S¨¢nchez rompe los ¨²ltimos tab¨²es
El presidente apuntala el pacto con EH Bildu, les concede Pamplona y los normaliza, al tiempo que asume reunirse con Puigdemont
Los socialistas navarros quer¨ªan hacerlo hace mucho tiempo. Pero siempre recib¨ªan la misma respuesta desde la calle Ferraz, la sede central del PSOE: no. No pod¨ªan entregar Pamplona a EH Bildu, ten¨ªan que dejar que siguiera gobernando UPN en minor¨ªa.
La tensi¨®n con este asunto entre los socialistas navarros y Ferraz viene de lejos. En 2007, el entonces l¨ªder del PSN, Fernando Puras, dimiti¨® cuando Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero le vet¨® un pacto con Geroa Bai ¡ªni siquiera era entonces la izquierda abertzale, ilegalizada en ese momento¡ª para echar del poder a UPN.
En 2014, poco antes de que Pedro S¨¢nchez llegara al poder en el PSOE, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba vet¨® un intento del PSN, entonces liderado por Roberto Jim¨¦nez, de presentar una moci¨®n de censura contra Yolanda Barcina (UPN) que necesitaba los votos de Bildu.
Todo eso cambi¨® en 2019, cuando S¨¢nchez, aconsejado por el navarro Santos Cerd¨¢n, secretario de organizaci¨®n del PSOE, entendi¨® que el PSN necesitaba aceptar los votos de EH Bildu para no convertirse en una fuerza irrelevante que siempre entregaba el poder a UPN. El l¨ªder socialista acept¨® que Mar¨ªa Chivite se hiciera con la presidencia navarra con la abstenci¨®n de Bildu. Ah¨ª se rompi¨® la primera barrera.
Pero este mi¨¦rcoles, S¨¢nchez ha derribado el ¨²ltimo tab¨²: dar un gobierno al grupo de Arnaldo Otegi y normalizar a Bildu as¨ª definitivamente, al menos a los ojos de la direcci¨®n socialista. Mientras, el PP habla de ¡°pacto encapuchado¡± y sigue considerando a la formaci¨®n como una extensi¨®n de ETA, 13 a?os despu¨¦s de su ¨²ltimo atentado mortal.
Diversos dirigentes y miembros del Gobierno explican que con ello S¨¢nchez no solo soluciona un problema local ¡ªel Ayuntamiento estaba bloqueado por un gobierno en minor¨ªa que no lograba acuerdos¡ª sino que sobre todo da un salto para consolidar definitivamente su relaci¨®n con EH Bildu. Este partido ha pasado poco a poco de socio inc¨®modo con el que se evitaba cualquier fotograf¨ªa ¡ªS¨¢nchez nunca se hab¨ªa hecho una hasta esta ¨²ltima investidura¡ª a un aliado fiel que fue el primero en anunciar su apoyo tras el 23-J.
Bildu ha hecho una apuesta de fondo para apoyar a los socialistas en Madrid. A cambio, siempre pidi¨® Pamplona, un lugar con referencias hist¨®ricas para la izquierda abertzale. Pero asumi¨® que los socialistas no se la dieran en 2019 y tampoco este mayo, cuando de nuevo dejaron gobernar a UPN. Bildu ha sido paciente. Los socialistas navarros, que tienen a la formaci¨®n de Otegi como aliado estable en el Ejecutivo foral de Mar¨ªa Chivite, han reclamado esta soluci¨®n de la moci¨®n de censura varias veces, ante el bloqueo del Ayuntamiento, y finalmente S¨¢nchez, de nuevo aconsejado por el navarro Cerd¨¢n, dijo s¨ª esta semana.
Distintos dirigentes se?alan que era la ¨²nica ventana de oportunidad para una operaci¨®n tan delicada: en plenas Navidades ¡ªla moci¨®n se votar¨¢ el 28¡ª y antes de un nuevo a?o electoral, con comicios inminentes en Galicia ¡ªno por casualidad S¨¢nchez organiz¨® el s¨¢bado un gran acto pol¨ªtico en Santiago de Compostela para apoyar a su candidato, Jos¨¦ Ram¨®n G¨®mez Besteiro¡ª, en Euskadi y las europeas en junio.
Una operaci¨®n as¨ª era inviable con esas elecciones m¨¢s cerca. De hecho, Bildu fue decisivo, en negativo, en las elecciones municipales y auton¨®micas de mayo, porque el PSOE nunca logr¨® salir de la campa?a que el PP centr¨® en los siete terroristas con delitos de sangre que el grupo de Otegi coloc¨® en listas locales, aunque despu¨¦s los retir¨® ante la pol¨¦mica.
En el PSOE se ha instalado la idea de que, despu¨¦s de esa dur¨ªsima campa?a, los ciudadanos dieron un mensaje muy diferente en las generales y casi ocho millones de personas votaron a Pedro S¨¢nchez a pesar del ¡°que te vote Txapote¡±. Creen que los votantes progresistas ven m¨¢s importante frenar a la derecha y est¨¢n normalizando poco a poco a Bildu. Y tambi¨¦n a Junts y a Carles Puigdemont, el otro gran tab¨² que esta semana tambi¨¦n ha empezado a romper S¨¢nchez, no solo porque han tenido su primer cruce dial¨¦ctico amable en el Parlamento Europeo, sino porque el presidente ha asumido que en alg¨²n momento tendr¨¢ que reunirse con ¨¦l.
Fuentes socialistas se?alan que la reuni¨®n entre S¨¢nchez y Puigdemont, cuya fecha a¨²n no est¨¢ cerrada, se producir¨¢ probablemente cuando la ley de amnist¨ªa est¨¦ aprobada, en principio en abril de 2024. Junts pidi¨® que la cita se hiciera en Estrasburgo aprovechando el pleno del Parlamento Europeo al que S¨¢nchez acud¨ªa para hacer balance de la presidencia espa?ola de la UE. El l¨ªder socialista estaba dispuesto para una foto de normalizaci¨®n, un saludo, estrecharse las manos, pero Puigdemont quer¨ªa una reuni¨®n formal, como la que hizo con Cerd¨¢n en Bruselas, en la que se analizara la marcha de las negociaciones entre los dos partidos.
Las conversaciones no fructificaron porque S¨¢nchez rechazaba de plano una reuni¨®n en este momento. Y Puigdemont evit¨® el apret¨®n de manos como gesto claro de que eso no era lo que buscaba. El presidente del Gobierno, explicaban los socialistas a Junts, no puede reunirse con normalidad con una persona que ha huido de la justicia espa?ola. S¨ª cree que hay que normalizar esta relaci¨®n. Ya lo ha hecho con Oriol Junqueras, l¨ªder de ERC, al que llam¨® hace un mes. Pero ser¨¢ cuando Puigdemont est¨¦ amnistiado ¡ªJunqueras est¨¢ indultado¡ª y no tenga cuentas con la justicia.
Ese momento podr¨ªa llegar cuando se apruebe la ley de amnist¨ªa y entre en vigor. Luego habr¨¢ recursos y puede que Puigdemont tarde m¨¢s tiempo en volver a Espa?a, pero pol¨ªticamente para el PSOE ser¨ªa asumible un encuentro, aunque sea en Bruselas una vez aprobada la ley, seg¨²n estas fuentes. Aun as¨ª, todo est¨¢ abierto y en negociaci¨®n permanente, y este turbulento a?o pol¨ªtico ha demostrado que para la c¨²pula socialista la mayor¨ªa de los ¡°nunca¡± en realidad quieren decir ¡°de momento, no¡±.
El PSOE y el Gobierno est¨¢n, pues, lanzados a la tarea de normalizar el cambio que suponen sus nuevas relaciones con Bildu y con Junts y ERC, cada vez m¨¢s estrechas. El giro es muy evidente. En mayo el PSOE tard¨® varios d¨ªas en reaccionar a la campa?a del PP sobre Bildu y siempre lo hizo a la defensiva. Esta semana, el ministro de Transportes, ?scar Puente, el ariete que ha colocado S¨¢nchez para romper tab¨²es y contrarrestar con desparpajo los tonos m¨¢s duros de la oposici¨®n, lleg¨® a decir en el Congreso sobre el pacto en Pamplona: ¡°No tengo ning¨²n problema en que un partido progresista democr¨¢tico de este pa¨ªs se haga con una alcald¨ªa de una capital de provincia. Ning¨²n problema¡±.
Obviamente, su opini¨®n no es un¨¢nime en el PSOE, y el acuerdo tiene la abierta oposici¨®n de dirigentes como el aragon¨¦s Javier Lamb¨¢n. En la c¨²pula de S¨¢nchez creen que poco a poco se ir¨¢ normalizando y que, con el paso de los a?os, algunos compromisos de Bildu ¡ªen el acuerdo de Pamplona hay una menci¨®n al apoyo y respeto a las v¨ªctimas de ETA¡ª y el relevo generacional ¡ªOtegi ha dado paso a un candidato a lehendakari sin vinculaci¨®n alguna con el terrorismo, y el que ser¨¢ nuevo alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, conden¨® en 1998 el asesinato de Tom¨¢s Caballero, concejal de UPN, a manos de ETA¡ª har¨¢n que se vaya asumiendo en el resto de Espa?a algo que en Euskadi y Navarra est¨¢ avanzado.
¡°Nuestro problema es que a veces no damos la batalla del relato¡±, resume un miembro de la c¨²pula socialista. ¡°Es un triunfo para la democracia que Bildu quiera hacer pol¨ªtica, que apuesten por debates sociales, y tambi¨¦n que Junts y ERC, que hace siete a?os estaban declarando la independencia, ahora est¨¦n negociando presupuestos. Pero son temas inc¨®modos. Preferimos hablar de gesti¨®n, y a veces dejamos que nos coma el terreno la derecha¡±.
Precisamente, la gesti¨®n volver¨¢ al primer plano esta semana. El Gobierno quiere terminar el a?o con decisiones econ¨®micas de calado, con buenas noticias. Y prepara un decreto ¨®mnibus, adem¨¢s de la pr¨®rroga de medidas contra la inflaci¨®n, que ser¨¢ menos potente, pero a¨²n tendr¨¢ un volumen importante.
Y vuelve adem¨¢s la guerra entre Yolanda D¨ªaz y Nadia Calvi?o, que seguir¨¢ hasta el ¨²ltimo d¨ªa del mandato de esta ¨²ltima. D¨ªaz est¨¢ dispuesta a dar una batalla fuerte por el subsidio de desempleo, por el impuesto a la banca y por el salario m¨ªnimo. Y apela al pacto de Gobierno que present¨® con el propio S¨¢nchez. Seguramente lo resolver¨¢n el presidente y D¨ªaz. En el Gobierno conf¨ªan en un acuerdo, pero sobre todo dan la bienvenida a los debates sobre la gesti¨®n y ayudas econ¨®micas, y buenas noticias como la subida de las pensiones, porque cree que ah¨ª es donde la oposici¨®n se mueve m¨¢s inc¨®moda y el Ejecutivo nada en ambiente propicio.
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