦ bien. Se siente feo perder esa parte¡±.
Venezuela
De un boleto de la Compa?¨ªa Trasatl¨¢ntica a un pasaje a la nacionalidad espa?ola
El 14 de octubre de 1964, Ismael Rodr¨ªguez P¨¦rez se subi¨® al buque Monserrat de la Compa?¨ªa Trasatl¨¢ntica Espa?ola con destino al Puerto de La Guayra ¡ªLa Guaira, en Venezuela¡ª, escrito a m¨¢quina en el documento de viaje con esa y del castellano antiguo. Iba en clase turista y llevaba su certificado de vacunaci¨®n contra la viruela. Han pasado 58 a?os de aquel viaje y 17 de la muerte de Ismael, y ahora ese boleto se apila en una carpeta de recaudos junto con las partidas de nacimiento que tres de sus nietos, m¨¢s o menos con la misma edad que ten¨ªa su abuelo cuando emigr¨®, presentar¨¢n ante el consulado para obtener la nacionalidad espa?ola gracias a la Ley de Memoria Democr¨¢tica.
Ismael ten¨ªa 25 a?os cuando, como muchos espa?oles, se fue de un pa¨ªs atravesado por la miseria de la guerra y la dictadura. Lleg¨® un a?o despu¨¦s de que sus hermanos y sus padres cerraran las puertas de sus casas en las Islas Canarias para empezar una vida en otro lado. En Venezuela se dedicaron a la agricultura y tambi¨¦n vivieron de una panader¨ªa. Pero Eredia Rodr¨ªguez, la hija que Ismael tuvo en Venezuela con una venezolana, nunca logr¨® obtener la nacionalidad espa?ola por problemas en sus papeles de registro. La solicitud la present¨® una t¨ªa y no sus padres, lo que cre¨® un l¨ªo burocr¨¢tico que hizo imposible lograr el tr¨¢mite.
Ese documento que la t¨ªa que present¨® la solicitud guard¨® durante a?os es clave ahora para este nuevo proceso que ha emprendido por sus hijos. De ese viaje, Eredia solo ten¨ªa los recuerdos de lo que le cont¨® alguna vez su padre. ¡°Nos dec¨ªa que el viaje hab¨ªa sido bueno, que hab¨ªa gente muy jovial en el barco. Y, como a ¨¦l le gustaba bailar, pues hab¨ªa bailado¡±, relata. ¡°Mi pap¨¢ dec¨ªa, como dicen todos, que cuando lleg¨® a Venezuela esto parec¨ªa una mina de oro en donde los recibieron con los brazos abiertos, y por eso nunca se enfocaron en tener cosas en Espa?a, porque ac¨¢ ten¨ªan todo¡±.
Les llegar¨¢ la nacionalidad primero a los hijos de Eredia ¡ªpor la ley de nietos¡ª que a ella, que es hija de un espa?ol. Por esa raz¨®n, conf¨ªa en que, alegando que sus abuelos tambi¨¦n migraron a Venezuela un poco antes que su padre, podr¨ªa lograrlo ahora y as¨ª saltarse el entuerto de sus papeles. ¡°Primero voy a hacer lo de los muchachos. Es lo primordial, aunque ellos no se quieren ir. Pero es un derecho que tenemos y por eso vamos a arreglar esos papeles¡±, dice la mujer, de 51 a?os y dedicada al comercio.
El Consulado de Espa?a en Caracas ha recibido casi 500 solicitudes de nacionalidad desde que se aprob¨® la norma el pasado octubre. Ser¨¢n previsiblemente decenas de miles las que tramitar¨¢ en los dos a?os que est¨¦ en vigor la ley. Las primeras resoluciones favorables en Venezuela se firmaron a finales de noviembre y hasta ahora se han concretado unas 60. Y el consulado, como en otros pa¨ªses, ha incrementado el n¨²mero de citas disponibles para atender la demanda.
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