La moci¨®n de Tamames confronta la suma de S¨¢nchez y Yolanda D¨ªaz con la del PP y Vox
El presidente y la vicepresidenta aprovechan sus largas intervenciones para situar al bloque de la derecha en el pasado y los recortes, frente a la vigencia de su coalici¨®n de futuro
El largo y extra?o debate de la sexta moci¨®n de censura de esta etapa democr¨¢tica, la segunda de Vox en esta legislatura, ha confrontado dos modelos y dos objetivos pol¨ªticos. Por un lado, el proyecto rebosante de cr¨ªticas catastrofistas al Gobierno actual de la formaci¨®n ultra y su candidato independiente, Ram¨®n Tamames, que el PP no quiere descalificar estrat¨¦gicamente y se limita a obviar con la ausencia en el Congreso de su l¨ªder, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, y con el anuncio de su abstenci¨®n este mi¨¦rcoles en la votaci¨®n. Por otro, el de la coalici¨®n pol¨ªtica y de intereses de futuro entre el PSOE de Pedro S¨¢nchez y la marca que patrocina la vicepresidenta Yolanda D¨ªaz, que aprovech¨® para publicitar el n¨²cleo del programa de Sumar en las Cortes antes de su presentaci¨®n p¨²blica.
Tamames, agotado de palabras y ¡°lecciones de las cosas¡±, hasta reconoci¨® que no hab¨ªa querido hacer un discurso alternativo y constructivo en la moci¨®n. Lo llam¨® ¡°ponencia¡±. Santiago Abascal, el presidente del grupo proponente de la moci¨®n de censura de Vox, encabezada por el casi nonagenario Ram¨®n Tamames, intent¨® por el tono y la longitud de su alegato contra S¨¢nchez que el debate se ci?era a un cara a cara; present¨¢ndose a s¨ª mismo como l¨ªder de la oposici¨®n, ese cargo que ostenta formalmente pero fuera del Parlamento el popular Alberto N¨²?ez Feij¨®o. El l¨ªder del PP no es diputado, no quiso acudir al Congreso ni como invitado, y se busc¨® para su agenda paralela una cita con embajadores de la UE en la legaci¨®n sueca.
Feij¨®o y el PP se toman a broma este nuevo intento de Abascal y Vox de ningunearlos, a la espera de lo que pueda o tenga que suceder con futuros e inevitables pactos poselectorales tras las urnas locales del 28 de mayo o las generales de diciembre. Abascal le reproch¨® m¨¢s tarde en otro momento del debate a S¨¢nchez que recurriese de entrada a un implacable ataque contra Vox para defenderse del chaparr¨®n que le pudiese caer por parte de su formaci¨®n, pero fue en gran parte lo que ¨¦l hizo con el PP de Feij¨®o.
Abascal enumer¨® las descalificaciones que ha escuchado y le¨ªdo estos d¨ªas contra la moci¨®n, ¡°disparate, circo, chiringuito, juego exc¨¦ntrico, ¨®pera bufa, esperpento, pasacalles, tertulia televisada¡¡±, para formular su en¨¦sima arremetida contra casi todos los medios de comunicaci¨®n, a los que acus¨® de estar ¡°comprados¡± y con los titulares y enfoques ya escritos. Y tambi¨¦n para justificar la utilizaci¨®n de ese instrumento para acabar con el Gobierno de S¨¢nchez y para evidenciar su mala opini¨®n sobre el estilo de oposici¨®n de Feij¨®o.
Esa m¨¢xima y todo el discurso ¡°destructivo¡± de la moci¨®n deconstructiva de Abascal le sirvi¨® a S¨¢nchez para presentar al l¨ªder de Vox como ¡°telonero escondido¡± de un ¡°candidato de circunstancias¡± en ¡°una moci¨®n estramb¨®tica¡±. S¨¢nchez lo que s¨ª hizo fue resumir varias veces ¡°el ¨²nico objetivo o conclusi¨®n l¨®gica¡± de la moci¨®n del bloque de la derecha: ¡°Interrumpir la acci¨®n de este Gobierno leg¨ªtimo que emana de las urnas¡±. El jefe del Ejecutivo desgran¨® en extenso ah¨ª, por contraposici¨®n, todo lo hecho en esta legislatura y lo que no se habr¨ªa podido aplicar si hubiese triunfado la anterior moci¨®n de Vox que el PP de Pablo Casado rechaz¨® o lo que pasar¨ªa si prosperase ahora la de Abascal con Feij¨®o, al que etiquet¨® como su ¡°socio de abstenci¨®n¡±.
S¨¢nchez, en su primera respuesta y luego en otras r¨¦plicas, lo que s¨ª contrast¨® fue ese ¡°proyecto destructivo de pasado, de hace 10 a?os¡± en el caso del PP, ¡°o de medio siglo¡±, como cifr¨® el retroceso que significar¨ªa aceptar los postulados ahora de Vox, con ¡°el Gobierno leg¨ªtimo¡± vigente y sus 200 iniciativas parlamentarias impulsadas. Y alert¨® ¡°al indiferente Feij¨®o¡± de que la abstenci¨®n ahora del PP la tendr¨¢n que pagar ¡°en diferido¡±.
Al aspirante Tamames, que no desarroll¨® un programa alternativo, como le reproch¨® luego la vicepresidenta D¨ªaz, no le gustan nada, sobre todo ¡°el Gobierno Frankenstein¡± con los partidos nacionalistas e independentistas que cuestionan la unidad de Espa?a, la monarqu¨ªa y la bandera. Tampoco le agradan otras cosas, pero las considera m¨¢s accesorias. No aplaudi¨® nada de lo que dijo antes Abascal ni se refiri¨® a Feij¨®o. Tampoco insult¨® ni fue falt¨®n con S¨¢nchez. Apenas tom¨® notas. Admiti¨® que hab¨ªa ido a dar una ponencia, la solt¨® recortada, y luego transmiti¨® ganas de terminar y marcharse.
La vicepresidenta Yolanda D¨ªaz, sin embargo, no demostr¨® ninguna prisa. Habl¨® 64 minutos. Aludi¨® a varios art¨ªculos de la Constituci¨®n para destacar que la coalici¨®n de S¨¢nchez y todos sus ministros (a muchos los cit¨® por su nombre y competencias) se ha volcado por ¡°ensanchar¡± derechos ah¨ª recogidos y relegados, y para reivindicar la relevancia de los movimientos sindicales, vecinales, estudiantiles y feministas de la transici¨®n. D¨ªaz despleg¨® todos los datos y estad¨ªsticas de las mejoras sociales conseguidas en todos los ¨¢mbitos para destacar que el Ejecutivo no merece ninguna censura y tampoco miradas de nostalgia hacia el pasado. Y acab¨® con un aviso al PP de Feij¨®o y con una promesa electoral y de futuro. La advertencia fue as¨ª: ¡°No se sale indemne de la alianza con la ultraderecha¡±. La impulsora de la marca Sumar prometi¨® ¡°m¨¢s derechos, m¨¢s izquierda, un pa¨ªs a favor y adelante¡±.
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