Una puerta abierta y una cadena de negligencias facilitaron la fuga del sicario de la c¨¢rcel madrile?a de Alcal¨¢-Meco
La investigaci¨®n apunta a cuatro errores de seguridad cometidos por, al menos, dos funcionarios de prisiones y varios guardias civiles
Una puerta abierta que ten¨ªa que estar cerrada y la supuesta negligencia de, al menos, dos funcionarios de prisiones y varios agentes de la Guardia Civil est¨¢n detr¨¢s de la fuga que, la v¨ªspera de Nochebuena, protagoniz¨® en el Centro Penitenciario Madrid II Yusef M. L., alias El Pastilla, seg¨²n detallan a EL PA?S fuentes cercanas a la investigaci¨®n. El joven ceut¨ª de 20 a?os estaba encarcelado desde mayo como supuesto autor material de dos asesinatos por encargo en Algeciras (C¨¢diz) relacionados con el narcotr¨¢fico. El an¨¢lisis detallado de las im¨¢genes grabadas por las diferentes c¨¢maras del circuito de videovigilancia de la c¨¢rcel, tanto del interior como del exterior del recinto, han permitido elaborar una primera aproximaci¨®n a lo ocurrido y destapar cuatro presuntos errores graves de seguridad como causa final de que el recluso saliera por la puerta del centro caminando tranquilamente. Las fuerzas de seguridad tienen desplegado un importante dispositivo para intentar detenerlo.
Seg¨²n estas fuentes, el d¨ªa de su fuga, Yusef M. L. ten¨ªa previsto celebrar una comunicaci¨®n con contacto f¨ªsico (los conocidos como vis a vis) con cuatro miembros de su entorno familiar. La fuga se fragu¨®, precisamente, cuando el recluso esperaba que le asignaran un cuarto para tener este encuentro. Las im¨¢genes revelan que El Pastilla aprovech¨® ese momento para mezclarse con un grupo de 11 familiares de otros presos que hab¨ªan terminado su visita y se dirig¨ªan hacia la salida.
Los investigadores consideran que ah¨ª se produjo el primer error de seguridad: el funcionario que vigilaba la zona no se percat¨® de que el interno se un¨ªa a este grupo. Ninguna de las personas que lo compon¨ªan alert¨® tampoco de lo que ocurr¨ªa, a pesar de que, seg¨²n recogen las im¨¢genes grabadas, algunos se dieron cuenta, a juzgar por la expresi¨®n de sorpresa de sus caras al ver que se les un¨ªa el joven sicario.
El siguiente fallo se produjo en el control que un segundo funcionario hace a los familiares cuando terminan la visita y durante el cual los va nombrando uno a uno para devolverles la documentaci¨®n que han entregado al entrar. Mientras el trabajador penitenciario lo hac¨ªa, Yusef M. L. se col¨® por una puerta lateral de la sala que estaba abierta, sin que nadie se diera cuenta de ello. Pocos metros despu¨¦s, El Pastilla se encontr¨® una segunda puerta. Los protocolos de seguridad se?alan que esta debe estar cerrada si la anterior est¨¢ abierta. Sin embargo, el supuesto sicario se la encontr¨® tambi¨¦n abierta y pudo salir por all¨ª. Ese fue el tercer fallo de seguridad.
De esta manera, el recluso pudo seguir su huida hasta alcanzar uno de los controles de acceso exterior a la prisi¨®n, que est¨¢n custodiados por efectivos de la Guardia Civil. Yusef M. L. intent¨® sortear la barrera para veh¨ªculos, pero los agentes se lo impidieron. Estos creyeron que se trataba del familiar de alg¨²n preso que acababa de terminar la visita y se hab¨ªa despistado. Las im¨¢genes muestran que los guardias civiles en ning¨²n momento intentan identificarlo y se limitan a indicarle que por all¨ª no puede abandonar el recinto y que tiene que dirigirse a la salida peatonal para visitantes, situado unos metros m¨¢s all¨¢. Cuarto error. As¨ª lo hace El Pastilla, al que las im¨¢genes muestran finalmente saliendo tranquilamente del centro. Se ve tambi¨¦n c¨®mo, cuando ya est¨¢ en el exterior y a cierta distancia, comienza a correr. Mientras, sus cuatro familiares segu¨ªan esperando el encuentro vis a vis que nunca se celebr¨® porque Yusef M. L. ya estaba en libertad.
Improvisado
Las primeras conclusiones de la investigaci¨®n refuerzan la sospecha inicial de que la fuga no estaba preparada y que se trat¨® de algo improvisado. ¡°Vio la oportunidad y la aprovech¨®¡±, apuntaban ya el martes fuentes cercanas a las pesquisas. De hecho, Yusef M. L. llevaba menos de tres semanas en la prisi¨®n madrile?a de Alcal¨¢-Meco y, por tanto, no hab¨ªa tenido ni capacidad ni tiempo para organizar una huida. Fuentes penitenciarias consideran lo ocurrido como un fallo de seguridad ¡°muy grave¡± y lo achacan a ¡°un c¨²mulo de errores¡± de, al menos, dos funcionarios y varios agentes del instituto armado.
Yusef M. L. se encontraba en prisi¨®n preventiva acusado de ser el autor de dos asesinatos. El primero se cometi¨® el 6 de octubre de 2022, cuando supuestamente mat¨® por encargo en Algeciras (C¨¢diz) a un trabajador del puerto de esta localidad al que la banda en la que entonces estaba integrado, la de Nayim K. A., alias Tayena, confundi¨® con un miembro de un grupo rival, el de los Piol¨ªn. El segundo homicidio del que se le acusa se produjo el 12 de abril de este a?o y fue el del propio Tayena, su jefe, al que presuntamente dispar¨® casi a bocajarro en el abdomen cuanto sal¨ªa de su casa en Los Cortijillos, en Los Barrios, tambi¨¦n en la provincia de C¨¢diz. Yusef fue capturado esa misma tarde en Algeciras cuando trataba de subir al ferri con destino a Ceuta para esconderse. La Polic¨ªa tambi¨¦n lo implica en tiroteos protagonizados por las mafias para hacerse con el control del tr¨¢fico de drogas en la periferia de esta ciudad aut¨®noma.
Tras su encarcelamiento, Yusef fue incluido en el Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES), un sistema creado hace m¨¢s de 25 a?os para incrementar el control sobre determinados presos y, de este modo, ¡°garantizar la seguridad¡± dentro de las c¨¢rceles. En concreto, fue catalogado como FIES-5, uno de los cinco ficheros que existen y que est¨¢ destinado a lo que se denominan presos de ¡°caracter¨ªsticas especiales¡±, entre ellos los acusados de delitos vinculados al crimen organizado o de especial gravedad, como era su caso. Desde entonces hab¨ªa estado en la c¨¢rcel de Botafuegos, en Algeciras, desde donde fue trasladado a comienzos de diciembre ante el riesgo de que fuera agredido por internos ligados a la banda de la segunda de sus v¨ªctimas. El destino fue la prisi¨®n madrile?a, centro de referencia para los reclusos menores de 21 a?os, de donde se fug¨® la v¨ªspera de Nochebuena.
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