Marcados, apedreados: el relato del movimiento que call¨® a ETA

¡°Manuel Huertas, mi marido, era progresista, pol¨ªtico, del PSOE. Eso lo convert¨ªa en candidato a la persecuci¨®n, al secuestro, al asesinato¡±, explica Beatriz Elorza. ¡°En el buz¨®n de casa nos dejaron tres esquelas con el nombre y la foto de nuestros hijos. Yo era maestra en una escuela p¨²blica y cada d¨ªa, a las ocho de la ma?ana, bajaba las escaleras temblando porque sab¨ªa que me iba a encontrar pintadas. Una vez, al salir, vi a uno de mis vecinos, Peio, y a su hija, con un cubo y una fregona limpiando una pintada contra nosotros. Quer¨ªan evitar que la vi¨¦ramos. Ese acto tan poco frecuente y tan valiente nos dio a todos fuerzas para continuar¡±.

La actitud de ese vecino define la naturaleza de Gesto por la Paz, movimiento nacido en 1985 en Euskadi para posicionarse contra la violencia en los a?os de sangre en las aceras y miedo e indiferencia en demasiadas casas. Cada vez que ETA secuestraba o mataba ¡ª37 muertos en 1985; 45 en 1986; 53 en 1987...¡ª se concentraban en silencio porque aspiraban a eso, a convertirse en un¨¢nimes, y el silencio solo es posible cuando todos callan. Quer¨ªan demostrar que las v¨ªctimas no estaban solas, que los terroristas no pod¨ªan hablar en su nombre. Al principio eran muy pocos, pero con el paso del tiempo, determinaci¨®n y perseverancia, como explica el periodista de EL PA?S Luis Rodr¨ªguez Aizpeolea, amenazado por la banda, ¡°le fueron quitando la calle al mundo de ETA, que entonces ten¨ªa much¨ªsima influencia¡±.

Un emocionante documental, Gesto, ?qu¨¦ ocurre cuando la ciudadan¨ªa se enfrenta a la violencia?, dirigido por Xuban Intxausti y exhibido este jueves en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, recuerda el recorrido de la organizaci¨®n, es decir, su crecimiento exponencial y providencial para el fin de ETA. Al principio ¡°era como salir desnudo a la calle. Esa era la sensaci¨®n¡±, resume Maite Leanizbarrutia. ¡°Entonces¡±, a?ade Isabel Urkijo, ¡°nadie se posicionaba contra la violencia y hacerlo en tu entorno supon¨ªa quedar marcado para siempre¡±. El apoyo a la banda terrorista era sorprendente, abrumador. ¡°Yo recuerdo a gente gritando ¡®ETA, el pueblo est¨¢ contigo¡±, afirma el periodista Luis Rodr¨ªguez Aizpeolea. Gesto por la Paz organizaba sus acciones de protesta silenciosa y el entorno abertzale montaba contramanifestaciones o les hac¨ªan fotos que luego pon¨ªan en carteles que pegaban por las calles para se?alar al enemigo. ¡°Hab¨ªa padres e hijos detr¨¢s de pancartas diferentes¡±, recuerda Patxi Elola, miembro del movimiento. ¡°A veces era un familiar, un amigo, un vecino, el que te insultaba [por concentrarse en contra de la violencia]¡±. Tambi¨¦n la Ertaintza les pidi¨® que dejaran de manifestarse. Les lanzaron tornillos, huevos, piedras.... ¡°Hicieron todo lo que pudieron para hacernos desaparecer¡±, a?ade Isabel Urkijo. Pero no lo consiguieron. Fue ETA la que desapareci¨® casi 30 a?os despu¨¦s.

¡°En el origen¡±, relata Aizpeolea, Gesto por la Paz ¡°ten¨ªa mucho que ver con movimientos cristianos y j¨®venes universitarios¡­ Su base era muy amplia, plural y moderna, porque el concepto era la defensa de los derechos humanos y los principios democr¨¢ticos, por encima de las ideolog¨ªas. El enemigo no era el nacionalismo, sino el terrorismo¡±.

Entre aquellos j¨®venes estaba Edorta Mart¨ªnez. En 1996, cuando a¨²n no hab¨ªa cumplido los 18, acudi¨® a una concentraci¨®n frente a la empresa de Jos¨¦ Mar¨ªa Aldaya, empresario secuestrado por ETA. ¡°Nos apuntamos un poco para perdernos las clases, pero entonces salieron sus hijos. Nunca olvidar¨¦ esa mirada, c¨®mo nos agradecieron que estuvi¨¦ramos all¨ª. Al d¨ªa siguiente, en unas actividades extraescolares, me insultaron. Pero mi conciencia hab¨ªa despertado al conocer a personas que estaban sufriendo y eso pes¨® mucho m¨¢s que cualquier amenaza o insulto¡±, revela en el documental. Entre los cat¨®licos, estaba Javier Alcalde, que entonces hac¨ªa un programa de radio con C¨¢ritas llamado ¡°Los que no importan¡±. Escuchando a Cristina Cuesta, v¨ªctima de ETA, se dieron cuenta de que en aquellos a?os y en aquella sociedad enferma, no solo los pobres eran marginados, ¡°los que no importan¡± inclu¨ªa entonces a los asesinados por el terrorismo y a sus familias. La periodista Lourdes P¨¦rez ha recordado en un coloquio posterior a la proyecci¨®n del documental una cita del escritor alem¨¢n Kurt Tucholsky, que avis¨® del peligro del nazismo: ¡°Un pueblo no es solo lo que hace, tambi¨¦n lo que tolera¡±.

Aizpeolea explica que uno de los factores de esa indiferencia social era el miedo, pero no era el ¨²nico. ¡°Mientras ETA mataba, hab¨ªa una guerra sucia, las fuerzas de seguridad no estaban plenamente adaptadas a la democracia y todo eso gener¨® mucha confusi¨®n, por eso creo que la reacci¨®n fue tan tard¨ªa¡±. El periodista vasco Jos¨¦ Antonio Zarzalejos ha explicado en el coloquio que ¨¦l mismo entiende lo que supon¨ªa Gesto por la Paz ¡°mejor¡± ahora que en su momento. ¡°Eran el hero¨ªsmo diario, cotidiano y multiplicado persona a persona result¨® fundamental¡±, ha dicho.

Gesto por la Paz tom¨® una decisi¨®n trascendental: sus concentraciones de protesta se har¨ªan por v¨ªctimas de cualquier violencia pol¨ªtica, independientemente de qui¨¦nes fueran los agresores. Es decir, guardaron ese comprometido silencio por los secuestrados y asesinados por ETA y tambi¨¦n por los asesinados por los GAL, llegando a manifestarse con una pancarta que dec¨ªa: ¡°Si la democracia mata, la democracia muere¡±. Esa coherencia tambi¨¦n ampli¨® su grupo de enemigos a los ultras. El colectivo hizo, adem¨¢s, campa?a en 1996 a favor del acercamiento de presos.

El Premio Pr¨ªncipe de Asturias de la Concordia en 1993 contribuy¨® a extender su mensaje, el de que todos eran, de una manera u otra, v¨ªctimas de la violencia; y los grandes secuestros de ETA multiplicaron la participaci¨®n ciudadana en las movilizaciones. A todos le lleg¨®, explican, una v¨ªctima que les hizo decir basta ya. Eso significa que todos tuvieron que plantearse, en alg¨²n momento, d¨®nde estaban, qu¨¦ (no) hab¨ªan hecho cuando hab¨ªan matado a las dem¨¢s.

Aizpeolea, al que Mariano Rajoy llam¨® un d¨ªa, siendo ministro del Interior, para avisarle de que el comando Madrid ten¨ªa su direcci¨®n, recuerda las primeras protestas, como una manifestaci¨®n con apenas 200 personas contra el asesinato en 1978 del periodista Jos¨¦ Mar¨ªa Portell, y el gran logro de Gesto por la Paz: ¡°la constancia, la permanencia¡±. ¡°Se suele hablar, en el final de ETA, del trabajo de las fuerzas de seguridad y de los jueces, pero la movilizaci¨®n social tambi¨¦n fue decisiva porque ETA y los abertzales se dieron cuenta de que la gente ya no estaba con ellos¡±, explica. Gesto por la Paz convoc¨® su ¨²ltima manifestaci¨®n el 11 de febrero de 2012. El lema, esta vez, fue: ¡°El futuro es nuestro¡±.