Radiograf¨ªa de los discursos de S¨¢nchez y Feij¨®o: contradicciones y mensajes entre l¨ªneas del ensayo general de la legislatura m¨¢s bronca

S¨¢nchez nombr¨® al elefante en la habitaci¨®n, la ¡°amnist¨ªa¡±, cuando llevaba casi una hora y media hablando en la tribuna del Congreso. Era la parte m¨¢s complicada de su relato porque hasta las elecciones generales de julio hab¨ªa negado que esa medida fuera constitucional y se hab¨ªa jactado de que los independentistas no la hubieran conseguido. Al igual que hizo en el comit¨¦ federal del PSOE de octubre, S¨¢nchez admiti¨® que la amnist¨ªa es un peaje para mantenerse en el Gobierno -¡°Las circunstancias son las que son y toca hacer de la necesidad virtud¡±-, al tiempo que trat¨® de justificar el ¡°inter¨¦s general¡± que motiva la ley y los pactos necesarios para su investidura en el rechazo a la alternativa, esto es, la reproducci¨®n a nivel nacional de los pactos auton¨®micos del PP y Vox, que defini¨® varias veces a lo largo de su discurso como ¡°ola reaccionaria¡±.

Otros lo hicieron y antes que yo, vino a decir S¨¢nchez cuando, para defender la ley de amnist¨ªa, record¨® que gobiernos del PP hab¨ªan aprobado medidas de gracia desde el poder, como los 1.400 indultos que concedi¨® el Ejecutivo de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en un solo d¨ªa, en diciembre de 2000. En cuanto a los de la organizaci¨®n terrorista catalana Terra Lliure, se aprobaron durante el primer Gobierno del PP, en 1996, pero fue el Ejecutivo socialista anterior, presidido por Felipe Gonz¨¢lez, quien los puso en marcha. S¨ª ten¨ªa raz¨®n S¨¢nchez en la doble vara de medir del PP a la hora de pactar con los nacionalistas -"Cuando lo hace la derecha es un pacto entre caballeros, pero cuando lo hace la izquierda, una traici¨®n a Espa?a- porque cuando los necesitaron, los populares hicieron concesiones al PNV y a lo que entonces era CiU a cambio de sus votos. Por ejemplo, en 1996, Aznar cedi¨® a Catalu?a las competencias de tr¨¢fico, el traspaso de la gesti¨®n de los puertos de inter¨¦s general a las autonom¨ªas y la reforma de las leyes del suelo y de costas.

S¨¢nchez utiliz¨®, para la amnist¨ªa, el mismo argumento al que recurri¨® para justificar los indultos del 'proc¨¦s': la pacificaci¨®n y la convivencia. Pero al hacerlo, incurri¨® en una doble contradicci¨®n. Por un lado, seg¨²n su propio relato previo a la investidura, Catalu?a estaba ya pacificada, y por otro, la crispaci¨®n pol¨ªtica y en la calle no ha desaparecido, ha cambiado de sitio: de Catalu?a, a las masivas concentraciones de protesta convocadas por el PP en las capitales espa?olas y las que se han producido frente a la sede del PSOE en Madrid, sin autorizaci¨®n previa y alentadas por Vox.

S¨¢nchez dedic¨® la mayor parte de su discurso inicial y de su r¨¦plica a Feij¨®o a presentar al bloque de su investidura como alternativa a los pactos de la derecha y la extrema derecha, es decir, el candidato a la presidencia del Gobierno de Espa?a se present¨® como oposici¨®n o dique de contenci¨®n de los Ejecutivos auton¨®micos bipartitos de PP y Vox, sus medidas e ideolog¨ªa. As¨ª, el l¨ªder socialista record¨® que los socios ultras de los populares niegan la violencia de g¨¦nero y el cambio clim¨¢tico y acus¨® a Feij¨®o de ser el presidente del PP que m¨¢s ha favorecido el avance de la extrema derecha en Espa?a. Pese a que gobierna desde la moci¨®n de censura de 2018, S¨¢nchez tambi¨¦n se remont¨®, en numerosas ocasiones, a la herencia recibida de los Ejecutivos de Mariano Rajoy, por ejemplo, al hablar de los recortes que lastran el Estado del bienestar.

Tras varias semanas en las que el PP y Vox han puesto en duda la legitimidad del Gobierno que saldr¨¢ de este debate de investidura, S¨¢nchez reivindic¨® su mayor¨ªa tras el intento fallido de Feij¨®o, que no reuni¨® en septiembre los votos necesarios para ser investido presidente. El candidato socialista se burl¨®, en la r¨¦plica al l¨ªder de los populares, de los acercamientos del PP al PSOE ¡ªpara ver si los socialistas aceptaban "derogar el sanchismo¡±¡ª y a Junts, partido que ahora demonizan. Tambi¨¦n de la frase: ¡°No soy presidente porque no quiero¡±, que Feij¨®o ha repetido en los ¨²ltimos meses para destacar su rechazo a las exigencias de los independentistas, obviando que incluso si decidiera aceptarlas no tendr¨ªa votos suficientes para salir investido porque perder¨ªa el apoyo de Vox.

Tras citar declaraciones de S¨¢nchez asegurando que nunca pactar¨ªa con Bildu, que jam¨¢s aceptar¨ªa la amnist¨ªa y que traer¨ªa de vuelta a Espa?a a Carles Puigdemont para que rindiera cuentas con la justicia, Feij¨®o insisti¨®, como vienen haciendo todos los dirigentes del PP, en que la investidura del l¨ªder socialista, pese a contar con los votos necesarios, es un fraude electoral porque la amnist¨ªa no figuraba en el programa con el que el PSOE se present¨® a las elecciones. Es cierto. Tampoco eligieron los votantes del PP los pactos poselectorales del partido con la extrema derecha o la subida de todos los impuestos tras las elecciones de 2011 despu¨¦s de que Mariano Rajoy se hubiese comprometido en campa?a electoral a bajarlos. Nada de eso convierte a los gobiernos presididos por los populares en ileg¨ªtimos.

Feij¨®o dej¨® claro cu¨¢l va a ser su principal arma de oposici¨®n al Gobierno: la calle. Reivindic¨® el ¨¦xito de las concentraciones de protesta convocadas el pasado domingo por el PP en toda Espa?a y las utiliz¨® para negar el argumento de pacificaci¨®n y mejora de la convivencia con el que S¨¢nchez defiende la ley de amnist¨ªa. Tambi¨¦n record¨® el l¨ªder de los populares a la vieja guardia del PSOE que ha expuesto su oposici¨®n a la medida, entre los que cit¨® a Felipe Gonz¨¢lez, Alfonso Guerra o Nicol¨¢s Redondo.

El presidente del PP neg¨® que pueda llamarse a la amalgama de partidos que favorecer¨¢n la investidura de S¨¢nchez una coalici¨®n progresista o de izquierdas. Se refer¨ªa a Junts, antigua Convergencia, y al PNV, partido liberal en lo econ¨®mico, y anticipaba las discrepancias que puede haber en ese bloque, ya que algunas medidas del Gobierno, como el impuesto a las energ¨¦ticas o a la banca, provocan el recelo de los nacionalistas vascos. Tampoco dej¨® escapar el l¨ªder de la oposici¨®n el malestar de Podemos dentro de Sumar y el hecho de que Irene Montero no vaya a repetir como ministra de Igualdad tras el fracaso de la 'ley del solo s¨ª es s¨ª', que tuvo que ser enmendada en el Parlamento y que en su d¨ªa fue una decisi¨®n colegiada del Consejo de Ministros.

Feij¨®o elev¨® varios decibelios el tono en su r¨¦plica a S¨¢nchez, al que lleg¨® a acusar de preferir que los expresidentes Aznar y Rajoy estuvieran muertos. El l¨ªder del PP, que en su primer discurso como presidente del partido, en abril de 2022, prometi¨® ¡°sacar a la pol¨ªtica espa?ola del enfrentamiento y de la hip¨¦rbole permanente¡± porque ¡°la moderaci¨®n¡±, dijo entonces, ¡°no es tibieza¡±, sugiri¨® que lo pr¨®ximo podr¨ªa ser un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n ¡ªel acuerdo entre el PSOE y Junts no lo recoge¡ª, una nueva amnist¨ªa cuando los independentistas repitan el golpe, si es que los delitos, afirm¨®, no se han ¡°eliminado ya del C¨®digo Penal¡±, o una ¡°amnist¨ªa etarra¡±. ¡°?Cu¨¢l es el pacto encapuchado con el se?or Otegi?¡±, se pregunt¨®. Tambi¨¦n defendi¨® a Ayuso, mencionada en varias ocasiones a lo largo del debate, y a la que S¨¢nchez se refiri¨® como ¡°l¨ªder intelectual del PP¡±, es decir, quien marca la agenda y el tono de Feij¨®o, como hac¨ªa con su predecesor, Pablo Casado.