Un algoritmo para resolver decenas de miles de peticiones para ser espa?ol
Espa?a lleva a?os atascada con cientos de miles de expedientes de solicitud de nacionalidad, pero una aplicaci¨®n inform¨¢tica logra procesar en solo tres meses m¨¢s de 79.000 casos
El caso de Wilfredo Heredia se hizo famoso en 2008 porque el hombre, un alba?il boliviano en situaci¨®n irregular en Espa?a, fue expulsado a su pa¨ªs cuando su primer hijo, nacido en Algeciras, apenas ten¨ªa dos meses. La lucha de su mujer Brenda por traerle de vuelta ocup¨® titulares y moviliz¨® abogados, ONG y pol¨ªticos locales. Heredia se perdi¨® casi los tres primeros a?os de su beb¨¦, pero pudo finalmente regresar a su casa. Tuvo dos hijos m¨¢s y todos, incluida su mujer, acabaron adquiriendo la nacionalidad espa?ola. Todos menos ¨¦l. ¡°El ¨²nico extranjero en casa era Wilfredo¡±, bromea ahora ella. Pero tras 17 a?os, desde que vino por primera vez a Espa?a, Heredia, por fin, es espa?ol. Su solicitud de nacionalidad se resolvi¨® a finales de agosto, tras m¨¢s de dos a?os y medio esperando respuesta. ¡°El pasaporte espa?ol me da seguridad, me abre puertas, me da los mismos derechos¡±, celebra. Tras la buena nueva, hay un algoritmo procesando miles de casos como el suyo.
Espa?a padece un problema cr¨®nico para resolver los expedientes de concesi¨®n de nacionalidad. En los ¨²ltimos 12 a?os, m¨¢s de 1,6 millones de extranjeros han solicitado su pasaporte espa?ol, pero la falta de medios humanos y materiales ha ido formando un atasco monumental. La ley determina que la Administraci¨®n tiene un a?o para dar respuesta, pero este plazo se supera con creces a menudo y obliga a los interesados a esperar frustrados durante a?os o a invertir miles de euros en llevar sus casos a los tribunales. En la actualidad, m¨¢s de 300.590 personas siguen esperando un veredicto y a¨²n se est¨¢n estudiando peticiones de 2015.
Espa?a contratar¨¢ en el extranjero a miles de carpinteros, electricistas y alba?iles
En los ¨²ltimos tres meses, sin embargo, el n¨²mero de expedientes tramitados, entre los que se encontraba el de Wilfredo Heredia, se ha disparado. Una nueva aplicaci¨®n inform¨¢tica est¨¢ permitiendo al Ministerio de Justicia verificar de forma autom¨¢tica y a toda velocidad datos y documentos de los expedientes que antes ten¨ªa que comprobar un funcionario. El programa trabaja 24 horas al d¨ªa, los 365 d¨ªas del a?o. No puede conceder o rechazar la nacionalidad, porque esa tarea estar¨¢ siempre en manos de los funcionarios, pero la automatizaci¨®n acelera todo el proceso.
Desde agosto, cuando comenz¨® a ensayarse este sistema, hasta el pasado fin de semana se hab¨ªan procesado con la aplicaci¨®n m¨¢s de 79.111 peticiones de nacionalidad por residencia, seg¨²n datos de Justicia. De ellos, casi 42.000 estaban completos y correctos y aguardan la firma de la concesi¨®n. La cifra es extraordinariamente alta para un periodo tan corto. Si se pudiese aplicar este ritmo al total de los expedientes, se procesar¨ªan en un a?o 316.000 casos, un r¨¦cord nunca visto que despejar¨ªa el embotellamiento. El ritmo anual de resoluciones, positivas y negativas, ha variado mucho a lo largo de los a?os, desde las 28.000 de 2017 a las casi 297.000 de 2013. Las nacionalidades de origen que m¨¢s adquieren el pasaporte espa?ol son las de procedentes de Marruecos, Colombia y Ecuador.
La nacionalidad es imprescindible para votar en las elecciones generales, opositar, ocupar puestos en la funci¨®n p¨²blica, adem¨¢s de facilitar la estancia en Espa?a sin depender de la trabajosa maquinaria de Extranjer¨ªa. Da, en definitiva, los mismos derechos que tiene un espa?ol de origen. Fabiana Loureiro, nacida en Uruguay hace 35 a?os, lleg¨® con sus padres a Espa?a cuando solo ten¨ªa 17. Solicit¨® la nacionalidad el a?o pasado, sobre todo, para poder votar. ¡°La verdad es que fue eso lo que realmente me motiv¨®. Vivo aqu¨ª desde los 17 a?os, estudi¨¦ aqu¨ª, me compr¨¦ una casa, cotizo, pago impuestos¡ No poder votar es renunciar a un derecho fundamental que debo tener¡±, explica en Gran Canaria. Su expediente es otro de los resueltos tras la puesta en marcha de la aplicaci¨®n.
Hay tambi¨¦n unos cuantos personajes ilustres que han conseguido la nacionalidad coincidiendo con la puesta en marcha de la aplicaci¨®n, aunque no necesariamente se hayan tramitado con ella. Entre el torrente de concesiones sali¨® la del futbolista brasile?o Vinicius, que llevaba dos a?os esperando, para disgusto de Florentino P¨¦rez. Durante el ¨²ltimo a?o, el Real Madrid ansiaba que su jugador estrella obtuviese la nacionalidad ante el cierre del mercado de fichajes, pero su expediente segu¨ªa sepultado en la monta?a de casos retrasados. Tras Vinicus, han salido los pasaportes de otros dos brasile?os del Real Madrid, ?der Milit?o y Rodrygo Goes.
En el ministerio se refieren coloquialmente a la aplicaci¨®n como ¡°la m¨¢quina¡± o ¡°el robot¡± y aseguran que ha ahorrado al personal m¨¢s de 157.000 horas de trabajo. No se trata, aclaran desde el ministerio, de sustituir trabajadores, sino de que los 34 funcionarios, cuatro consejeros t¨¦cnicos y nueve calificadores del ?rea de Nacionalidad se dediquen a otras tareas que requiere el estudio de cada expediente y que no pueden delegarse en una aplicaci¨®n. El robot no aprende solo, pero evoluciona a nuevas versiones con las indicaciones que le dan los funcionarios.
La inmensa mayor¨ªa de los aspirantes a conseguir el pasaporte espa?ol son personas que, a excepci¨®n de algunas nacionalidades, deben esperar a cumplir diez a?os de residencia legal en Espa?a y a quienes se les exige integraci¨®n, una prueba de idioma y otra de cultura general que no superar¨ªa cualquier espa?ol. El plazo es de dos a?os para ciudadanos de pa¨ªses iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal. Tambi¨¦n para los sefard¨ªes. Los refugiados, sea del pa¨ªs que sean, pueden solicitarla tras cinco a?os. Los hijos de padres extranjeros aun nacidos en Espa?a no son considerados espa?oles y solo pueden optar a la nacionalidad cuando cumplen un a?o.
En la pr¨¢ctica cuesta algo m¨¢s. Abderraham Maoas, un marroqu¨ª de 52 a?os y padre de tres hijos, se ha pasado a?os esperando lo que ¨¦l cree que garantiza su futuro: el pasaporte espa?ol. El mayor, Adam, nacido en Espa?a hace 12 a?os, estuvo de 2014 a 2021 esperando la concesi¨®n, asegura su padre. Los otros dos, Karam y Manal, de ocho y cuatro a?os, llevaban ya dos a?os aguardando hasta que se puso en marcha la m¨¢quina. Su padre duerme desde agosto m¨¢s tranquilo: ¡°Quer¨ªa que tuviesen claro que tienen un futuro. Que tengan la motivaci¨®n de estudiar porque podr¨¢n ser lo que quieran, como cualquier otro ni?o¡±. El tr¨¢mite de los ni?os, de todas formas, a¨²n no est¨¢ completo, y tienen que jurar la nacionalidad en un Registro Civil porque no pueden permitirse pagar a un notario. Esta ser¨¢ otra batalla. ¡°?Qu¨¦ pasa con las juras?¡±, se pregunta Maoas para responderse solo: ¡°No hay citas¡±.
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