Espa?a da largas desde hace una d¨¦cada al reconocimiento del Estado palestino
El Congreso ya aprob¨® en 2014 casi por unanimidad instar al Gobierno al establecimiento de relaciones diplom¨¢ticas plenas
Sumar quiere que el programa del futuro gobierno de coalici¨®n que aspira a presidir Pedro S¨¢nchez incluya el reconocimiento de Palestina como Estado ¡°de forma unilateral y urgente¡±. En efecto, la cuesti¨®n no es si Espa?a reconocer¨¢ al Estado palestino sino c¨®mo, y sobre todo, cu¨¢ndo. El programa electoral con el que el PSOE se present¨® a las generales de diciembre de 2015 ya inclu¨ªa el reconocimiento del Estado palestino durante la legislatura inmediatamente posterior. El redactor de aquel apartado del programa fue Jos¨¦ Manuel Albares, entonces asesor de pol¨ªtica internacional de S¨¢nchez y ahora su ministro de Asuntos Exteriores.
El PSOE no lleg¨® entonces al poder, sino se qued¨® el PP tras repetirse las elecciones. Cuando finalmente el l¨ªder socialista se instal¨® en La Moncloa, en 2018, puso al frente de la diplomacia espa?ola a Josep Borrell quien, en septiembre de ese mismo a?o, anunciaba que dar¨ªa un plazo a la UE para consensuar una posici¨®n com¨²n sobre el reconocimiento de Palestina y, si no se alcanzaba un acuerdo, Espa?a actuar¨ªa por su cuenta. Borrell es hoy el Alto Representante para la Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad Com¨²n de la UE y ni los Veintisiete en su conjunto ni Espa?a por s¨ª sola han dado ese paso.
La oportunidad es el elemento m¨¢s delicado de una ecuaci¨®n en la que los pa¨ªses europeos intentan mantener un dif¨ªcil equilibrio entre los distintos actores enfrentados en la regi¨®n. Suecia es el ¨²nico pa¨ªs que ha reconocido al Estado palestino tras su ingreso en la UE, pues los restantes (Chipre, Malta, Polonia, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa o Rumania) lo hicieron antes de entrar en el club comunitario e incluso, algunos de ellos, cuando a¨²n pertenec¨ªan al Pacto de Varsovia.
Estocolmo tom¨® esa decisi¨®n en octubre de 2014 y no provoc¨® un efecto domin¨®, como se esperaba, aunque varios parlamentos (Reino Unido, Francia, Irlanda) aprobaron mociones, sin poder vinculante, que instaban a sus respectivos gobiernos a seguir ese camino. Tambi¨¦n el Congreso espa?ol, en noviembre de ese a?o, aprob¨® una resoluci¨®n que instaba al Gobierno a reconocer a Palestina. Lo hizo casi por unanimidad (solo dos noes y una abstenci¨®n), en un Parlamento con mayor¨ªa absoluta del PP. Eso s¨ª, el texto ligaba esa medida a la b¨²squeda del consenso en el seno de la UE y a que sirviera de acicate para un proceso de paz. El ministro popular Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Margallo y la exministra socialista Trinidad Jim¨¦nez fueron los encargados de negociar el acuerdo.
En 2012, tambi¨¦n con Mariano Rajoy como presidente, Espa?a ya hab¨ªa apoyado la concesi¨®n a Palestina del estatuto de ¡°estado observador de Naciones Unidas¡± ¡ªno pod¨ªa ser miembro de pleno derecho porque eso requer¨ªa el visto bueno del Consejo de Seguridad de la ONU, donde EE UU tiene poder de veto¡ª, para disgusto de Israel. En 2011, gobernando el PSOE, respald¨® su ingreso en la Unesco, lo que provoc¨® que Washington suspendiese los pagos a la agencia de Naciones Unidas para la educaci¨®n y la cultura.
Desde 2010, la Representaci¨®n de Palestina en Espa?a tiene rango diplom¨¢tico: su jefe ostenta la categor¨ªa de embajador y el personal de la misi¨®n, sus instalaciones, valija y archivo gozan de inmunidad e inviolabilidad, como cualquier otra embajada.
El problema es que, mientras sobre el papel Palestina est¨¢ cada vez m¨¢s cerca de convertirse en un Estado soberano, sobre el terreno est¨¢ cada vez m¨¢s lejos. Al menos, de un Estado viable. La extensi¨®n de los asentamientos de colonos israel¨ªes en los territorios ocupados imposibilita la continuidad territorial; mientras que la Autoridad Nacional Palestina (ANP), embri¨®n de la futura Administraci¨®n estatal, est¨¢ cada vez m¨¢s desprestigiada y debilitada. Un exministro espa?ol de Exteriores, buen conocedor de la zona, se lamenta de que hace diez a?os los pa¨ªses europeos no hubieran reconocido al Estado palestino. Quiz¨¢, aventura, la situaci¨®n no hubiera llegado al punto en que ahora est¨¢.
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