El Gobierno y los independentistas tratan de rebajar la tensi¨®n y volver a la negociaci¨®n

Despu¨¦s de la tempestad, las olas empiezan a bajar. La palabra m¨¢s repetida en los comentarios de pasillo en el Congreso, e incluso en las declaraciones p¨²blicas del viernes, al d¨ªa siguiente del momento de mayor tensi¨®n entre el Gobierno y los independentistas en la compleja negociaci¨®n para la investidura de Pedro S¨¢nchez, era ¡°responsabilidad¡±. La ped¨ªa Salvador Illa, l¨ªder del PSC y hombre de confianza de Pedro S¨¢nchez, para gestionar la pol¨ªtica sobre Catalu?a. La reclamaba Yolanda D¨ªaz, vicepresidenta y l¨ªder de Sumar. Ambos, obviamente, se la exig¨ªan a los independentistas, despu¨¦s de que aprobaran en el Parlamento catal¨¢n una resoluci¨®n en la que condicionan la investidura a que el Gobierno se comprometa a ¡°trabajar para crear las condiciones efectivas para la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum¡±.

Pero tambi¨¦n la reclamaba Gabriel Rufi¨¢n, portavoz de ERC, que trataba de ahuyentar el fantasma de la repetici¨®n electoral, que volvi¨® a recorrer el Congreso y al que r¨¢pidamente se apunt¨® el popular Alberto N¨²?ez Feij¨®o, el m¨¢s interesado en una segunda oportunidad. ¡°Yo pedir¨ªa a todo el mundo responsabilidad, calma y discreci¨®n. Hace cuatro a?os as¨ª fue, y creo que es bueno menos comunicados y m¨¢s negociar. Creo que ser¨ªa enormemente irresponsable dar otra bala a la ultraderecha¡±, remat¨® Rufi¨¢n, que ped¨ªa a los otros esa calma. Tambi¨¦n lo hizo el PNV. Incluso Bildu, que exig¨ªa ¡°responsabilidad¡± a todos para evitar una repetici¨®n electoral. ¡°Si tenemos que ir a elecciones, iremos, pero tenemos la obligaci¨®n de evitarlo¡±, resum¨ªa Illa en una entrevista en la Cadena Ser.

Al margen de las declaraciones p¨²blicas, en privado, tanto en los pasillos del Congreso como entre los dirigentes independentistas consultados, se percibe una clara sensaci¨®n: aunque el jueves ¨Dtras la decisi¨®n de ERC y Junts de registrar la resoluci¨®n sobre el refer¨¦ndum y la reacci¨®n del PSOE y el PSC de lanzar un comunicado duro que aclaraba que por ah¨ª no hay espacio de negociar¨D parec¨ªa que se hubieran roto los lazos, todo ello no ha sido m¨¢s que un ¡°incidente¡±. En realidad, no se ha roto nada que impida que la negociaci¨®n siga adelante. Y as¨ª lo califican desde el Ejecutivo, pero tambi¨¦n los independentistas, que quieren reducir la importancia de las consecuencias pr¨¢cticas de una resoluci¨®n que, seg¨²n se?alan, no es muy diferente a otras aprobadas en debates de pol¨ªtica general (y en much¨ªsimas jam¨¢s ejecutadas) anteriormente.

El problema es el momento en el que ha llegado este incidente, que ha hecho que el PSOE y el PSC, que se hab¨ªan mantenido en silencio todas estas semanas para evitar complicar la negociaci¨®n, se vieran forzados a aclarar que por el camino de la amnist¨ªa s¨ª hay espacio, pero por el del refer¨¦ndum, no.

S¨¢nchez, que en el debate de investidura de Feij¨®o no intervino y concedi¨® todo el protagonismo al diputado por Valladolid ?scar Puente, apelar¨¢ de nuevo al di¨¢logo y a la convivencia este s¨¢bado en un mitin en La Rinconada (Sevilla). El objetivo es rebajar la tensi¨®n creciente de los ¨²ltimos d¨ªas con ERC y Junts. Los socialistas creen que ya han dejado muy claros sus l¨ªmites para cerrar cualquier especulaci¨®n de que puedan aceptar un refer¨¦ndum. Y ahora conviene volver a la negociaci¨®n donde estaba, centrada en la amnist¨ªa, y evitar a toda costa una repetici¨®n electoral que en el PSOE creen que perjudicar¨ªa a¨²n m¨¢s a los independentistas que a ellos. Por eso, conf¨ªan en que todo se reconduzca.

Conscientes de la pelea por el liderazgo del independentismo entre ERC y Junts, la llamada el viernes en el PSOE era a la calma y a la prudencia. Lo dec¨ªan muy pendientes del calendario: el domingo se cumplen seis a?os del refer¨¦ndum ilegal secesionista del 1 de octubre de 2017, una fecha muy simb¨®lica para el independentismo. Y que, seg¨²n los pron¨®sticos del PSOE, puede avivar las posiciones de m¨¢ximos de republicanos y los de Carles Puigdemont. Por eso, la prioridad ahora es rebajar el ruido.

La relaci¨®n entre ERC y Junts pasa por un momento delicado. La aprobaci¨®n de las resoluciones sobre la amnist¨ªa y la autodeterminaci¨®n en el Parlament tienen la evidente lectura en clave nacional de maniobra de tensi¨®n del pacto con los socialistas, pero no se puede dejar de lado la gran conclusi¨®n del debate de pol¨ªtica general: la herida de la ruptura del Govern a¨²n supura y que la nueva realidad aritm¨¦tica del Congreso, en la que ERC ya no es el socio exclusivo, solo ha servido para alimentar la rivalidad de dos formaciones que ya piensan en los comicios catalanes de 2025.

¡°El p¨¢nico de ERC es quedar fuera de juego en las negociaciones¡±, cree una voz autorizada de Junts que conoce muy de cerca a los liderados por Oriol Junqueras. Los republicanos pasan por un momento complicado de digerir: ni sus cuotas m¨¢s altas de poder institucional en la historia les han servido para poder mantener el liderazgo pol¨ªtico en Catalu?a y siguen sin recomponerse de dos derrotas electorales. Tras la salida de Junts del Ejecutivo, el a?o pasado, los republicanos viven a merced del apoyo del PSC ¡ªque lidera las encuestas electorales¡ª y los comunes. ERC perdi¨® el 64% de los puntos que someti¨® a votaci¨®n en el debate.

Y para m¨¢s inri, en las filas republicanas ven c¨®mo cala cierto discurso emitido desde Junts que minimiza el logro de los indultos, la derogaci¨®n de la sedici¨®n y los otros cambios en el C¨®digo Penal. Sin esos pasos, no se cansan de repetir los dirigentes de ERC, no se podr¨ªa ahora hablar de amnist¨ªa y se refugian en la idea de que es el que abre paso en los terrenos ind¨®mitos el que se lleva peores heridas. Pero la sombra de Puigdemont es muy larga y da una p¨¢tina de m¨¢s exigencia a la negociaci¨®n.

Votaci¨®n de las mociones

En Catalu?a, la votaci¨®n de las mociones se encuadra en el momento actual de la lucha dom¨¦stica y le restan trascendencia en la conversaci¨®n del eje nacional. La petici¨®n de avanzar en las condiciones con las que se celebrar¨ªa un eventual refer¨¦ndum, defiende un miembro de la direcci¨®n de ERC, no es nueva. De hecho, tambi¨¦n hace un a?o, el llamado ¡°acuerdo de claridad¡± sobre ese punto, inspirado en el caso canadiense, fue precisamente la propuesta estrella que Aragon¨¨s defendi¨® en el mismo debate. En Junts sent¨® especialmente mal que el jefe del Govern usara el martes ese momento de solemnidad pol¨ªtica para pedir que, a cambio del s¨ª a S¨¢nchez, este se comprometa a que en la legislatura se avanzara en las condiciones para permitir la votaci¨®n sobre la independencia. Un avanzar que, recuerdan, no implica ni una fecha ni un calendario.

¡°Junts no se ha movido del discurso del presidente Puigdemont del d¨ªa cinco de septiembre en Bruselas¡±, dice por su parte una de las primeras espadas del partido, dando a entender que la v¨ªa de una negociaci¨®n que posiblemente es tan incierta y vol¨¢til como el d¨ªa uno sigue abierta.¡°Habr¨ªa sido un desastre no salir al menos con un texto de m¨ªnimos en el Parlament sobre los dos temas. Ya est¨¢ y, ahora, test de estr¨¦s para el PSOE¡± a?ade otro diputado. Y en ambas formaciones reconocen lo evidente: que ambos van a la suya en las negociaciones, con el consecuente riesgo de pisarse las mangueras.

Nadie se baja de momento de sus posiciones, pero ahora viene el trabajo discreto de los negociadores para buscar un punto intermedio que pueda servir a todos. Algunos recuerdan que en 2020, cuando tambi¨¦n parec¨ªa imposible, el PSOE y ERC pactaron un acuerdo de investidura que inclu¨ªa la creaci¨®n de una mesa de di¨¢logo en el que se dec¨ªa que ¡°las medidas en que se materialicen los acuerdos ser¨¢n sometidas en su caso a validaci¨®n democr¨¢tica a trav¨¦s de la consulta a la ciudadan¨ªa de Catalu?a, de acuerdo con los mecanismos previstos o que puedan preverse en el marco del sistema jur¨ªdico-pol¨ªtico¡±. Esta alambicada redacci¨®n, que hablaba de votar un acuerdo, y no una discrepancia, y evitaba la palabra refer¨¦ndum, pero tambi¨¦n Constituci¨®n, fue el punto de encuentro que permiti¨® que S¨¢nchez fuera presidente por dos votos ese a?o. Cuatro a?os despu¨¦s, las cosas son m¨¢s complejas y hay m¨¢s actores, con ERC y Junts en una clara competencia entre ellos, pero de nuevo casi todos los protagonistas conf¨ªan en lograr un acuerdo y evitar las elecciones. Garant¨ªas no hay ninguna, y todo se puede romper, pero los incentivos para el acuerdo tambi¨¦n son importantes porque todos ganan algo con ¨¦l. Y pueden perder mucho con las elecciones.