Azul, l¨ªneas en el mar

Recep Tayyip Erdo?an e Isabel D¨ªaz Ayuso arrasan: son los dos grandes triunfadores de las elecciones. Una lectura apresurada de los resultados en Espa?a deja un vuelco claro en el poder territorial. Los populares consiguen mayor¨ªas absolutas en Madrid y La Rioja, y las derechas se hacen con la Comunidad Valenciana, Arag¨®n, Baleares, Extremadura, Cantabria y alcanzan alcald¨ªas tan emblem¨¢ticas como la de Sevilla, s¨ªmbolo hist¨®rico del socialismo. El PSOE reten¨ªa por los pelos ¡ªpero por muy pocos pelos¡ª Castilla-La Mancha poco despu¨¦s de la medianoche del domingo, y poco o nada m¨¢s; a ver qu¨¦ sucede con Barcelona. En t¨¦rminos de poder, en fin, Espa?a azulea de lo lindo tras el 28-M. En t¨¦rminos estrictamente pol¨ªticos hay m¨¢s matices, m¨¢s lecturas, pero ¡°lo importante es saber qui¨¦n manda¡±, dec¨ªa Humpty Dumpty, aquel extra?o personaje de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas.

Pero vayamos a los matices. La figura de Alberto N¨²?ez Feij¨®o sale reforzada: el PP retiene su fuerza en Andaluc¨ªa y Madrid y le suma una marea creciente en la Comunidad Valenciana y Baleares. Ese tri¨¢ngulo de las Bermudas de la corrupci¨®n (Madrid-Valencia-Palma) explica la p¨¦rdida del poder del PP la d¨¦cada pasada, pero si dicen que la memoria econ¨®mica dura 10 a?os, est¨¢ claro que la memoria de la corrupci¨®n es a¨²n m¨¢s breve. El PP, en fin, crece en n¨²mero de votos en las municipales, deglute pr¨¢cticamente por entero el cad¨¢ver a¨²n caliente de Ciudadanos y cuenta con un aliado a su derecha que sale fortalecido, Vox. Hab¨ªa tres partidos en ese espacio; ahora solo hay dos, con lo importante que es ese dato en el sistema electoral espa?ol. Y en 2019 hab¨ªa 8 millones de votos entre PP, Vox y CS: ahora hay 8,8 millones. No llega a ser una ola imponente, pero si se le suma el poder¨ªo regional y auton¨®mico se ve claramente que esa marea sube.

Al otro lado, el PSOE resiste ese golpe muy a duras penas, pero cae en n¨²mero de votos, y adem¨¢s con unos aliados en declive y claramente fragmentados. Pedro S¨¢nchez quiso nacionalizar la campa?a y poner en valor su gesti¨®n; de lo que se habl¨® fue de las listas de Bildu, con ese crescendo trumpista final de los pucherazos, y poco m¨¢s. ¡°Todo el mundo tiene un plan hasta que recibe un pu?etazo en la boca¡±. Esta vez la frase no es de un personaje de Alicia, sino del tremendo boxeador Mike Tyson.

Si el sanchismo era el objetivo de la campa?a en las derechas, est¨¢ claro que el sanchismo no sale de esta con todas las plumas. Aunque sus socios salen peor parados: tanto Esquerra Republicana como, sobre todo, el espacio que queda a la izquierda del PSOE, que a partir de aqu¨ª tiene claros incentivos para aglutinarse y dejar de ser un guirigay; siempre los tuvo, pero ahora es evidente.

A las izquierdas, despu¨¦s del 28-M, les queda agarrarse a un par de clavos ardiendo. Uno de ellos es agrupar a todo el espacio a la izquierda de los socialistas en una sola voz: le toca a Yolanda D¨ªaz demostrar que tiene talento pol¨ªtico donde tantos fracasaron estrepitosamente en el pasado. El segundo clavo es la famosa desmovilizaci¨®n. Parad¨®jicamente, el resultado de estas elecciones puede arrojar un buen n¨²mero de gobiernos regionales y locales en manos de ese matrimonio entre el PP y la ultraderecha. No parece haber mejor catalizador: ah¨ª el examen va a ser para un tal Pedro S¨¢nchez, al que hoy le toca aplaudir los triunfos de Erdogan y D¨ªaz Ayuso, y quiz¨¢ acordarse de 2007, cuando el PP gan¨® las municipales, pero no logr¨® imponerse en las generales. ¡°El m¨¢s fuerte es el que est¨¢ solo¡±: esa es de Ibsen. Pero que vaya con cuidado el presidente del Gobierno, porque me temo que esa frase del genio noruego no vale a la hora de contar votos.

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