Solo el futuro electoral puede unir al Gobierno
PSOE y Unidas Podemos asumen que persistir en el enfrentamiento aumentar¨ªa la desmovilizaci¨®n de la izquierda que ya detectan los estudios de opini¨®n. Los socios mantienen el choque en la reforma de la ¡®ley mordaza¡¯, pero hay un acercamiento en la de vivienda
Un presente roto y bronco, un pasado inmediato jalonado de encontronazos virulentos y pocas semanas para hilvanar, que no zurcir ni coser, la rasgada tela que envuelve al Gobierno de coalici¨®n progresista. Solo la motivaci¨®n de no avanzar hacia el precipicio en las elecciones municipales y auton¨®micas del 28 de mayo, con quebranto de los gobernantes territoriales, ha provocado en las ¨²ltimas horas gestos de autocontenci¨®n en el PSOE y en Unidas Podemos. Esa actitud pretenden mantenerla ambos hasta las elecciones generales de finales de a?o, o eso al menos espera el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, si es que todos comparten que, por encima de discrepancias, por muy profundas que sean, el objetivo es gobernar. ¡°Unirnos por el futuro¡±, es la expresi¨®n que sintetiza la previsi¨®n esperanzada ¨Dno garantizada¨D de los interlocutores socialistas.
Nunca se llega al punto de no retorno en el enfrentamiento pol¨ªtico. Si as¨ª fuera, el PSOE y Unidas Podemos habr¨ªan roto el Gobierno de coalici¨®n despu¨¦s de que los segundos votaran en contra de la reforma de la ley del solo s¨ª es s¨ª y acompa?aron su no con diatribas contra los socialistas por su propensi¨®n a unirse a la derecha. El PP, Ciudadanos y partidos minoritarios apoyaron la proposici¨®n de ley, que cont¨® con la abstenci¨®n de Vox una vez sabido que iba a prosperar.
Cada descalificaci¨®n en la tribuna de Podemos al PSOE lograba abrir m¨¢s y m¨¢s la brecha que les separa. Los socialistas cre¨ªan ver que surg¨ªa con fuerza el ¡°anti-PSOE¡± que tanto enconamiento produjo en la primera etapa de Podemos, con Pablo Iglesias al frente y el PP a¨²n en el Gobierno. Ahora se recuerdan esas intervenciones en las que Podemos, adem¨¢s de hacer oposici¨®n al PP, se reservaba dosis de cr¨ªtica al primer partido de la oposici¨®n, el PSOE. La repetici¨®n de las elecciones en 2019 ante la incapacidad de llegar a un acuerdo de Gobierno enmarc¨® la divisi¨®n furibunda entre el PSOE y la nueva izquierda.
¡°No hay acuerdo porque Podemos no quiere¡±. Esta m¨¢xima la repiten los socialistas en p¨²blico y privado. Del otro lado, se apela a los principios y a la insuficiencia y tibieza del PSOE para implantar leyes que Podemos cree que el pa¨ªs necesita. La defensa de Podemos y, singularmente, de la ministra de Igualdad, Irene Montero, de no modificar las causas para subir las penas de la ley del s¨ª es s¨ª, a pesar de acumular cientos de rebajas de pena a agresores sexuales, constituye un caso aparte. El presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, orden¨® la reforma de la ley pasara lo que pasara, incluida la posibilidad de que los ministros de Unidas Podemos abandonaran el Gobierno. Esa hip¨®tesis era remota, pero, si hubiera ocurrido, el Gobierno de S¨¢nchez habr¨ªa seguido adelante hasta el final de la legislatura. El PP ya es consciente de que debe enterrar su esperanza de que esta crisis provocara un adelanto electoral. Los socios externos del Gobierno se han esforzado con intensidad en aliviar la tensi¨®n en los dos partidos de la coalici¨®n. Han intercedido, han intermediado, pero la profundidad de la inquina pol¨ªtica ha hecho in¨²til el intento de estas fuerzas de paz.
A la tensi¨®n del bloque del PSOE con el de Podemos hay que a?adir el elemento perturbador que supone la inc¨®moda situaci¨®n de la vicepresidenta segunda, Yolanda D¨ªaz. Todo Unidas Podemos vot¨® contra el PSOE en la reforma de la ley de libertad sexual. No hubo divisi¨®n de voto en ese grupo parlamentario, pero la armon¨ªa est¨¢ muy lejos dentro de las filas a la izquierda del PSOE. La relaci¨®n de Yolanda D¨ªaz con Podemos se desenvuelve en la m¨¢s alta tensi¨®n. La vicepresidenta defiende postulados en las diferentes leyes controvertidas claramente m¨¢s cercanos a Podemos que al PSOE, pero su forma de hacer es la negociaci¨®n sin l¨ªmites. Es decir, no son los contenidos los que la separan del partido que lidera Ione Belarra, sino la f¨®rmula, el instrumento, y la autonom¨ªa que quiere para Sumar, su proyecto. Ese es otro cap¨ªtulo.
Vuelta a la tensi¨®n esta semana con sendos proyectos legislativos: la reforma de la ley de seguridad ciudadana, conocida como ley mordaza, y la de vivienda. La primera llegar¨¢ a comisi¨®n el martes y hasta hace unas horas la previsi¨®n era la de que ¡°se ir¨¢ a pique: si no en la comisi¨®n, en el pleno¡±, dada la hondura de las diferencias, se?alan interlocutores de la negociaci¨®n con el PSOE. Muchas posibilidades de acuerdo, sin embargo, existen en la ley de vivienda, como ya los hubo para llegar a un acuerdo sobre las pensiones, con el visto bueno inicial de Bruselas. El Gobierno y los sindicatos vuelven a alcanzar un pacto que la CEOE rechaza de plano.
Los pactos sobre asuntos que marquen la diferencia con la derecha son la argamasa que el presidente del Gobierno quiere utilizar para salvar la continuidad del Gobierno de coalici¨®n. Unidas Podemos asegura que no quiere romper, pero tampoco ceder ante lo que considere que contradice sus posiciones. La consecuencia de romper o, sin llegar a ese extremo, darse la espalda en las pr¨®ximas leyes ser¨ªa el aumento de la desmovilizaci¨®n que los estudios de opini¨®n detectan en el electorado de la izquierda. Pedir el voto para que se repita un Gobierno progresista, pero entre tanto mantener el desacuerdo en todo, y que se sepa: este contrasentido, que exponen con iron¨ªa interlocutores socialistas, sirve de antesala para aseverar que a ninguno le deber¨ªa interesar la ruptura. Unidos por el futuro, concluyen.
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